Rompiendo con la tradición, la AFL-CIO añadió su voz a la ola de opiniones insistiendo que la administración Bush trabaje a través de la ONU para resolver la crisis sobre Irak.
La resolución del Consejo Ejecutivo de la organización sindical fue unánime y exigió que la administración no tome ninguna “acción unilateral.” Los sindicalistas declararon que el presidente George W. Bush “falló cumplir con su responsabilidad” de explicarle”al pueblo norteamericano y al mundo” porqué “se necesita una acción militar.”
La resolución de la organización sindical, que cuenta con 13 millones miembros, fue la culminación de una campaña de base que vio a más de 100 organizaciones laborales, incluyendo consejos locales, federaciones estatales, y media docena de sindicatos internacionales adoptar resoluciones oponiéndose a una guerra.
La resolución fue escrita por el departamento de Asuntos Internacionales de la AFL-CIO que está encabezado por Morton Bahr, presidente de los Trabajadores de Comunicaciones (CWA por sus siglas en inglés). La resolución “toma en cuenta que hay diferencias en nuestras filas,” Bahr le dijo a Nuestro Mundo en una breve entrevista. “Estamos diciendo que la guerra debe ser absolutamente el último recurso ... .”
Gene Bruskin, secretario tesorero del departamento de Alimento y Oficios Relacionados de la AFL-CIO, aplaudió la resolución, diciendo que “provee munición para los sindicalistas que están buscando maneras para envolver a su uniones en la lucha.” Bruskin es coordinador nacional de Labor EEUU Contra la Guerra, una coalición de sindicalistas.
Tom Balanoff, presidente de Concilio Estatal de Illinois del Sindicato de Empleados de Servicios, dijo que la resolución fue “un paso importante en los esfuerzos para parar este movimiento hacia la guerra.” Balanoff está de acuerdo con Bruskin que la resolución abre las puertas para actividad en el movimiento sindical. “Quizás el mejor ejemplo es que la Federación del Trabajo de Chicago adoptó la resolución de Consejo Ejecutivo en la primera oportunidad.”
Larry Cohen, vicepresidente ejecutivo del CWA, que cuenta con 600 mil miembros, dijo, “El movimiento laboral está haciendo la conexión entre la política de guerra de Bush y otras partes de su política extranjera. Esta es la misma política extranjera que está destruyendo empleos con sus acuerdos comerciales – una política extranjera que no le importa nada de los trabajos y los derechos de los trabajadores norteamericanos.”
El Consejo del Trabajo de San Francisco fue uno de los primeros en adoptar una resolución oponiéndose a la guerra. En su declaración del 26 de agosto del 2002, el consejo advirtió que la “guerra sin fin contra el terrorismo” de Bush puede ser una guerra contra el movimiento sindical y fondos gastado que se necesita para programas sociales.
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AFL-CIO se declara contra guerra en Irak