WASHINGTON — En la capital del país decenas de miles protestaron en contra la guerra y ocupación de Irak como parte de las acciones pacifistas en diferente ciudades de la nación. Las protestas durante el fin de semana pasado marcaban el cuarto aniversario de la invasión estadounidense en ese país del Medio Oriente.
Retando a fuerte vientos, lluvia congelada y nieve, unos 3.500 ministros cristianos marcharon las cuatro millas desde la Catedral Nacional hasta la Casa Blanca, la cual la rodearon en una vigilia la noche del 16 de marzo. Más de 200 cleros se sentaron en la acera y fueron arrestados por exigir que el presidente Bush ponga fin a la guerra.
Entre los arrestados de la actividad Testigo Cristiano por la Paz en al Casa Blanca se encontraban los ministros Marion Bascom y Heber Brown, ambos de Baltimore. “Es importante para que los cristianos se unan a declararse por la paz, especialmente cuando este gobierno usa una forma perversa del cristianismo para justificar la política extranjera y doméstica injusta”, Brown le dijo a Nuestro Mundo. “Si somos fiel al Jesús de la Biblia, tenemos que hablar claro por viviendas asequibles, servicios médicos para todos, educación de calidad que no es dictado por el código postal en el que uno vive y otros temas de justicia social”.
Anterior, hablando a una multitud de sobrecupo en el servicio de oraciones en la Catedral Nacional, el reverendo Jim Wallis, fundador de la revista Sojurner de política y religión, declaró, “Esta guerra desde el punto de vista cristiano es moralmente mala y lo fue desde su empezar”.
Celeste Zappala de Filadelfia, cuyo hijo, el sargento Sherwood Baker, murió en Irak, dijo que ella hablaba como “una testigo al verdadero costo de la guerra, la traición y locura que es la guerra en Irak”.
El próximo día, 30 mil se reunieron cerca de la muralla en memoria a los caídos en Vietnam y marcharon cruzando el Puente Memorial hasta el Pentágono. Integrantes de Veteranos de Irak en Contra la Guerra voceaban, “Respalden las tropas, regrésenlas a casa ahora”.
Jacqueline Green y Stacie Burgués, ambas esposas de marinos estacionados en la Base Naval en Norfolk, Virginia, guiaron para participar en la marcha. Green, que marchó con su hija, Kaila Rain, le dijo a Nuestro Mundo, “Yo creo que este es el sitio donde tenemos que estar. Yo tengo un motivo personal: mi esposo por poco lo enviaron a Irak. Yo me siento simpática hacia los soldados que lo van a mandar allá y a los que ya están en Irak. Esto está muy cerca de mi, y da miedo”.
Cientos se reunieron afuera del ayuntamiento de Baltimore la noche del lunes para aplaudir el voto unánime del Concejo Municipal que llama al Congreso “a que limite el financiamiento para Irak a los fondos necesarios para retirar las tropas seguramente”, y para proveerles con beneficios de salud y educación, además de fondos para la reconstrucción de Irak.
El concejal Bernard “Jack” Young le dijo al concejo que los contribuyentes tienen una cuenta de “medio billón de dólares que pagar para la ocupación sin fin de Irak”. Él dijo, “Yo recibí una llamada de una madre cuyo hijo está en Irak, pidiéndome que haga algo para poner fin a esta guerra. Yo no sabía que decirle. Yo llamo al presidente Bush que dirija esos fondos para otras cosas”.
La concejal Mary Pat Clarke, que introdujo la resolución, recordó su fuerte oposición a la guerra contra Vietnam hace 40 años. “La guerra terminó porque la gente de base hablaron en su contra”, ella dijo. “A mi me criaron en una tradición religiosa que hablaba de guerra justa. Esta no es una de ellas. Queremos a nuestros soldados. Queremos traerlos a casa”.
La multitud después marchó a la Iglesia Católica San Vicente de Paulo para una acción auspiciada por Unidos por la Paz y Justicia de Baltimore. El reverendo Pierre Williams, pastor asociado de la Iglesia Unida Metodista Govans Boundary, le dijo a los presentes que él es un veterano de combate de la Guerra de Vietnam que luchó por 20 años con estrés pos traumático. “Yo no quiero que nadie más pase lo que yo pasé”, él dijo.
Él leyó un mensaje del presidente del Concejo Municipal Stephanie Rawlings Blake. “Baltimore ha perdido 12 de sus hijos e hijas en una guerra que ha sangrando a los recursos de nuestra nación”, ella escribió. “Ciudades estadounidenses están enfrentando retos grandes. La revitalización de vecindarios, necesidad de viviendas asequibles y una infraestructura envejeciendo son solo unas pocas de muchas… Los recursos de nuestra ciudad están al límite para poder ayudar bregar con las muchas necesidades de nuestros ciudadanos”.
Donna Blackwell, presidenta de la Asociación de Mejoramiento Comunitario de Winston-Govans, dijo, “Bush nos miente”. Ella siguió, “Vamos a inspirarnos uno al otro, motivarnos uno al otro para decirle a Bush, ¡Alto a la guerra! Y hablarle al Congreso porque ellos pueden hacerlo”.
Ese mismo día 44 manifestantes protestando las ganancias que corporaciones como Halliburton y Bechtel, entre otras, ganaban por la guerra, fueron arrestados en Wall Street de Nueva York mientras trataban de bloquear las entradas a la Bolsa de Valores de Nueva York. “Queremos hacer un enfoque específico a Wall Street, a donde todas las ganancias se hacen”, dijo Frida Berrigan, una organizadora de la Liga de Resistencia a la Guerra.
Sondeos recientes están claro que la gran mayoría de la población de Estados Unidos están opuestos a la expansión que Bush quiere de la guerra, mientras una mayoría absoluta piensa que es tiempo de retirar las tropas.
Otras protestas grandes tomaron lugar en Chicago, Minneapolis, Hollywood, Nueva York y otras ciudades a través del mundo.
greenerpastures21212 @ yahoo.com
Al entrar al 5to año de la guerra: ¡Alto a la guerra!