“El fin del 2007 cerró un año marcado por niveles más desconcertantes de odio racista en Estados Unidos. Aunque varios de los mayores grupos de odio lucharon para sobrevivir, grupos nuevos empezaron a surgir, y la derecha radical en general aparentemente creció”, dice el reporte sobre crímenes de odio del Centro Sureño de Ley y Pobreza (SPLC, por sus siglas en inglés) que se publicó el mes pasado.
El reporte indica que, según cifras del FBI, los crímenes de odios en contra de los hispanos subió por 35 por ciento del 2003 al 2006.
Todas las indicaciones apuntan a que esto es debido a los ataques verbales y políticos en contra de los inmigrantes. Esto se puede ver en el “debate” sobre la inmigración que culpa a los inmigrantes, y especialmente a los latinoamericanos, de todos los males sociales como la delincuencia, gastos sociales, gastos médicos, de educación y otros. Estos tipos de ataques políticos fueron motivo de las leyes antiinmigrantes en sitios como Hazleton, Pennsilvania, Riverside, Nueva Jersey y otros lugares.
El reporte subraya el trabajo de grupos y “líderes nativistas” como el “Proyecto Minutemen” y sus dirigentes máximos Jim Gilchrist y Chris Simcox que quieren parar la inmigración de forma armada y deportar latinos. Y estos no son entre los peores. “Su retórica y sus tácticas” hacen a los Minutemen parecer como “dóciles si los comparan”, dice el informe.
Uno de estas organizaciones, que se encuentran desde Nueva Inglaterra hasta el suroeste estadounidense, es el Partido de Emigración del estado de Nevada. Su líder, Donald Pauley, poner minas en la frontera con México y que las autoridades federales emplee a “francotiradores en la frontera con órdenes de ‘tirar a matar’”, dice el SPCL. El informe nota que su grupo es un “partido político con una sola cuestión que defiende la repatriación forzada de todos los inmigrantes latinos que residen en Estados Unidos”.
Pauley es un racista que dice que el nivel de inteligencia de los mexicanos y los afronorteamericanos es por debajo de los blancos estadounidenses. Pauley cree también en la repatriación de todo afronorteamericano a África y los judíos al Estado de Israel.
En el estado de Massachusetts los hermanos Jim y Joe Rizoli parecen que tienen como su razón para vivir atacar a los brasileños en la ciudad de Farmingham. Ellos usan un programa de televisión en cable que llaman “Charla sobre Inmigración Ilegal”. Uno de ellos toma video para el concejo municipal y enfoca la cámara en los brasileños en el público. Después usan el video oficial del concejo en sus programas con el título “Encuentra a los ilegales”. Líderes brasileños del municipio dicen que los hermanos Rizoli son cobardes, en parte porque tildan a las mujeres brasileñas de “prostitutas”.
Los hermanos Rizoli son partidarios de Ernst Zundel, un ciudadano alemán residente de Canadá, que niega, como también lo hace Donald Pauley, el holocausto que sufrieron los judíos a manos de los nazis alemanes. Zundel “había viajado a Tenesí para casarse y vivir con una mujer norteamericana, pero fue regresado a Canadá por violaciones de las leyes de inmigración” de EEUU, dice el reporte, agregando, “La ironía es que Zundel es el único inmigrante ilegal (mientras estaba en Estados Unidos) que los hermanos Rizoli han defendido”.
Desafortunadamente, los medios noticiosos de Estados Unidos muchas veces usan los “reportes” y punto de vista de grupos racistas como su fueran de expertos en la cuestión de inmigración. Uno de estos es FAIR (Federación para la Reforma Migratoria Norteamericana). El pasado diciembre, el SPLC puso a FAIR en su lista de grupos de odio.
FAIR ha contratado empleados que tienen conexiones con grupos que son abiertamente racistas. El grupo también recibe fondos del Pioneer Fund, fundación que dice “avanzar el estudio científico de diferencias hereditarias y humanas”. Esta fundación financian a académicos que dicen mostrar que negros, latinos y otras minorías son inferiores a los blancos europeos. Las organizaciones académicos principales han denunciados esos estudios como falsos.
Antiinmigrantes animan crímenes de odio