BRANFORD, Connecticut – La congresista Rosa DeLauro muchas veces habla de su niñez cuando su madre trabajaba en un taller explotador, doblada sobre una máquina de coser. Pero el 29 de julio, parada en la parte trasera de un camión afueras de la lavandería Cintas de Branford, la historia mantuvo a la multitud en silencio.
DeLauro condenó las condiciones de trabajo pésimas en Cintas y exigió que la compañía deje de hostigar e intimidar a los trabajadores que están organizando su sindicato ante una multitud de trabajadores, sindicalistas y otros que asistieron en solidaridad.
La manifestación tomó lugar afueras de la entrada de la lavandería después de que la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo federal lfijó multas de más de $10 mil a Cintas por violar las reglas de seguridad y salud en el trabajo. Las violaciones incluyen teniendo salidas de emergencia en caso de fuego bloqueadas y sin letreros indicando las salidas, y no proveer las vacunaciones necesarias contra virus y microbios que pueden estar presente en sangre para los trabajadores expuestos.
“Nos llaman ‘socios’, pero cuando hablamos, no nos escuchan. Las salidas de emergencias están bloqueadas, no nos dan la información que necesitamos en el trabajo, y estamos cansados de todo esto”, dijo Amanda Roldán, una trabajadora de Cintas. La mayoría de los trabajadores son inmigrantes recientes de América Latina.
El representante estatal Juan Candelaria le dijo a los trabajadores que ellos tienen el derecho a formar su sindicato libre de acoso, despidos o amenazas de pérdida de empleo. Él se comprometió ser solidario con su lucha diciendo que con la unidad son fuertes y sus deseos se convertirán en realidad.
Tres semanas antes de la manifestación, los congresistas DeLauro y George Miller, demócrata por California, juntos con 90 otros congresistas, le enviaron una carta al jefe de la corporación Cintas exigiendo que la compañía adopte una actitud de neutralidad y permita que los trabajadores libremente escojan representación sindical.
“Estoy aquí solidaria apoyando los derechos que los trabajadores norteamericanos lucharon fuertemente para ganar en el sitio de trabajo – luchar por un sueldo justo y la oportunidad de compartir el sueño norteamericano”, dijo DeLauro. “Estos trabajadores solo buscan que los traten justamente ... ellos merecen nuestro respaldo”.
El sindicato de la industria de la aguja y textil UNITE y los Tronquistas, sindicato de camioneros, se han unido para organizar a las 300 plantas de Cintas en EEUU y Canadá. Cintas, la compañía principal en la industria de lavandería y uniformes, se jacta de tener ganancias de $249 millones en el año fiscal 2003. Los 17.000 trabajadores que ellos emplean reciben sueldos bajos y trabajan en condiciones peligrosas.
Actualmente, la compañía está bajo investigación por más de 100 violaciones de ley laboral federal. El marzo pasado, los camioneros de Cintas presentaron una demanda diciendo que Cintas intencionalmente rechaza pagar a los choferes de camiones horas extras trabajadas. Ellos alegan que se le debe hasta $100 millones a los camioneros.
Apoyan derechos trabajadores lavandería