CAMBRIDGE, Massachusetts – Luis Fernándes empezó a interesarse por cuestiones de cambio social cuando era estudiante universitario en la Universidad Georgetown en Washington. Ahora él es parte del equipo de transición para el nuevo gobierno del presidente electo Luis Inacio da Silva, mejor conocido como Lula, en Brasil.
Fernándes estaba en una gira auspiciada por este semanario del 9 al 15 de diciembre para hablar sobre la histórica victoria del pueblo brasileño el pasado 27 de octubre en elegir al dirigente del Partido del Trabajo (PT) a la presidencia de ese país sudamericano.
En esas elecciones Lula recibió el 61 por ciento del apoyo del electorado de Brasil, el país más grande de Sudamérica que, sin Alaska, es más grande que Estados Unidos y cuenta con una población de 170 millones de habitante. Lo 53 millones de voto que consiguió Lula es el segundo voto más grande que ha recibido un candidato a la presidencia en una contienda electoral.
Lula, que se postuló con el apoyo de una coalición de centro-izquierda, se convirtió en el candidato de los que estaban cansados de la política económica neoliberal de austeridad que imponen el capital financiero internacional a través de los tratos y acuerdos económicos a través de instituciones tal como el Banco Mundial, el Fondo Internacional Monetario y la Organización Mundial del Comercio.
Fernándes advirtió que “esto no es un voto por la izquierda ni por la coalición de centro-izquierda que respaldo a Lula, sino fue un voto contra la fracasada política económica neoliberal.”
Para subrayar esto Fernándes notó que esta coalición no ganó la mayoría de escaños el la legislatura. El partido más grande en la Cámara de Diputados, que es el PT, solo va a controlar el 17 por ciento de los escaños y que junto con los otros partidos que apoyaron a Lula en la segunda ronda electoral, no llegan a 40 por ciento. La Cámara de Diputados se elige a través de un sistema de representación proporcional que la da puestos dependiendo del porcentaje que gane cada partido. De esta manera gente que votan por partidos pequeños pueden tener su punto de vista representado en la legislatura.
Fernándes, que es profesor universitario de ciencias políticas, dijo que “el nuevo gobierno va a tener que hacer muchas negociaciones políticas para poder implementar sus reformas.” Fernándes declaró que se va tener que ampliar la coalición que eligió a Lula. Él añadió que el apoyo del presidente electo no proviene solo de la clase trabajadora y los pobres. El dijo que el apoyo de Lula viene también de sectores de la clase media y capitalistas. Según Fernándes, capitalistas industriales brasileño han estado sufriendo por la política neoliberal y que esa política ayuda más al capital especulativo extranjero no productivo.
Unas recién encuestas demuestra que Lula tiene el apoyo de un 80 por ciento de la población de ese país. Fernándes dijo que eso enseña que hay muchas expectativas del nuevo gobierno que tomó las riendas solo dos días antes de la publicación de este artículo.
Fernándes dijo que artículos en periódicos y revistas financieras de Estados Unidos significa que “intereses conectados con el capital financiero internacional” están preocupados. Al preguntársele sobre un artículo en el periódico Wall Street Journal que “puede ser que nosotros tengamos que disciplinar a la economía de Brasil.” Fernándes dijo que eso “es extremamente antidemocrático” porque lo que estos intereses capitalistas están diciendo es, “Que no importa por qué la población brasileña vote, porque su destino ya está decidido por los dueños del dinero mundial.”
Fernándes dijo que hay presión también de unos intereses financieros de Brasil. Él contó como esos intereses exigieron que Lula anuncie quienes van ser el ministro de Finanzas y el presidente de Banco Central. Lula respondió que eso se decide cuanto llegue el momento.
Una cosa que sí hizo Lula, dijo Fernándes, fue anunciar que él iba formar un Secretariado Nacional contra el Hambre.
En una entrevista televisada, Fernándes dijo que esto demuestra que el nuevo gobierno va a trabajar para resolver los problemas sociales de la sociedad brasileña. Él dijo que quieren cambiar la situación del país para usar los grandes recursos naturales de Brasil para el pueblo “para que millones no tengan que salir del país en busca de una vida mejor en el extranjero.”
Brasil votó por un cambio