Casa Blanca admite mintió sobre Irak

Por fin la Casa Blanca admitió esta semana que no fue muy fiel a la verdad cuando el presidente Bush, en su Mensaje sobre el Estado de la Unión, dijo que el gobierno británico había descubierto que Irak trató de obtener gran cantidades de uranio en África.

La mentira sobre la compra de uranio fue una de las razones principales que la administración Bush usó para justificar su guerra preventiva contra Irak, diciendo que ese país era un peligro inminente a Estados Unidos por sus armas de destrucción masiva. El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que la declaración del presidente era incorrecta porque estaban basada en documentos falsos. La admisión de la Casa Blanca vino después de una investigación parlamentaria británica que cuestionó la fiabilidad de la información.

El Congreso estadounidense está bajo intensa presión para que se hagan público los documentos de inteligencia usado por la Casa Blanca y el Consejo de Seguridad Nacional. También se ha cuestionado el papel del vicepresidente Dick Cheney en presionar a los analistas de la CIA y la promoción selectiva de información para justifica la guerra contra Irak.

El senador demócrata por Michigan, Carl Levin, dijo que una investigación se necesita para aprender porqué hasta el enero del 2003 gente del gobierno “todavía estaban usando información que nuestra comunidad de inteligencia sabía que muy probablemente era falsa”. Chuck Hagel, senador republicano por Nebraska y miembro de la Comisión sobre Inteligencia del Senado, le dijo al noticiero de la cadena de televisión ABC, que era difícil crear lo que dicen.

Sin encontrar armas de destrucción masiva todavía, se está cuestionando la razón de creer que existen y las afirmaciones continúa de la administración de que hay una conexión entre Irak y Al Qaeda. Además, se encontró prueba de que las tal llamadas fábricas movibles de armas biológicas, subrayadas en el discurso del secretario de Estado Colin Powell ante la ONU en febrero, fueron una fabricación.

El ex embajador Joseph C. Wilson, un diplomático con 23 años de experiencia que fue estacionado en Irak en los 1990s, le dijo al diario Washington Post, “Lo que pasó fue que la administración tergiversó la verdad sobre un tema que era la justificación fundamental para ir a la guerra”. “Obliga uno a preguntarse, ¿qué más están escondiendo?”

Wilson reveló, en un artículo de opinión en el diario The New York Times, que él fue el enviado de la CIA para investigar la alegada compra de uranio. Él escribió que la guerra fue motivada políticamente. “Basado en mi experiencia en los meses antes de la guerra, yo puedo hacer poco excepto concluir que la información relacionada al programa de armas nucleares de Irak fue torcido para exagerar la amenaza iraquí”. En una entrevista Wilson dijo que los fines bélicos de la administración era el de “dibujar un mapa nuevo en el Medio Oriente”.

Mientras la Casa Blanca niega que tiene responsabilidad, la CIA, después de una investigación interna, encontró que no tenía ninguna nueva información después de que los inspectores de armas se fueron de Irak en el 1998. También admitieron que usaron información vieja de los 90s, pero insistieron en que mantuvieron a la Casa Blanca bien informada. Wilson dice que la validez de los reportes de venta de uranio fue cuestionado por el personal de Cheney, que tenía acceso a un informe de la CIA que decía que oficiales del gobierno de Níger negaban las alegaciones desde el marzo del 2002.

Demostrando una impaciencia entre los legisladores de ambos partidos políticos, y una investigación en el Congreso, la Cámara de Representantes votó el 12 de junio a permitir a todos los legisladores ver los informes de inteligencia que hasta ahora solo los 10 congresistas de la Comisión sobre Inteligencia podían ver.

Si el llamado por legisladores de ambos partidos en favor de una investigación pública y amplia tiene éxito, puede ser que ayudantes de ambos el vicepresidente y otros altos oficiales de la administración Bush sean obligado a dar testimonio bajo juramento.

El congresista demócrata por Ohio, Dennis Kucinich, junto con 23 otros demócratas, están exigiendo que una comisión independiente investigue públicamente estas alegaciones. Kucinich dijo, “La Comisión sobre Inteligencia está protegiendo a la Casa Blanca de una investigación sobre el papel que el vicepresidente jugó antes de la guerra en Irak”.

Levin, el senador demócrata de más antigüedad en la Comisión del Senado sobre los Servicios Armados le pidió a su personal en la Comisión que empiecen una investigación más allá de la de la Comisión Selecta del Senado sobre Inteligencia. Esa comisión solo miró a los reportes pasados de inteligencia. La nueva investigación será sobre “la objetividad y credibilidad de la información sobre la presencia de armas de destrucción masiva en Irak inmediatamente antes de la guerra y la alegada conexión entre Irak y Al Qaeda, y los efectos de tal información sobre las decisiones del departamento de Defensa, la planificación militar y la conducta de las operaciones en Irak”.

La evaluación de Wilson sobre la administración Bush hace eco en los pasillos del Congreso en favor de una plena investigación pública sobre la guerra y la ocupación de Irak. “Si nos mienten sobre cosas como esta, quién sabe de que más mentirán”.

Se puede comunicar con Judith LeBlanc al jleblanc@pww.org