Puede ser que George W. Bush esperaba que no tendría obstáculos para promover su agenda derechista de guerra y obsequios para los rico al ganar ambas cámaras del Congreso en las elecciones del noviembre 5. Pero a pesar de que tratan a las elecciones como si fuera un mandato para los republicanos, fue un cambio de solo 40 mil votos lo que le dio a ese partido control del Senado.
Pues no le debe sorprender a su administración que hay una creciente oposición de base a su política. Han habido protestas contra el empeoramiento de la economía y contra la amenaza de guerra preventiva, unilateral contra Irak.
Hay un sentido de que la administración está estancada. Las renuncias de sus principales asesores sobre la economía y el escándalo del líder de la mayoría republicana en el Senado Trent Lott que surgió cuando él alabó la candidatura racista del senador Strom Thurmond en el 1948 son símbolos de este estancamiento.
“Lott debe renunciar,” dijo Peter Montgomery, un portavoz de la organización People for the American Way, a Nuestro Mundo.
El escándalo Lott ha fortalecido a los que están luchando contra el plan Bush de nominar más jueces derechistas, según Montgomery. “Más preguntas se le van hacer a los nominados como jueces sobre el tema de la segregación y la protección de los derechos civiles de la gente.”
Scott Lynch, portavoz de Acción por la Paz, dijo que el creciente movimiento de paz ha impedido la movida de Bush hacia la guerra con Irak. Citando una encuesta del Los Angeles Times que demuestra que dos tercios del pueblo no cree que Bush ha dado suficiente razón para ir a la guerra, Lynch dijo, “Yo no creo que una guerra contra Irak es inevitable.” Él dijo que si el movimiento de paz y la opinión pública se siguen movilizando, ir a la guerra no sería de provecho político. El movimiento de paz está organizando una gran manifestación para el fin de semana del natalicio del reverendo Martín Luther King.
Lynch también señaló que el apoyo por la guerra está desvaneciéndose mundialmente.
Jeff Chapman, un investigador para el Instituto de Política Económica, le dijo a este periodista que hay una cosa buena para los trabajadores en estos tiempos de crisis económica donde hay millones desempleados y empobreciéndose. Ese es el “movimiento pro sueldo para vivir,” que han conseguido que 10 ciudades, cinco condados, un puerto, una universidad, una junta escolar, una comisión de carreteras, y un sistema de bibliotecas pasen regulaciones que obliga a empresas que hacen negocios con ellos pagar un sueldo mínimo más alto. Chapman dijo que aunque son pocos los trabajadores afectados por estas leyes, esto envía un mensaje de que no se deben usar fondos públicos para mantener gente en pobreza.
El Congreso cerró sin votar sobre una extensión de beneficios para los 800.000 trabajadores cesantes a quien se le están acabando los beneficios. La AFL-CIO planea enfrentar a los legisladores por esto cuando regresen a Washington.
La resistencia de las coaliciones de base han impedido a la ofensiva derechista Bush-Cheney. Sin embargo todavía están movilizándose para la guerra y están usando tácticas de presión y represión doméstica.
El Servicio de Inmigración y Naturalización hizo redadas deteniendo a 700 muchachos y hombres musulmanes y del Medio Oriente el 19 de diciembre. La Unión Norteamericana de Libertades Civiles denunció las redadas diciendo que esperan las detenciones de más viendo que hombres y jóvenes de 13 más países van estar obligado a registrarse con la Inmigración.
Como en el 2002 La lucha continúaen 2003