BOSTON – Félix Arroyo, el nuevo miembro del Concejo Municipal de Boston, está luchando para que esa entidad legislativa pase una resolución oponiéndose a una guerra contra Irak.
Arroyo introdujo la resolución en la reunión del 29 de enero, pero el presidente del Concejo, Michael Flaherty, archivó la resolución sin llevarla a un voto. La resolución también estaba auspiciada por los dos concejales afronorteamericanos, Charles Yancy y Chuck Turner, y por el concejal Rob Concalves.
Flaherty dijo que aunque él estaba “profundamente preocupado por una posible guerra con Irak,” esto no era un asunto local. El punto de vista de Flaherty fue criticado por los concejales que auspician la resolución al señalar que, antes de ser electo presidente del Concejo, Flaherty había escrito una resolución apoyando a la administración Bush cuando esta invadió a Afganistán después de los ataques terrorista del 11 de septiembre. Arroyo hizo la pregunta, “¿Cuando esto será un asunto para Boston? ¿Cuando alguien de Boston muera?”
Arroyo declaró, “Nosotros sabemos que una guerra injustificada en Irak arriesgará sin necesidad a las vidas de los soldados locales y gastará los escasos recursos que puede ir para la educación, salud, asuntos de veteranos” y otras cosas, notando que estamos en una crisis económica.
Una semana antes de introducir la resolución, Arroyo anunció “Un Ayuno Contra la Guerra” como “una respuesta local a una intervención probable contra Irak.” Arroyo dijo que él estaba organizando el ayuno, “No solo porque es malo gastar las vidas humanas en tal esfuerzo, sino porque en vista de nuestra crisis fiscal, local y nacional, también es irresponsable investir los recursos que, de otra manera, pueden aliviar a nuestra situación económica.”
Arroyo respondió a un editorial del periódico Boston Herald que lo criticó por escribir la resolución antiguerra. El editorial dijo que tal resolución no tenía “nada que ver con el trabajo del Concejo Municipal” y que él debe “buscar y encontrar un número de problemas con los cuales sus constituyentes necesiten que él se preocupe.”
Arroyo notó que en solo dos semanas como concejal, él ha estado trabajando y tomó acción con problemas como la educación bilingüe, plomo en el agua, trabajo para los residentes de Boston, viviendas asequibles, impuestos, acoso sexual y la educación pública.
Arroyo, de Puerto Rico, tiene un historial largo de activismo y lucha desde que llegó a Boston hace 25 años. La oficina del gobierno de Puerto Rico para Nueva Inglaterra, situada en Boston, tuvo una recepción en su honor con motivo de ser el primer latino que obtuvo un escaño en el Concejo Municipal de esta ciudad, la más grande de Massachusetts.
Concejal boricua lucha contra la guerra