Con la creciente marginalización de George W. Bush, el movimiento contra la guerra exigió esta semana acción por parte del Congreso para hacer regresar a las tropas a casa o, si no, enfrentarse al rechazo de los votantes en las elecciones legislativas del año que viene.
Scott Lynch, vocero del grupo Acción por la Paz, citó a la declaración del Presidente Bush en Panamá, de que su administración “no tortura” a detenidos.
“Con eso se pierdan los últimos pedazos de la credibilidad de esta administración,” dijo Lynch. “Realmente, ya no hay nadie que confie en ellos. Hay volúmenes de evidencia de que esta administración cometió torturas”.
El proceso judicial a I. Lewis Libby, Jefe de Personal del vicepresidente Dick Cheney, acusado de perjurio y obstrucción de justicia “va a echar una luz brillante sobre la tela de mentiras que utilizaron para ir a la guerra,” añadió Lynch.
El Coronel Larry Wilkerson, jefe de personal del ex Secretario del Estado Colin Powell, acusó recientemente a Cheney y al Secretario de la Defensa, Donald Rumsfeld, de haber formado un “cabal” que promovió la tortura de detenidos en “sitios negros” de Irak, Afganistán, y otros lugares secretos alrededor del mundo. “Comenzaron con autorizar procedimientos en las fuerzas armadas que conducieron, en mi opinión, a lo que ya hemos visto,” dijo Wilkerson, refiriéndose a la tortura en la prisión Abu Ghraib en Irak, en la base aérea Bagram en Afganistán, y en la prisión norteamericana de la Bahía de Guantánamo, Cuba.
El Líder de la Minoría en el Senado, Harry Ried, convocó a una rueda de prensa el 8 de noviembre para anunciar que él y otros líderes demócratas mandaron una carta a Bush exigiéndole que no perdonara a Libby, acordando le que ningún oficial queda “por encima de la ley,” ni Cheney, ni Bush mismo. La semana pasada los Demócratas del Senado forzaron a la cámara alta a sesión cerrada para expresar sus cargos que Bush mintió, empujando a la nación a la guerra en Irak.
Acción por la Paz está circulando una petición en apoyo de una resolución, todavía no introducida, del Representante Jim McGovern (Demócrata de Massachussets) que limitaría el uso de fondos del Pentágono a la provisión de “la retirada ordenada de tropas norteamericanas y gastos asociados con la transición a una estructura de seguridad iraquí/internacional”. También otorgaría fondos por la reconstrucción civil de Irak, pero no para la ocupación armada de ese país.
Los Amigos de John Kerry buscan 400.000 firmas en una petición exigiéndole a Bush el regreso a casa a 20.000 tropas de Irak durante el tiempo festivo del Día de Acción de Gracias hasta la Navidad. Por primera vez, Kerry hizo una llamada por una salida de Irak basada en un dispositivo “real y estricto” con la meta de regresar a todas las tropas norteamericanas a casa para fines de 2006. Si las dos cámaras del Congreso, ambas de mayoría republicana, “no piden cuentas a la administración Bush, utilizaremos a las elecciones de 2006 para quitarles la decisión de sus manos,” escribió Kerry. Lynch elogió a la nueva combatividad de los Demócratas. Las encuestas de opinión pública que muestran una oposición mayoritaria a la guerra “les ha prestado un poco de acero a la espina dorsal,” dijo.
El Proyecto “Votante por la Paz” de Acción por la Paz mira por delante a las elecciones senatoriales y congresionales del 2006, buscando a candidatos que “van a hablar fuerte por salirnos de Irak y también por realinear a nuestra política extranjera”. Ellen Barfield, una líder del grupo “Veteranos por la Paz” en Baltimore, ex elemento del ejército norteamericano en Alemania y Corea del Sur, expresó orgullo en el rol desempeñado por los veteranos y las familias militares, grupos que representan a los que han sufrido más directamente de la guerra. Ella también elogió a la propuesta McGovern. “La iniciativa McGovern da al blanco,” dijo. “Esta iniciativa proporcionaría fondos únicamente para el regreso de las tropas a casa”.
Expresó Barfield, “Estamos animando a nuestros activistas a apoyar a candidatos en las elecciones del año que viene que tengan espina dorsal como para oponerse a esta guerra”.
Elizabeth Rivera Goldstein, presidente de la Red Nacional de Oposición a la Militarización de la Juventud, dijo a Nuestro Mundo que surgen entre la juventud de la nación, así como sus padres y madres, protestas contra la guerra. Están furiosos por las mentiras que los reclutadores militares utilizan para engañarles a los jóvenes a meterse a las para fuerzas armadas, dijo. En una entrevista ofrecida desde su casa en Port Townsend, Washington, Goldstein declaró que miles de estudiantes de preparatoria [high school] corrieron el riesgo de suspensión académica llevando acabo una huelga estudiantil el 2 de noviembre para protestar contra el reclutamiento militar y la guerra.
“Los reclutadores siguen mintiendo,” dijo Goldstein. “Andan desesperados. No cumplen sus cuotas de reclutamiento. Están entre la espada y la pared. No entiendo cómo pueden dormir de noche”.
Congresistas impulsan la salida de las tropas de Irak