Desempleo ataca a las familias

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BALTIMORE — Este debe de ser tiempo de celebración para Carlton Stone, un obrero de 42 años. El 4 de noviembre, él recibió una carta del Local 24 de la Hermandad Internacional de Obreros Eléctricos diciendo que completó los cinco años de aprendizaje y “ahora está elegible para ser socio del Local 24”.

Le pidieron que llene la solicitud y la enviara con un cheque por $104 para cubrir la cuota sindical, beneficios por muerte y otros costos.

“Fue maravilloso recibir la carta”, él dijo. “Fue una lucha. Yo trabajé constantemente. Fui a trabajos en Washington y Virginia cinco días a la semana. Estuvimos remodelando, renovando la instalaciones de cable eléctrico, instalando nuevas neveras y luces”.

Stone llegaba tan temprano todos los días que su supervisor le dio las llaves de donde guardaban las herramientas. “Yo sacaba las herramientas y materiales para que el equipo pueda empezar a trabajar inmediatamente cuando llegaban por la mañana”, dijo él.

Pero hubo un problema. Hace cuatro meses le dieron de baja a Stone. Él ha estado buscando empleo sin éxito, uno de los más de 149.000 obreros desempleados en el área de Baltimore, un aumento de 43 por ciento desde enero. La tasa oficial de desempleo en Baltimore está a 5,1 por ciento.

Stone está tan mal que pagar la cuota del sindicato se le hace difícil. Su contribución al ingreso del hogar viene de lo poco que recibe de los beneficios por desempleo cada dos semanas. El seguro de salud a través del sindicato se vence este mes, dejando a su familia que dependa de los beneficios que recibe su esposa como farmacéutica en el Centro Estatal de Detención de Maryland.

“Mi esposa y yo somos dueños de la casa”, explicó. “Tenemos tres hijos. Hasta la fecha hemos podido pagar la hipoteca de $835 mensual. Mi preocupación más grande es perder la casa. Vivimos aquí por diez años. Tendríamos que empezar de nuevo si la perdemos”.

El verdadero problema ahora, continuó, “es mantener las luces y calefacción para la casa”. La cuenta mensual para esto es de $600, cosa que refleja el aumento que recibió la compañía BG&E hace dos años a pesar de las protestas por los clientes. El costo de alimentos – y hasta recién él de gasolina – han estado por el cielo.

Él dijo, “Es duro para mi esposa. Ella es la que lleva encima toda la carga, trabajando doble turnos. Ella llega a la casa muerta de cansancio y se levanta y lo hace otra vez el próximo día. Ni podemos pensar en los días de fiesta. Comprar regalos no se puede”.

Las presiones financieras son tan grande que la familia mandaron a dos de sus hijos a vivir con sus abuelos en Jamaica. Uno se quedó porque está estudiando y trabajando para pagar la matrícula.

Stone apoyó a Barack Obama para presidente. “Con toda esta gente perdiendo sus trabajos nadie encuentra a Bush. No quiso extender los beneficios por desempleo”, dijo Stone que está a punto de perder sus beneficios.

Los medios de derecha “atacan a Obama por cuanto va a costar su programa de empleo. Yo no pienso que deben estar gritando por eso cuando estamos gastando $10 mil millones en Irak cada mes”.