EAST CHICAGO, Illinois – Bruce Gaddy es soltero. Tony McIntosh está casado con dos niños. Ambos viven en este suburbio de clase trabajadora a 25 millas al sur del centro de Chicago. Y ambos están desempleados. Gaddy porque la fábrica donde trabajaba cerró. McIntosh por las “reducciones” después de trabajar por 22 año por la AT&T.
Gaddy dijo que buscar trabajo es duro. “Esas malditas compañías están pujando para sacar el trabajo y lo harían sin trabajadores su pudieran”. Él recibe beneficios de desempleo de $269, menos de la mitad de lo que ganaba en su último trabajo.
McIntosh, que fue obligado entrar en el ejército de los cesante en febrero del 2002, dijo que él cree que compañías como la AT&T y “el resto” usaron el ataque del 11 de septiembre como “una excusa para botar gente del trabajo”. Él dijo que su familia puede sobrevivir porque su esposa todavía está trabajando. “Usamos [el dinero de] mi plan 401k [de retiro] y puedo encontrar trabajo remodelando una cocina o patio de vez en cuando. Pero uno se deprime si piensa de la situación. La cosa está fea”, él añadió.
Gaddy y McIntosh no están solos. El informe sobre el desempleo del departamento del Trabajo para abril muestra que la cesantía está creciendo. El desempleo fue peor para los afronorteamericanos. Ellos tuvieron un nivel oficial de 10,9 por ciento, casi el doble del nivel para todos los hombres. Peor fue para los trabajadores jóvenes, donde uno de cada cinco estaba sin trabajo el mes pasado.
De acuerdo a una encuesta nacional de los trabajadores desempleados hecha por el Proyecto Nacional de Leyes de Empleo, el trabajador cesante típico hace aplicaciones en 29 compañías, mientras el trabajador que cuenta con más de 45 años de edad hace aplicaciones en 42 compañías. La misma encuesta muestra que 57 por ciento de los que respondieron fuero forzados a posponer trato médico o dental por razones de finanzas, mientras 56 por ciento dijeron que tenían que hacer recortes en su compra de alimentos.
En abril, 4,8 millones – 600 mil más que un año atrás – estaban trabajando a tiempo parcial aunque hubiesen preferido trabajo a tiempo completo. Otro 1,4 millones no fueron contados como cesante porque el departamento del Trabajo dice que estaban “al margen” de la fuerza laboral. Juntos más de 14 millones trabajadores estaban o desempleados o subempleado en abril.
Otras cosas negativas en el informe de desempleo del departamento del Trabajo incluía una rebaja de $3,85 semanal en sueldos, la pérdida de 95 mil empleos de manufactura. El empleo de fábricas ha bajado por 33 meses consecutivos, y la rebaja de horas trabajadas son las más baja desde el 1983.
En total, la economía creció por solo un 1,6 por ciento, lejos del 5 por ciento que muchos economistas dicen es necesario para un crecimiento sostenible si los desempleados van a encontrar empleo. El lento crecimiento ha motivado predicciones de que el nivel de desempleo continuará subiendo en los próximos meses.
Paul L. Kasriel, director de investigaciones económicas de la Compañía Northern Trust de Chicago, dice que él espera que el desempleo suba “por los menos” dos décimos de un por ciento. “Si el nivel de desempleo no baja para la mitad del próximo año, la administración [de Bush] tendrá problemas”, él dijo. “Ahora, yo diría que la probabilidad de eso pasar está 50 a 50”. Otros economistas han dicho que si la economía crece lo suficiente para reducir el número de desempleados por un millón, la cuestión de empleo no será mejor que lo que estaba en el 1992 cuando el primer presidente Bush perdió la contienda para un segundo turno”.
Ellen Frank, una profesora de economía en el Colegio Emmanuel en Boston, se opuso ese punto de vista. Apuntando que el más recién informe de la Junta de la Reserva Federal enseña que las industrias manufactureras están operando a un nivel de solo 72,9 por ciento de su capacidad en marzo, ella dijo, “El plan económico de Bush probablemente no creará empleo ni crecimiento. La realidad es que los inversionistas ricos están nadando en dinero y no puede encontrar avenidas de crecimiento sostenible para el dinero que le sobra”.
Hasta el secretario del Tesoro John Snow cuestiona el potencial de crear empleo del plan Bush que se concentra en los recortes de impuestos para el un por ciento más rico de la población. “Yo no lo miro como si fuera un plan de estímulo económico de corto plazo”, él dijo en testimonio antes el Congreso.
John Sweeney, presidente del AFL-CIO, hizo un llamado al Congreso a tomar acción inmediata para continuar el programa de extensión de beneficios de desempleo que entró en vigencia el enero pasado. “Es imperativo que el Congreso no abandone a los que sufren de un largo periodo de cesantía terminando los beneficios de emergencia para los desempleados el 15 de mayo” fecha en que el programa termina, él dijo en una declaración del 5 de mayo.
El presidente Bush continúa ignorar a las peticiones para una extensión federal de los beneficios por desempleo. En vez, él ha usado el pequeño crecimiento económico para empujar su plan de “Empleo y Crecimiento” antes el Congreso. Este plan le otorgaría un promedio de $105 mil a los que tienen un ingreso anual de $1 millón o más.
Desempleo más alto en 8 años