Tribunal demora voto destitución
LOS ANGELES – Los planes de la ultraderecha republicana para tomar control de California chocaron con un obstáculo cuando un tribunal federal ordenó, el 15 de septiembre, que se aplazara el voto de destitución.
Un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito dijo que las papeletas electorales de perforación usadas en seis condados, incluyendo en Los Ángeles, le negarían el derecho de que cuenten el voto a los votantes y esto viola la cláusula de “protección igual” de la Constitución de Estados Unidos.
Ted Costa, enfurecido, que encabeza Rescate California, el comité principal que busca la destitución del gobernador Gray Davis, anunció que su grupo apelará la decisión al Tribunal Supremo de EEUU.
“Esto es una victoria para la democracia y para California”, dijo Mark Rosenbaum, director legal de la Unión Norteamericana de Libertades Civiles (ACLU) del Sur de California. La ACLU hizo una demanda de parte de las ramas de la NAACP, la Conferencia de Liderazgo Cristiana del Sur del área de California, y el Proyecto Suroeste de Votantes. “El mensaje está claro”. Añadió Rosenbaum. “No debemos sacrificar la igualdad política por la conveniencia política”.
Art Pulaski, secretario tesorero ejecutivo de la AFL-CIO de California, dijo, “Todo el mundo merece tener su voto contado. Los defectos serios en el sistema de votación le privará el voto a muchos, entonces apoyamos la decisión del Noveno Circuito”.
En las elecciones presidenciales del 2000, añadió Pulaski, “el Tribunal Supremo violó el derecho al voto y nos deben esta. Pero no podemos contar con que el Tribunal Supremo haga lo justo, nuestra campaña contra la destitución va adelante. A todo vapor”.
Aunque sea revocada, el fallo de los magistrados Harry Pregerson, Sydney R. Thomas, y Richard Páez ha presentado, en términos absolutos, la amenaza a la democracia que plantea el intento de destituir a Davis, que fue reelecto el pasado noviembre con 3,5 millones de los ocho millones que votaron. Muchos califican a la campaña de destitución como “un golpe sin derrame de sangre”, similar a robo de las elecciones presidenciales por George W Bush en el 2000 el Florida.
Ese parecido fue subrayado en las 66 páginas de la decisión de los magistrados con su advertencia de que es cierto que los votos de 40 mil o más votantes serán descartadas por problemas, un eco de lo que pasó en Florida en el 2000.
Los jueces apuntaron que el sistema de tarjetas perforadas son “tan defectuosas que el secretario de Estado oficialmente la considera no aceptable y ha prohibido su uso en todas las futuras elecciones”. Todas las máquinas anticuadas tienen que ser cambiadas para el próximo marzo. Los jueces también advirtieron que un cuarto de los sitios de votación del estado no estarán abiertos porque los oficiales electorales no tienen ni tiempo, mi personal suficiente para las elecciones programadas para el 7 de octubre. Hombres y mujeres en las fuerzas armadas también estarán privados de sus votos “porque no esperaban estar en el extranjero todo este tiempo” y entonces no solicitaron papeletas por ausencia.
Ellos dijeron que era mejor no hacer la elección que “diluir el voto de cualquier comunidad particular”, especialmente las de votantes de minoría. “El interés público fuertemente favorece tener la votación durante las elecciones generales del marzo del 2004 para evitar cualquier violación de igualdad de protecciónal”. Ellos señalaron que EEUU “está tratando de convencer a la gente de otros países sobre el valor de elecciones libres y abiertas, hechas justamente y sin caos donde cada ciudadano está asegurado que su voto será contado”.
Los jueces argumentaron que lo que dicen los demandantes contra la destitución “tiene reflejo en la que el Tribunal Supremo recientemente analizó en Bush contra Gore donde los jueces [del Tribunal Supremo] decidieron que el estado ‘no puede, a través del trato distinto y arbitrario, valorar el voto de una persona más que el de otra”. Esa frase se vio como astuta y que sería difícil para el Tribunal Supremo rechazar sin comerse sus propias palabras.
La lucha contra la destitución, encabeza por las fuerzas laborales, está creciendo en esta ciudad que es un campo de batalla contra la destitución y la racista Proposición 54. Este periodista visitó la Federación del Trabajo del Condado de Los Ángeles donde voluntarios de una docena de sindicatos están haciendo llamadas, en español e inglés, en un salón con 50 teléfonos y computadoras. Freddy Harris, afiliado con el Local 99 del sindicato de empleados de servicios, le dijo a este escritor, “La gente me dice ¿donde está la democracia cuando 1,6 millones firma una petición de destitución y tira una elección donde votaron ocho millones?”
Davis recibió un fuerte aplauso de los 600 delegados en una convención especial del Partido Demócrata el 13 de septiembre. El vicegobernador Cruz Bustamante le dio la mano a Davis mientras los delegados voceaban “Destitución, no. Bustamante, sí”.
El próximo día el reverendo Cecil Murray le dio la bienvenida a Davis y al ex presidente Bill Clinton en la Primera Iglesia Africana Metodista Episcopal en el Sur Centro Los Ángeles. La multitud llenó la iglesia y su sótano, donde estaba situada una pantalla grande para ver la actividad. Murray exigió que haga un voto grande contra la destitución.
Robin Harris, una maestra de escuela de Los Ángeles, estaba en el sótano. Ella le dijo a Nuestro Mundo, “Esto es más grande que Gray Davis. Ella dijo que la campaña de destitución es obra de los adinerados, y las grandes corporaciones.
Dice violaría derechos del votante