Los ojos de toda América y el mundo estaban puestos sobre la Quinta Cumbre de las Américas celebrada del 17 al 19 de abril en Puerto España, capital de la República de Trinidad y Tobago, ex colonia británica en el Caribe. Se esperaba que cambie la dinámica de esta cumbre debido a la elección de aun más gobiernos de izquierda en América Latina y la lucha en contra de la dominación imperialista estadounidense.
Desde la primera cumbre que tomó parte en Miami en el 1994 una de las ideas predominante fue la creación del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA), basado en el Tratado de Libre Comercio Norteamericano. Ya para la tercera cumbre, que tomó lugar en Ciudad Quebec en el 2001, los movimientos populares de todas los países del hemisferio se habían movilizado en contra de la política neoliberal. Los planes para que el ALCA, que estaba supuesto entrar en vigencia para el 2005, fracasaron. Washington cambió de idea y empezó a negociar tratados de libre comercio con países individuales.
Varios países declararon no estar satisfecho con la declaración de la Cumbre porque no incluía la reintegración de Cuba a la Organización de Estados Americanos (OEA) y el fin del bloqueo estadounidense a ese país. Los países con gobiernos de izquierda en América Latina tampoco estaban contentos con como el documento proyectaba bregar con la crisis económica mundial por usar fórmulas neoliberales que ya el pueblo de estos países han rechazado. El resultado fue que se aceptó un consenso a favor de la declaración y fue firmada solo por el primer ministro de Trinidad y Tobago, Patrick Manning.
Días anteriores, en la cumbre de la Alternativa Bolivariana para la América, los siete países integrantes de este bloque económico dijeron estar opuestos a la declaración de la Cumbre de las Américas. “Nosotros tenemos una posición muy firme y no creo que haya tiempo de cambiar ese texto y como no hay tiempo no lo vamos a firmar; puedo hablar por mí y por los países del ALBA”, dijo Hugo Chávez, presidente de Venezuela el día antes de la apertura de la Cumbre de las Américas. Los siete países del ALBA son Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Honduras, Domínica, y San Vicente y las Granadinas. Aunque Ecuador no es integrante de la ALBA, su presidente Rafael Correa participó en la cumbre.
ALBA se instaló como un contrapeso al ALCA con su dominación económica estadounidense para tener un proyecto económico en el cual los países tienen pleno derecho a implementar política social y económica para luchar contra la pobreza, el analfabetismo, y la exclusión social.
La cuestión de Cuba fue una de las cuales estaba en los discursos de ambas cumbres.
“Cuba ha sido expulsada por ser leninista, marxista, comunista. Yo quiero decir a los miembros de la OEA, aquí, yo quiero declararme marxista, leninista, comunista, socialista y ahora que me expulsen, quiero que me expulsen de la OEA, no se puede creer que por ser marxista leninista expulsen de la OEA”, dijo el presidente de Bolivia, Evo Morales, recordando que Cuba fue expulsada de la OEA en el 1962 diciendo que cualquier país con un gobierno marxista-leninista era incompatible con membresía en la OEA.
José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, dijo la semana pasada que él considera “un poco absurdo” que a Cuba la mantienen fuera de la OEA visto que Cuba tiene relaciones diplomáticas con casi todos los países integrantes de la OEA. Los últimos dos, Costa Rica y El Salvador, que no tenían embajadas en Cuba, anunciaron que las tendrán. Solo quede EEUU, de los 34 países de la OEA, sin embajada en La Habana.
Como para dar ímpetus a los jefes de estados progresistas de los países latinoamericanos, también se celebró una Cumbre de los Pueblos en la Universidad de las Indias Occidentales en Trinidad. Este encuentro contó con “una gran diversidad de organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, de mujeres, de jóvenes, de pobladores, de derechos humanos, del medio ambiente, en general de organizaciones sociales y civiles que integramos redes hemisféricas como la Alianza Social Continental”.
La Cumbre del Pueblo dijo que la reunión de los jefes de estados, “continúa estando marcada por la exclusión y la falta de democracia” por la exclusión de Cuba. “Consideramos inexplicable e inaceptable que se continúe excluyendo a Cuba de los foros hemisféricos gubernamentales; no existe razón alguna que lo justifique, mucho menos cuando la totalidad de los países del continente, con la ya única excepción de EEUU, mantienen relaciones normales con esa nación soberana”.
Este encuentro de los movimientos sociales apeló por “el cierre de todas las bases militares, la salida de las tropas y la retirada de la IV Flota de Estados Unidos de aguas y territorios de América Latina y el Caribe”. Terminó el mensaje a los jefes de estado con una declaración anticolonial: “Cualquier futuro justo para las Américas implica acabar con toda forma de colonialismo en el Caribe y el continente, empezando por terminar con la dominación colonial sobre Puerto Rico”.
Este reclamo por Puerto Rico se hizo eco en las palabras del presidente Daniel Ortega de Nicaragua. El ex combatiente guerrillero del Frente Sandista por la Liberación Nacional declaró en su discurso en la Cumbre de las Américas, “Otro pueblo que no está aquí presente, porque a diferencia de Cuba, una nación independiente, solidaria, ese otro pueblo está sometido todavía a las políticas colonialistas... me refiero al hermano pueblo de Puerto Rico”.
Estos encuentros muestran que la lucha para la independencia y soberanía de América Latina sigue adelante. Se espera que el gobierno de Obama tome algunos pasos en esa dirección, cosa que el presidente cubano Raúl Castro y el mandatario venezolano han hecho claro están dispuestos a colaborar para hacerlo realidad. Como le dijo Hugo Chávez a Barack Obama en inglés, “I want to be your friend”. Ahora depende de Obama.
Diferente cumbres con diferente agendas