WASHINGTON — Un informe publicado por el Insititute for Policy Studies (IPS) y Foreign Policy i Focus (FPIF) titulado, “Una ‘Transición’ Fracasada: El Creciente Costo de la Guerra en Irak”, desacredita la declaración del presidente Bush que la guerra fue un éxito y que Estados Unidos tiene más seguridad ahora.
El reporte cita al economista James Galbraith que califica la guerra como “un puñal en el corazón de la economía estadounidense” que tiene un costo estimado de $3.415 por familia para tres años de ocupación.
El ex asesor económico de la Casa Blanca Lawrence Lindsay, fue despedido por Bush en el 2002 por predecir que la guerra le costaría a EEUU entre $100 mil millones y $200 mil millones. “Lindsay tuvo razón”, dice el informe. “El Congreso ya ha aprobado tres proyectos de emergencia para un total de $151,1 mil millones para Irak ... Otra apropiación suplementario de $60 mil millones se espera después de las elecciones”. Eso pondría el total a $211 mil millones, de acuerdo al estimado del candidato presidencial demócrata John Kerry.
Ese dinero pudiera pagar para 23 millones de vales para rentas para familias de bajo ingreso, seguro médico para 27 millones, sueldos para tres millones de profesores de escuela, 678 mil camiones de bomberos, o el programa preescolar Head Start par 20 millones de niños, dice el informe.
El informe, escrito por la especialista de IPS Phyllis Bennis y un equipo de otros, contradice la propaganda eleccionista de Bush que la “transición” está adelantándose y que la libertad iraquí está a la vuelta de la esquina.
La situación en Irak se continúa deteriorando ambos en términos de muertos y heridos, el costo financiero al Tesoro de EEUU, y el daño que la guerra le ha impuesto a el prestigio moral de EEUU a través del mundo. Como Kerry acusó en el segundo debate presidencial en St. Louis, la administración Bush-Cheney están construyendo bases militares para una ocupación permanente de Irak, en vez de prepararse para retirar las tropas estadounidense.
El reporte dice que un promedio de 482 soldados estadounidense murieron o fueron heridos cada mes durante el periodo que terminó mayo 1, 2003, cuando Bush cantó victoria en un portavión. Durante la ‘transición’ que empezó poco más de un año después, 28 de junio del 2004, el promedio de muertes y heridas estadounidense subió a casi doble – 747 mensual. Casi 1.100 soldados de las fuerzas norteamericanas han muertos. Acuerdo al Pentágono, 7.413 soldados estadounidenses fueron heridos desde el empezar de la guerra, 94 por ciento de ellos desde que Bush proclamó que “los combates principales” habían terminado. Otras fuentes ponen el número aun más alto.
Como 40 mil iraquíes murieron desde el 20 de marzo, 2003.
Mientras Bush afirma que hay progreso sojuzgando a Irak y aplastando la insurrección, el informe cita estimados del Pentágono que el número de combatientes de resistencia iraquí se ha cuadrúplicado desde noviembre 2003 hasta principios de septiembre 2004 – de 5.000 a 20.000.
El informe cita al general de división británico Andrew Graham que el verdadero número de insurgentes está entre 40.000 y 50.000, reforzando la creciente creencia pública de que Bush-Cheney están perdiendo la guerra igual que la batalla por “los corazones y mentes” del pueblo iraquí.
El reporte señala que, desde el empezar de la “transición”, ocho países retiraron sus tropas simbólicas de Irak. Costa Rica se unió a España para quitarse de la lista de la coalición. El porcentaje de la población mundial representada en la “coalición de los sobornados y coaccionados” bajo de 19,1 por ciento en marzo del 2003 a 13,6 por ciento en septiembre del 2004.
“Las encuestas revelan que la guerra causó daño a la posición y credibilidad del gobierno estadounidense en el mundo”, dice el informe. “Sondeos en ocho países europeo y árabe muestran un acuerdo amplio de que la guerra hace más daño que bien a la guerra contra el terrorismo. Aquí, 52 por ciento de los norteamericanos están en contra de como Bush maneja a Irak”. El informe agrega que 69 por ciento de los estadounidenses creen que la guerra ha “empeorado la imagen de EEUU en el mundo”.
El reporte cita a la acusación del secretario general de la ONU Kofi Annan que la invasión de Irak fue ilegal. La guerra “viola los principios principales de la ley internacional”, continúa el informe, mientras que la doctrina de guerra preventiva de Bush “ha establecido un precedente peligroso para otros países actuar como agresores militares tomando cualquier oportunidad para responder militarmente a cualquier afirmación de amenazas, sean verdaderas o ingenias”, aludiendo a la mentiras de Bush de que Irak tenía armas de destrucción masiva y lazos con Al Qaeda como pretexto para la guerra.
La ocupación continúa violar las Convenciones de Ginebra que prohíben “castigos colectivos” tal como cerrar pueblos enteros, demolición de hogares y arrestos o secuestros de gente incocente, dice el informe. Los autores acusan a las fuerzas de ocupación de recurrir a “asesinatos de líderes opositores iraquíes”.
Continúa diciendo, “La muy publicitada humillación, tortura y brutalización de los presos iraquíes (en Abu Ghraib y otras cárceles operada por EEUU) por oficiales de inteligencia y guardias estadounidenses le dio una nueva licencia a los gobiernos alrededor del mundo, en particular los aliados de EEUU ... La negativa de investigar más alto en la jerarquía de la administración fue específicamente dañino a los derechos humanos internacional”.
El reporte critica a la administración Bush por el notorio memorándum del departamento de Justicia que Bush no está obligado por los “tratados internacionales prohibiendo a la tortura o por las leyes federales contra la tortura”. El memorándum “está completamente en violación del Convenio Internacional contra la Tortura, de cual EEUU es signatario”.
Bush y Cheney hablan de “apoyar las tropas”. Pero han forzado a soldados y sus familias, especialmente los de las reservas y la Guardia Nacional, soportar la carga de una guerra mientras que sus compinches ricos se benefician de gran lucro por la guerra”.
“Para muchas familias ... esto significa luchar para sobrevivir con el sueldo militar”, dice el documento. “Estudios muestran que entre 30 y 40 por ciento de la reserva y miembros de la Guardia Nacional ganan un sueldo menos cuando dejan el empleo civil para ser desplegados. Se enfrentan a la pérdida del sostén de la familia por periodos largos, las familias militares están bregando con dificultades económicas que los conducen al desempleo, quiebra, hambre y pésimas condiciones de vivienda.
A pesar de las leyes que prohíben a las compañías despedir a los que están en la reserva o la Guardia Nacional por cumplir con su deber, más y más compañías están echando a los soldados mientras el Pentágono impone su programa “stop loss” [no permitir que dejen el servicio militar después de cumplir con el periodo de servicio], y extensiones involuntarias de hasta dos años, para prevenir una crisis de falta de personal en Irak. Un servicio de ayuda a soldados que fueron despedidos durante su estadía en Irak reporta que reciben 400 llamadas semanal de soldados que perdieron su empleo. Durante su segundo debate con Bush, Kerry acusó a la administración de operar un “servicio militar obligatorio” con este programa.
El documento nota que en el condado Thurston en el estado de Washington, donde está el Fuerte Lewis, 250 familias tuvieron que inscribirse en el programa de nutrición WIC para poner cumplir con los requisitos para recibir cupones de alimento para darle de comer a sus hijos. “A veces los soldados ni reciben el bajo pago cuando deben”, acusa el estudio, citando a un reporte de la Oficina General de Contabilidad del gobierno federal que 49 soldados asignados a la Compañía Intendente 824ta “no recibieron pago por combate al cual tenían derecho hasta tres meses después de estar desplegados en el exterior”.
Compare esto con el trato suave que el Pentágono le dado a Halliburton, Bechtel y otras compañías con contratos militares que tienen lazos con Bush y Cheney. Los auditores del Pentágono recomendaron que se retengan $160 millones en pago a Halliburton por comida que KBR, compañía propiedad de Halliburton, falsamente sostuvo que le sirvieron a los soldados en Irak. Halliburton también le cobró $61 millón de más al Pentágono por gasolina que trajeron de Kuwait a Irak. Los pagos fueron congelado brevemente, pero después resumieron sin explicación. Halliburton también cogió $6 millones en soborno de los subcontratistas. Pero los negocios iraquíes fueron dejado sin contratos lucrativos militares y de reconstrucción.
El texto completo del informe se puede conseguir en inglés al www.ips-dc.org.
Se puede comunicar con el autor al greenerpastures21212@yahoo.com.
El creciente costo de la guerra en Irak