WASHINGTON – Cientos de miles de manifestantes marcharon en ciudades y pueblos a través de Estado Unidos y alrededor del mundo el 26 de octubre para protestar la movida de George W. Busha hacia una guerra unilateral contra Irak.
Organizadores estimaron que 200.000 marcharon en Washington, 80.000 en San Francisco, 3.000 en Chicago, 4.000 en Seattle, 2.500 en Portland, Oregon, 30 en Salt Lake City, 200 en Tallahassee y 100 en Charlotte, Carolina del Norte.
En St Paul, Minnesota, 10.500 salieron para oponerse a una guerra contra Irak y mostrar su pena por la muerte del senador Paul Wellstone que murió junto con su esposa, Sheila, su hija y otros al estrellar el avión en que viajaba la semana pasada. Más de 2.500 marcharon a la casa del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, cerca de Taos, Nuevo Méjico.
Un montaje de letreros pintados a mano llevaban mensajes como “Soltemos a Bush, no a las Bombas,” y “Nebraska por la Paz,” y “No sangre para petróleo.”
“Todavía hay tiempo. Podemos parar esta guerra,” dijo el reverendo Jesse Jackson mientras la multitud aplaudía afueras del Capitolio. “Esta vez la ‘mayoría silenciosa’ está con nosotros. La mayoría de los estadounidenses no quieren esta guerra. Si nos lanzamos a un ataque preventivo, perderemos toda autoridad moral. Tenemos que tener una orden más alta que la diplomacia de ‘una bala.’”
La retórica de guerra de Bush, continuó Bush, “es una diversión, un atentado de cambiar el tema antes de día de las elecciones ... enmascarando el desempleo creciente y la pobreza, déficit en el presupuesto, y los delitos empresarios.”
“Si confiamos en la democracia, tenemos que tomar ventaja del derecho de votar por la cual tantos mártires dieron sus vidas,” dijo Jackson. Él le dijo a la multitud que se deben mover para votar el 5 de noviembre y que lo hagan por el fallecido senador Paul Wellstone y su esposa Sheila. Wellstone era un gran luchador por la paz y las reclamaciones del pueblo.
Clarence Thomas, secretario tesorero del Local 10 del Sindicato Internacional de Muelles y Almacenes en el área de San Francisco, California criticó a Bush por invocar el Acta Taft-Hartley contra 10.500 obreros portuarios afiliados con su sindicato. Él dirigió a los manifestantes en vocear “Bush fuera de los puertos, Bush fuera de Irak.”
Michael Letwin, coordinador de Labor contra la Guerra de la Ciudad de Nueva York, le dijo a los participantes que el fallecido presidente de la AFL-CIO George Meany había dicho que él no hubiese apoyado la guerra contra Vietnam si él hubiera sabido por adelantado el costo en pérdida humana. “No podemos darnos el lujo de cometer ese error otra vez,” dijo Letwin.
La actriz Susan Sarandon dijo que ella estaba hablando como una madre y de parte de las madres de Irak luchando para salvar sus niños de la guerra y un bloqueo por EEUU.
En el Embarcadero en San Francisco, una gran multitud llenó la Calle Market de acera a acera por muchas cuadras. La congresista Barbara Lee, demócrata por California, quien dio el único voto en contra de la guerra contra Afganistán le dijo a los manifestantes que el Congreso fue inundado por llamadas telefónicas y correo electrónico y que eso hizo que subiera el número de congresistas en la Cámara que votaron en contra la resolución de guerra contra Irak a 133. “Vamos parar esta locura,” dijo Lee. “Vamos librarnos de estas armas de alto poder ... dejemos que hoy sea el primer día de retomar la Casa Blanca en el 2004.”
Dolores Huerta, una fundadora del Sindicato de Trabajadores Agrícola (UFW) le dio las gracias a todos que apoyaron la legislación pro laboral y alabó al gobernador Gray Davis por firma el proyecto haciéndolo ley. “Por primera vez en la historia norteamericana vamos a parar una guerra antes de que empiece,” ella dijo. “¿Podemos parar esta guerra?,” ella preguntó. Ella contestó con el lema favorito del fundador de la UFW César E. Chávez – Sí se puede.
El senador estatal John Burton le dijo a la multitud que el ímpetu bélico de Bush “tiene que ver con el petróleo, y quitar la atención del pueblo de los problemas domésticos y la economía ... Es una razón muy mala para matar a gente inocente en Irak.”
La marcha en Washington, encabezada por los trabajadores portuarios del Local 10, le dieron la vuelta a la Casa Blanca. Ellos voceaban “No sangre por petróleo” y “Cambio de régimen empieza aquí.” Susan Perkins, de Billerica, Massachusetts, portaba un letrero que decía “¿Llevarse mi hijo por el petróleo? Cuando lo saquen de mis manos frías muertas.” Ella le dijo a Nuestro Mundo que su hijo tiene 16 años. “Mis memorias de Vietnam son la de mi madre llorando noche tras noche pensando si sus hijos iban a regresar vivo. Ahora sabemos que la Resolución del Golfo de Tonkin era una mentira usada para enviar a medio millón de muchachos a la guerra. El mejor amigo de mi hermano, Charlie McMann, él está en esa muralla,” ella dijo señalando al monumento a los caídos en Vietnam. En esa guerra murieron 58.151. “A él lo mataron el último día de la guerra. ¿Y para qué?”
David Grubbs, que trabaja cuidando a los incapacitados mental en Harrisburg, Pennsylvania, portaba un letrero con los nombres de Timothy McVeigh, John Muhammad, y Osama bin Laden, todos productos de la primera guerra en el Golfo Pérsico y preguntaba ‘Que tipo de monstruo traerá la próxima guerra?” Él le dijo a este reportero, “La guerra formó a estos hombres en máquinas para matar. El sistema nervioso humano no está diseñado para ser una máquina para matar.”
Cuando la marcha se cercó a la Casa Blanca, unas filas de policía montado a caballo bloqueó el paso. La situación se ponía más tensa minuto tras minuto. El reverendo Jesse Jackson fue y negoció con el comandante de la policía. La policía abrió paso y la gente entraron.
En otras partes del mundo también protestaron. En Berlín marcharon 30 mil, 3 mil en Madrid, 1.500 en Copenhague, Estocolmo tuvo mil. También hubieron marchas en Corea, Japón, Méjico e Irak.
Evelina Alarcón, Mark Almberg, Juan López, y Rosita Johnson contribuyeron a este artículo.
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