Defensores de la Carta de Derechos denunciaron las nuevas reglas que el secretario de Justicia, John Ashcroft, anunció el 30 de mayo. Ellos dijeron que las reglas abre la puerta a más espionaje contra el movimiento popular, causando miedo e intimidación mientras hace nada para combatir al terrorismo.
“El desafío continuo de la administración contra las garantías constitucionales parece no tener fin”, declaró John Conyers, demócrata por Michigan y el de mayor rango de su partido en el Comité Judicial de la Cámara.
“Estas reglas envían un mensaje al FBI y la policía: no hay nada que los aguante,” dijo Kit Gage, representante en Washington del Comité Nacional contra Legislación Represiva y directora de la Fundación Primera Enmienda. Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre, ella añadió, “hemos visto un enfriamiento del derecho de protestar. La comunidad musulmana ya está sintiendo la represión.” Las reglas, continuó Gage, encajan bien con la represiva Ley Patriótica EUA que fue empujado por el Congreso sin vistas públicas ni debate dentro de un ambiente de histeria sobre la “guerra contra el terrorismo.”
Las reglas Ascroft fueron anunciadas bajo una lluvia de crítica contra el FBI y la CIA, acusando a las agencias de ignorar información antes del 11 de septiembre que demostraba que los terroristas estaban planeando secuestrar aviones. Ashcroft usó estos fallos como pretexto para aumentar el espionaje del FBI.
Las restricciones sobre el espionaje y la infiltración por el FBI fueron impuestas por el secretario de Justicia Edward Levi en el gobierno del presidente Ford. En audiencias públicas encabezadas por el congresista Otis Pike, demócrata por Nueva York, y el senador Frank Church, demócrata por Idaho, reveló que el FBI estaba envuelto en espionaje, infiltración y otras actividades calculadas a poner obstáculos al trabajo de organizaciones populares. Este programa infame se llamaba COINTELPRO.
El reverendo doctor Martin Luther King, hijo, por ejemplo, fue seguido por el FBI y escuchaban sus conversaciones telefónicas a través de micrófonos ocultos. Bajo las órdenes del director del FBI, se le envió cartas anónimas llamándolo un farsante y diciéndole que si no se suicida iban a hacer público información para destruirlo personalmente.
Las reglas Levi hizo que servicios de adoración religiosa en iglesias, templos y mezquitas estaban fuera de límite para el espionaje FBI. Ahora las nuevas reglas permiten al FBI espiar e infiltrar organizaciones religiosas. “Si el público es bienvenido, entonces el FBI es bienvenido,” dijo Ashcroft.
Las reglas Levi requieren “causa probable” de actividad criminal antes de la autorización de una investigación. También requiere autorización de la directiva del FBI antes de espiar. Peo Ashcroft quitó ambas protecciones, permitiendo que cada oficina pueda iniciar operaciones clandestinas sin la más mínima prueba que los grupos estén envueltos en actividad criminal.
Emile Schepe, director de programa del Comité de Chicago para Defender la Carta de Derechos, advirtió que hasta bajo las reglas Levi el FBI espiaba a oficiales electos afronorteamericanos y a grupos tal como el movimiento independentista puertorriqueño. Sin embargo, él dijo, las reglas de Ashcroft es un gran salto en el nivel de represión de parte del FBI. “Queremos vistas públicas ante los comités judiciales del Senado y la Cámara,” él dijo.
Una coalición de organizaciones de libertades civiles enviaron una carta al presidente del Comité Judicial del Senado Patrick Leahy, demócrata por Vermont, y al líder de los republicanos en ese comité, Orrin Hatch de Utah. También se envió la carta al presidente de Comité Judicial de la Cámara, el congresista James Sensenbrenner, republicano por Wisconsin, y a Conyers. Las cartas piden vistas públicas sobre las reglas Ashcroft.
Ashcroft terminar con las reglas de Levi unilateralmente “trae cuestiones de autoridad Constitucional que requiere la atención inmediata del Congreso,” dice la carta. “No pensamos que Ashcroft tiene la autoridad de envolverse en el espionaje doméstico.”
La carta dice que las organizaciones están preocupadas porque las reglas le otorga al FBI la autoridad de buscar información electrónica sin satisfacer ninguna norma legal ni riquiere revista judicial. “Tal manera de otorgar autoridad policiaca en Estados Unidos es directamente contraria a las Primera y Cuata Enmiendas ... establecida por nuestro tipo de gobierno,” dice la carta.
La carta advierte que las reglas Ashcroft permite “el espionaje sin límite de religiones y actividad política legal en violación a la Primera Enmieda y que tal espionaje se centralizará contra árabeamericanos, musulmanes e inmigrantes, entre otros.”
Espionaje contra organizaciones populares