EL CAIRO (AP) - El asediado régimen egipcio anunció el lunes un aumento del 15% en salarios y pensiones, en el intento más reciente por calmar la ira popular en medio de protestas que exigen el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak.
La decisión del gabinete fue anunciada tras promesas de que se investigarán las denuncias de fraude electoral y corrupción oficial, que han hecho poco para convencer a las decenas de miles de personas que ocupan el centro de la plaza Tahrir a que concluyan su protesta, ya de dos semanas.
La televisión estatal anunció también que la familia del detenido gerente de comercialización de Google Inc., quien ayudó a organizar las manifestaciones contra Mubarak, "ha sido notificado de que se será liberado esta noche".
Wael Ghonim fue uno de los más destacados organizadores jóvenes de las protestas y fue detenido por agentes de seguridad el 28 de enero.
El recién nombrado ministro de Finanzas, Samir Radwan, dijo que se destinarán unos 6,5 millones de libras egipcias (960 millones de dólares) para cubrir los aumentos, que entrarán en vigor en abril para los 6 millones de personas en la nómina pública.
El anuncio de los aumentos fue hecho luego que el gobierno egipcio se comprometió el lunes a investigar la corrupción de funcionarios y el fraude electoral, pero miles de manifestantes se mantuvieron firmes en su decisión de permanecer en una plaza del centro de El Cairo hasta que el presidente dimita.
Tras dos semanas de inestabilidad que han llevado a la nación más poblada del mundo árabe al borde de la anarquía, la crisis parecía mantenerse en un estado de estancamiento temporal.
Aunque el gobierno ha accedido a otorgar una serie de concesiones, los manifestantes siguen insatisfechos. Aún así, el ambiente se ha mantenido calmado, con la plaza Tahrir pareciendo más un carnaval que el campo de batalla con manifestantes lanzando piedras en que se convirtió en los últimos días.
Implementar las decisiones judiciales contra los legisladores del partido gobernante podría provocar que muchos perdieran sus escaños y se forzara la disolución del Parlamento, generando así nuevas elecciones.
El nuevo vicepresidente del país se reunió por primera vez el domingo con la Hermandad Musulmana, declarada ilegal, y otros grupos de la oposición, a los cuales ofreció ciertas concesiones, como garantizar la libertad de prensa y reducir los poderes de la Policía.
Los manifestantes en la plaza de El Cairo, sin embargo, dijeron que siguen insatisfechos.
Mohamed Eid, un estudiante en la plaza Tahrir, dijo que su principal objetivo es que Mubarak renuncie. "No aceptamos nada distinto", agregó.
Foto: Los manifestantes llenan plaza Tahrir, en el centro de El Cairo. (AP / Lefteris Pitarakis)