MEXICO, D.F. — Hugo Chávez no es el único líder en América Latina en emprender las necesarias reformas sociales. Andrés Manuel López Obrador, el jefe de gobierno del Distrito Federal inclinado a la izquierda y líder del Partido de la Revolución Democrática (PPD), ha estado siguiendo una agenda progresista desde que fue elegido en el 2000.
la Ciudad de México, con 20 millones habitantes, se enfrenta a problemas sociales graves – problemas que solo se empeoran por la política económica estadounidense de “libre comercio”. Con la excepción de los distritos de clase alta-mediana, los arrabales en deterioro cubren mucho de la ciudad. Porque los sueldos son bajo y el desempleo alto, gran parte de la población vive en pobreza. El robo y los delitos violentos son comunes. Una niebla tóxica cubre la ciudad la mayoría de los días, matando a 1.500 personas al año.
A pesar de los recurso limitados del gobierno, López Obrador pone presión para conseguir nuevas inversiones en servicios sociales y mejoramiento en la infraestructura. Residentes ancianos de más de 70 años, los incapacitados y los niños de madres solteras reciben un cheque mensual del gobierno para ayudar con los gastos. Los pobre reciben servicios médicos gratis. Clínicas dentales móviles viajan pasan por los vecindarios pobres, proveiendo servicios de bajo costo. El gobierno está construyendo orfanatos para los niños desamparados de la ciudad y está construyendo viviendas asequible para los pobres.
La administración de López Obrador pasó unas normas más estrictas de emisiones y aumentó la transportación pública para reducir la contaminación ambiental. Construyó escuelas por la primera vez desde el 1973, otorgó préstamos de bajo interés para gente que quieren empezar su propio negocio para poder reducir el desempleo, y está empezando un programa grande de reciclaje.
La economista Olga Rivera Barrigan le dijo a Nuestro Mundo que el gobierno de López Obrador está cumpliendo con su programa con un presupuesto mínimo. “Con pocos recursos, el gobierno ha podido hacer mucho”, ella dijo. “Tomando medidas tal como manteniendo los salarios administrativos bajo, la administración de López Obrador ha podido dirigir dinero a los programas sociales y de infraestructura”.
Los acontecimientos de López Obrador son aun más impresionantes visto que el derechista Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) han maniobrado en la Asamblea Nacional para recortar la contribución del gobierno federal al presupuesto de Ciudad de México. Esto fue un intento directo de minar a López Obrador.
Otra parte de su gobierno es bregar con la cultura de la corrupción que existe en Méjico, donde todo el mundo, desde policía hasta jueces, están demandando sobornos, y los oficiales públicos y los políticos son notorio por robar de los fondos públicos. Para combatir a la corrupción el gobierno ha implementado un programa de vigilancia pública. La junta de directores de cada agencia gubernamental, desde la policía hasta la transportación pública, tiene nos voluntarios sin remuneración que son permitidos hacer escrutinios de las operaciones e informar al gobierno de cualquier desviación sospechosa de fondos. “Los ahorros que viene de reducir la corrupción son evidente, libran recursos para los programas”, dijo Barrigan. El gobierno también despidió a 2 mil policías corruptos.
López Obrador no solo se preocupa con mejorar las condiciones en Ciudad de México, sino que ha llamado en favor de cambios al nivel nacional también. La mitad de los 100 millones de mejicanos no ganan suficiente para las necesidades básicas. López Obrador dice que la economía neoliberal de libre mercado de Méjico no ha producido crecimiento económico en los últimos 20 años. Él agregó que si no ha habido una explosión social, es porque miles de mejicanos han emigrado, vaciando al país de los jóvenes.
A pesar de escándalos recientes que han manchado al PRD nacionalmente, y los esfuerzos recientes de la oposición de desacreditar a López Obrador a través de lo que algunos observadores acusan son acciones legales en los tribunales motivado por la política, él todavía es una figura popular en Ciudad de México y más allá. En un referéndum el pasado diciembre donde se le preguntó a los residentes si estaban contentos con López Obrador como jefe de gobierno, un 95 por ciento votaron que sí.
Se está especulando que López Obrador pueda entrar en la contienda presidencial para el 2006 como candidato del PRD. Las encuestas muestran que él sería el de más popularidad. Mientras tanto, su gobierno popular de orientación izquierdista continúa mostrando el camino en Méjico.
Se puede comunicar con el autor al tpelzer@shaw.ca.
Gobierno que ayuda a los pobres