WASHINGTON — En un discurso pronunciado el 16 de enero en la Sala Constitucional aquí, Al Gore demandó que se nombre un fiscal especial para investigar los abusos dictatoriales del poder, incluyendo la intercepción de llamadas telefónicas.
El candidato presidencial del 2000 exigió que, “Tanto congresistas republicanos como demócratas deben respaldar el llamado bipartidista de la Coalición de Libertad para bregar con las cuestiones criminales que surgen por la intercepción electrónica sin orden judicial de norteamericanos por el presidente”.
Él se refería a la orden secreta que Bush le dio a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés) en el 2001 de gente que no habían violado las leyes. Esta vigilancia ilegal de Bush, él agregó, “debe ser una cuestión política en cualquier contienda, sin importar partido, sección del país, [o] cámara del Congreso” en las elecciones de este año.
En la ciudad de Baltimore, tres líderes del movimiento de paz hicieron eco de los sentimientos de Gore. Max Obuszewski, Cindy Farquhar y Ellen Barfield dijeron que la NSA los estaba vigilando con la ayuda de la Unidad de Inteligencia de la Policía de Baltimore y el Grupo de Trabajo Junto sobre Terrorismo. (Una resolución del Concejo Municipal de Baltimore ordenó a la policía de Baltimore que no coopere con vigilancia sancionada por la Ley Patriota.)
Los tres fueron arrestados en octubre 2003 mientras protestaban contra un complejo de la NSA en el Fuerte Meade. Durante el juicio, en agosto 2004, Farquhar, que actuó como su propia abogada, cuestionó tan persistente al mayor de la policía de la NSA, Michael E. Talbert, que este dejó conocer un “plan de acción” de ocho páginas que reveló que se espiaba contra el movimiento de paz de Baltimore. Este comprobó que los blancos de la vigilancia de Bush era contra gente que participaban en protestas legales pacíficas y no “terroristas”.
“Esta administración no tiene vergüenza”, dijo Obuszewski, un dirigente de Baltimore Pledge of Resistance, agregando que Bush está llenando el Tribunal Supremo con sus nombramientos porque “él quiere un fallo que diga que esto es “tiempo de guerra” y que él puede hacer lo que quiera”.
Barfield, una dirigente local de Veteranos por la Paz, dijo que la “intimidación” es el propósito de Bush. Aunque ella dijo que su gente no se va dejar intimidar, “hay otra gente que pueden estar tan preocupado por la guerra en Irak como nosotros que serán intimados. Ellos tiene empleo por el cual preocuparse”.
En su discurso Gore apuntó a que Bush admitió la vigilancia pero que dijo que no tenía ninguna intención de pararlo.
Gore recordó que en los 1960s, el director del FBI, J. Edgar Hoover, ordenó que se espíe y hagan fechorías contra Martin Luther King y cientos de miles de gente que protestaban contra la guerra en Vietnam. “El FBI privadamente tildó a King de ser el “más peligroso y efectivo líder negro en el país”, chantajeándolo para que se suicide. Esta campaña duró hasta el asesinato de King.
Gore dijo que por lo que ya se sabe hace uno llegar a “la conclusión de que tenemos un presidente de EEUU que viola las leyes” tiempo tras tiempo y es “una amenaza a la estructura misma de nuestro gobierno”.
Gore también denunció la afirmación de Bush que él tiene la autoridad de torturar, abusar y humillar a los detenidos por la CIA y el Pentágono en sitios clandestinos. Él dijo que “más de 100 de estos presos murieron mientras eran torturados por interrogadores de la rama ejecutiva”.
Gore dice Bush es peligroso para país