VANCOUVER, British Columbia — Aunque el pueblo haitiano experimenta mejoras en el ambiente político del país, su situación económica sigue deteriorando, dijo Roger Annis, un representante de la Red de Acción Canadá-Haití.
Annis visitó Haití del 5 al 20 de agosto como parte de una delegación de siete activistas pro Derechos Humanos enviados por organizaciones estadounidenses de haitianos. Entre otras cosas, quiso observar los cambios que han ocurrido desde la restauración de la democracia el año pasado.
“La vida ha mejorado para el haitiano típico en el ámbito político”, le dijo a Nuestro Mundo en una entrevista aquí, “lo peor de la represión que pasó durante los dos años después del golpe de estado en contra del gobierno elegido [de Jean-Bertrand Aristide] se ha suavizado”.
Dijo que el actual gobierno encabezado por el presidente René Preval acabó con los ataques asesinos de efectivos de la Policíaca Nacional Haitiana (PNH) en contra de los barrios pobres, donde habían matado y herido a demasiada gente. Tan solo en la zona de Puerto Príncipe, la policía y la fuerza “estabilizadora” de la ONU (MINUSTAH) mató a 4.000 hombres y mujeres durante el plazo de dos años bajo el gobierno de Gerard Latortue, agregó.
El 29 de febrero de 2004, Fuerzas Especiales estadounidenses respaldaron un golpe de estado en contra del presidente Aristide, lo detuvieron y lo llevaron en avión a la República Central Africana. Estados Unidos, con la ayuda de la ONU, Canadá y Francia, luego estableció un gobierno interino encabezado por Latortue.
A pesar de algunas mejoras en su conducta, la policía nacional sigue funcionando fuera de la ley, dijo Annis. Dos comisionados nombrados por Preval y el sistema de justicia en dos de los 20 distritos haitianos dijo a su delegación que la PNH sigue haciendo arrestos ilegales en desobediencia a la Constitución nacional.
Mencionando que la policía Real Montada Canadiense empezó a entrenar a la PNH hace tres años, Annis dijo “Uno tiene que preguntar ¿de que han servido tres años de entrenamiento si funcionarios del gobierno haitiano siguen diciendo que la PNH todavía se niega a reconocer las autoridades de la constitucionales?”.
Aunque ha habido progreso en poner en libertad a los presos políticos, cientos siguen encarcelados, según Annis. Su delegación se reunió con funcionarios del ministerio de Justicia que se quejaron de que una falta de inmuebles para los y de jueces que pueden revisar los casos ha prevenido la liberación de los presos políticos restantes.
Aunque MINUSTAH actúa en una forma menos brutal en contra del pueblo, violencia de parte de tropas de la ONU sigue siendo un problema, dijo Annis.
El ambiente político en general aun está frágil todavía, continuó. Por ejemplo, su delegación atravesó por un desastre cuando su guía, el conocido activista pro derechos humanos Lovinsky Pierre-Antoine, desapareció en la segunda semana de la gira. Esto tuvo el resultado de forzarlos cancelar las reuniones con Preval y otros. Lovinsky sigue desaparecido, y Annis teme que las fuerzas derechistas son las responsables.
“Lo que no ha mejorado es la situación económica y social del país en general, que sigue deteriorando”, dijo. Entre 70 y 80 por ciento de la fuerza laboral sigue desocupada, y el dinero que haitianos que viven en el exterior envía a sus familiares es el factor clave para mantener aflote a la economía. “Servicios básicos como escuelas, salud, electricidad y agua potable no existen”, dijo.
“El gobierno de Preval carece de los recursos para bregar con las necesidades económicas y sociales más urgentes, ni la capacidad de conseguir tales recursos por medio de los impuestos”, comentó Annis. “No ha existido la voluntad ni programas de parte de la autoridad de ocupación de la ONU para bregar con el catástrofe social y económico”.
Dijo que solo Cuba y Venezuela están ayudando a Haití, construyendo escuelas y hospitales, entre otros proyectos.
Annis dijo que los haitianos también reconocen que el gobierno de Preval no es un régimen soberano y que funciona restringido por la autoridad de ocupación de la ONU y de los países extranjeros. Además, Preval tiene que contender con una Asamblea Nacional y Senado dominados por las derechas.
“Lo que preocupa es que el gobierno de Preval ha comenzado un programa para privatizar a lo que quedan de las empresas publicas”, dijo, mencionando la venta de la telefónica y la anticipada privatización del servicio eléctrico, de las aduanas y del aeropuerto nacional. “Esto es de gran preocupación a los sindicatos y movimientos populares en Haití”.
Los haitianos necesitan la solidaridad mundial más que nunca, dijo Annis.
Grave situación económica para Haití