Huelga Yale anima movimiento por justicia económico

NEW HAVEN, Connecticut – El 40 aniversario de la Marcha por Empleo y Libertad puntualizó la primera semana de la huelga de los trabajadores de la Universidad Yale y el Hospital Yale New Haven, subrayando la creciente unidad de los movimientos laborales y de derechos civiles.

El reverendo Jesse Jackson se unió a los miles de trabajadores que estaban haciendo piquetes, manifestaciones y desobediencia civil. Jackson dijo que la lucha por la justicia económica en Yale era como la histórica lucha por el derecho al voto en Selma, Alabama.

Marie Harris, en huelga de su trabajo en la cocina del hospital, se dirigió a la congregación en la iglesia Varick AME Sión el domingo. “Estoy orgullosa de ser parte de uno de los mejores hospitales de Estados Unidos, pero cuando tiene que ver con como nos tratan, no hay nada de orgullo en eso”, ella dijo. Sus compañeras de trabajo tienen que acudir a la asistencia pública para cobertura médica, y trabajar más de dos trabajo para pagar la renta, mientras que el presidente de la compañía tiene un sueldo de más de $1 millón.

La Universidad arrogantemente descartar las propuestas de la unión para pensiones, aumentos salariales, y seguridad de empleo a pesar de tener inversiones de más de $11 mil millones y un plan de pensión con más de $200 millones de lo que necesita. El trabajador típico de Yale se retira con $600 mensual. Ocho trabajadores jubilados ocuparon la oficina de inversiones de la Universidad exigiendo saber donde está el dinero de sus pensiones.

El tercer día de la huelga, 83 trabajadores ocuparon las cruces de las calles principales alrededor de la Universidad mientras muchos otras estaban en las aceras voceando consignas. El tráfico se paró por millas mientras padres y estudiantes trataban de transportar muebles, ropa y computadoras a los cuartos de los estudiantes.

Para el Día del Trabajo, la ciudad ya estaba lista para la gran marcha de casi cinco mil encabezada por Jackson, que, con 19 otros cleros y oficiales públicos, se envolvió en una acción de desobediencia civil al fin de la actividad.

El reverendo Scott Marks, director del Centro de Connecticut para una Nueva Economía (CCNE) de New Haven, dijo, “Empezamos un fuego aquí. Esta marcha empieza una campaña de 15 meses para sacar a Bush de la Casa Blanca”.

En un discurso que fue televisado nacionalmente el 28 de agosto desde una manifestación masiva del paro, Jackson afirmó que se tiene que cumplir con la promesa rota de Estados Unidos de empleo y libertad. Hablando de la Guerra Civil, él declaró que “ambos los derechos civiles y laborales nacieron de la emancipación [de esclavos] ... Cuando nos unimos, cruzando las barreras de raza y religión, cruzamos del campo de batalla racial al sitio común económico”.

Yale, una de las instituciones educativas más ricas del mundo, está en el centro de la séptima ciudad más pobre del país. New Haven tiene una mayoría afronorteamericana y latina. Una vez era una ciudad industrial viva, y ahora ha perdido mucho trabajo de manufactura en las últimas décadas. La Universidad y el Hospital ahora emplea un cuarto de la mano de obra de la ciudad. Solo tres por ciento de los trabajadores de Yale son latinos o afronorteamericanos, y muchas veces están estancados en trabajo de poca paga. El CCNE está reclamando un convenio social que incluye contratar a latinos, entrenar y promover a los trabajadores afronorteamericanos, y aumentar las contribuciones de la Universidad a la ciudad con el propósito de usarlo para la educación pública, viviendas asequibles y servicios médicos.

“Esto es más que una lucha laboral”, dijo John Wilhelm, presidente internacional del sindicato de Empleados de Hoteles y Restaurantes. “Lo que pasa en Yale es una lucha por el futuro de esta comunidad”.

Wilhelm, graduado de Yale en el 1967, llamó la marcha de trabajadores, estudiantes, maestros graduados, y gente de la comunidad del Día del Trabajo, “la unión más grande de todas partes de esta comunidad en la historia de New Haven ... Ustedes son la espina dorsal de esta gran lucha por la justicia”.

Subrayando la necesidad de la unidad para ganar contra la poderosa corporación Yale, Mark Wilson, dirigente del Local 35, le dijo a la manifestación del 28 de agosto, “Yale nos trata de dividir por raza, nacionalidad, oficio. No vamos tolerar seguir siendo ciudadanos de segunda clase”.

Los trabajadores han recibido apoyo de oficiales electos municipales y estatales, líderes sindicales nacionales y los alumnos Joe Lieberman y Howard Dean (ambos precandidatos demócratas por la presidencia de EEUU) que públicamente hicieron un llamado a la Universidad que firmen un acuerdo justo con la unión.

Se pueden enviar contribuciones al: Hunger for Justice Fund, c/o Bishop Rosazza, 125 Sherman Avenue, New Haven CT 06511.

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