WASHINGTON – Organizaciones del medio ambiente, sindicatos y derechos civiles convocaron una rueda de prensa en el Club Nacional de Prensa aquí el 14 de enero para denunciar a la política energética de la administración Bush-Cheney, diciendo que es una de obsequios para las compañías de petróleo y gas que contaminan al medio ambiente y destruye empleo. El proyecto fue bloqueado por los debates en el Senado el mes pasado.
Como alternativa ellos revelaron el nuevo “Proyecto Apolo” que crearía 3,3 millones de empleo en la descontaminación del aire, agua y la tierra y reduciría la dependencia estadounidense en la importación de energía. El proyecto duraría 10 años y el costo será de $300 mil millones.
El Proyecto Apolo, iniciado por la Campaña para el Futuro de Norteamérica (CAF por sus siglas en inglés), tiene el apoyo de 17 gremios laborales, incluyendo los de la industria siderúrgica y de automóviles, igual que el Club Sierra, la Unión of Concerned Scientists y el grupo ambiental Greenpeace.
Robert Borosage, fundador de CAF, aplaudió a la “rara alianza amplia de sindicatos, [y] grupos ambientales y de derechos civiles” que están respaldando el proyecto.
Leo Gerard, presidente del sindicato Obreros Siderúrgicos Unidos, dijo que en vez de enviar a la juventud estadounidense para asegurar el petróleo para las corporaciones de Estado Unidos en el Medio Oriente “debemos estar trabajando para asegurarnos que millones de trabajadores tienen empleo en el Medio Oeste”.
Gerard dijo que solo mil nuevos empleos fueron creado en diciembre en vez de los 150.000 que George W. Bush esperaba, de acuerdo al último reporte del departamento del Trabajo. “La tasa de desempleo bajó dos décimos de un por ciento solo porqué 300 mil trabajadores dejaron de buscar trabajo”, dijo Gerard. “Yo quiero que la tasa de desempleo baje porque los trabajadores encontraron empleo”.
De acuerdo al reporte, otros 26.000 obreros de fábricas perdieron su trabajo en diciembre. “Eso hace 41 meses consecutivos de pérdida de empleo en la manufactura. Estos trabajos se fueron a Méjico y China. No hay razón por la cual la industria norteamericana no pueda manufacturar los productos que regresen esos empleos aquí”.
“De ahora hasta las elecciones presidenciales”, agregó Gerard, “este es un tema del cual vamos hablarle a cada candidato. Necesitamos tener una herramienta para revitalizar la manufactura”. Él dijo que todos los candidatos deben apoyar el Proyecto Apolo.
Un informe hecho público en la rueda de prensa esboza un plan para revisar a la red de electricidad. El plan busca cambiar el énfasis hacia un plan de tránsito público que sea más eficiente y que proveerá unos 932.000 empleo dice el informe.
El plan exige la inversión de $42 mil millones para desarrollar procesos más eficiente de manufactura que añadiría $341 mil millones al Producto Bruto Doméstico (PBD), $222,9 mil millones en ingreso personal y la creación de 741.900 nuevos empleos, dice el informe.
Igualmente, el plan busca una inversión federal de $11,5 para la infraestructura del agua que añade $28,9 mil millones al PBD, $19,5 en ingresos personal y crearía 62.600 empleos.
El congresista Jesse Jackson, hijo, demócrata por Illinois, dijo en una declaración, “Uno de los factores claves para la seguridad energética de EEUU – y por lo tanto nuestra seguridad nacional – está en la reconstrucción de nuestras ciudades. Necesitamos una inversión estratégica para renovar a viejos edificios, aumentar las alternativas de transportación, restaurar nuestra infraestructura, y crear tecnología solar, de viento e hidrógeno. Apolo reconstruirá a nuestro país en una manera que beneficia a todos los americanos”. El programa de empleo hace énfasis en inversiones en las ciudades de la nación.
El economista Ray Perryman citó su estudio del Proyecto Apolo. Perryman dijo que los último 41 de rebajas en empleo en la manufactura es prueba de que “EEUU está atrasado en inversiones para programas de creación de empleo. El Proyecto Apolo puede estimular empleo en la manufactura. Tengo gran respeto por los mercados para organizar la producción y la distribución. Pero no son perfectos. Necesitamos el sector público para construir y mantener a la infraestructura”.
Carl Pope, presidente del Club Sierra, notó el contraste entre como se desarrolló el Proyecto Apolo, abiertamente, aceptando las opiniones de base, con el grupo secreto de trabajo del vicepresidente Cheney para la energía. “Produjo un plan tan horrendo, en términos generales, tan profundamente irrelevante que el Wall Street Journal, The Nation, el Instituto Cato y el Club Sierra todo exigieron que el Congreso lo rechace”, dijo Pope. “Nuestros políticos ... no han querido reducir nuestra dependencia en el petróleo extranjero. Ellos tampoco quieren cumplir con el Acuerdo de Kioto sobre la reducción de gases por el efecto invernadero. Y yo lo dude que Bush encontrará suficiente petróleo bajo la superficie de Marte para poner fin con nuestra dependencia en el petróleo del Golfo Pérsico”.
La senadora demócrata por Washington, María Cantwell, hablando por teléfono, dijo que estaba orgullosa de tomar parte en el debate contra el proyecto energético Bush-Cheney. El reporte, ella dijo, “La meta de nuestra generación no es de poner un hombre en la luna, sino de poner fin a la dependencia energética y crear empleo para millones de trabajar. Necesitamos hacer un mapa legislativo en como hacerlo”.
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