La izquierda colombiana obtuvo 11 escaños en el Senado y nueve en la Cámara en las elecciones parlamentaria del 12 de marzo. Según un comunicado de prensa del partido de la izquierda unida, el Polo Democrático Alternativa, la izquierda colombiana recibió un millón de votos.
En elecciones internas, el Polo Democrático Alternativa, escogió a Carlos Gaviria como su candidato presidencial sobre Antonio Navarro. Navarro hizo conocer su total apoyo a la candidatura de Gaviria, ex juez de la Corte Suprema de Justicia. Gaviria se convierte en el principal oponente del actual presidente derechista, Álvaro Uribe.
Uribe orquestó una enmienda a la constitución de Colombia para permitirlo postularse por más de un término consecutivo. Anterior la Constitución permitía que uno se postulara solo una vez.
En su campaña reeleccionista, Uribe se está presentando como un hombre de paz, a pesar de que ha rechazado negociar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el grupo guerrillero más grande de ese país sudamericano y que controla un área del tamaño de Suiza. El gobierno previo de Andrés Pastrana estaba negociando con las FARC. Uribe nunca entró en negociaciones por buscar una salida militar al conflicto armado en ese país.
Las FARC trataron de entrar en la vida política electoral pacífica del país en el 1985 con la formación de un partido político, la Unión Patriótica, pero sus dirigentes y candidatos, incluyendo dos a la presidencia, fueron asesinados. Para el 1988 se reportó que 500 dirigentes y militantes de la Unión Patriótica habían sido asesinados.
Al presentarse Uribe como un hombre de paz, él ha “negociado” con los grupos paramilitares de derecha para que dejen las armas y entren en la vida política del país, cosa que no hace con las FARC. Esto legitimiza a los paramilitares que han trabajado para asesinar a líderes populares y sindicales al servicio de las grandes corporaciones transnacionales en Colombia que vienen del extranjero.
Además de fondos de las corporaciones, estos paramilitares se lucran del narcotráfico. Observadores de la política colombiana dicen que este proceso legaliza las ganancias millonarias que los paramilitares han conseguido con el narcotráfico, millones que hoy usan para las elecciones. Un dirigente de los paramilitares dijo que esperaban ganarse 35 por ciento de los escaños en la Asamblea Nacional y no parece haberse equivocado.
Los paramilitares todavía están activos, en muchos casos decidiendo que candidato puede postularse. Garry Leech de Colombia Journal dijo en un artículo esta semana, “A través de una campaña de intimidación y asesinatos, los candidatos que no apoyen a los paramilitares fueron eliminados, muchas veces consiguiendo más de 90 por ciento del voto. En el departamento de Magdalea, dominado por los paramilitares, por ejemplo, candidatos para alcalde no tenían oposición en 14 de los 30 municipios”.
Leech notó que un empresario con conexiones a los paramilitares, donó $43 mil a la campaña de Uribe, a través de una de sus empresas.
Candidatos de partidos políticos que apoyan a Uribe tienen lazos con los paramilitares. Un grupo de estos, por fin, fueron expulsados solo porque los lazos estrechos eran muy público.
Con la intimidación, presentaciones falsas de su política, asesinatos y amenazas, la legislatura de Colombia tiene una mayoría de derecha que apoya a la política de Álvaro Uribe.
A pesar de esto la izquierda pudo ganarse escaños.
Entre estos se encuentra Wilson Borja que obtuvo casi 28.000 votos. Borja ganó la reelección a la Cámara. Borja, un dirigente sindical y del Partido Comunista Colombiano, fue elegido anterior en la plancha del Frente Social y Político en el 2002. A fines del 2000 paramilitares hicieron un atentado contra la vida de Borja.
Otra candidata del Polo Democrático Alternativo que ganó un escaño en el Senado, con más de 31 mil votos, fue Gloria Inés Ramírez. Ramírez, que también es dirigente del Partido Comunista, es dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores y encabezó anterior el sindicato de los educadores. Varios operativos de su equipo de trabajo fueron asesinados durante la campaña.
Izquierda avanza en elecciones en Colombia