La campaña del gobernador Jeb Bush de Florida para quitar a 47 mil votantes más de las filas ha provocado acusaciones de que él está planeando repetir lo qué pasó en las elecciones del 2000 cuando miles de votantes fueron eliminados de las listas para poner a su hermano en la Casa Blanca.
El senador estatal, Tony Hill de Jacksonville, un ex estibador y organizador para el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU por sus siglas en inglés) le dijo a Nuestro Mundo por teléfono, “Estoy muy preocupado. Sonó una alarma dentro de mi que esto puede ser una repetición del 2000 otra vez”.
La ola de protesta estalló cuando la secretaria de Estado de Florida Glenda Hood envió una nueva lista el 25 de mayo con 47.000 votantes que serán eliminados de las listas.
Toda la información fue proveida por el departamento de Cumplimiento de Leyes de Florida bajo el mando del gobernador Bush, apuntó Hill. Los supervisores electorales de los condados, en su reunión en Cayo Hueso la semana pasada, afirmaron que encontraron un nivel de errores de entre seis y siete por ciento en la lista de votantes para eliminar. Ed Kast, jefe de la división de elecciones de Florida por una década, renunció a su puesto.
Hill dijo que la lista no es especifica. “Si usted tiene el mismo nombre o un nombre parecido a un ex criminal, puede que tenga su nombre en la lista”.
Hill dijo que grupos que defienden el derecho al voto han presentado escritos apoyando una demanda por la cadena noticiosa de televisión CNN y el senador demócrata por Florida, Bill Nelson, exigiendo que las cortes hagan la lista pública. “Yo quiero acceso para poder informar a todos los votantes que se encuentran en ella en el distrito uno del Senado”, dijo Hill. “¿Porqué es secreta la lista? Esto es otro intento de suprimir nuestro voto”.
Hill y Kendrick Meek, ambos en la legislatura de Florida en esa época, ocuparon la oficina de Jeb Bush el 18 de enero del 2000 para protestar su iniciativa racista “Una Florida” que revocó los programas de acción afirmativa estatales. Los dos legisladores entonces encabezaron una campaña de inscribir votantes que resultó en casi 900 mil votantes afronorteamericanos participando en las elecciones del 7 de noviembre 2000, 90 por ciento votando contra Bush, un récord 15 por ciento de los 5,9 millones de votos dados en Florida.
En la poselectoral “Batalla por Florida” Hill y Meek cruzaron el estado movilizando manifestaciones de protesta en Miami, West Palm Beach, Tallahassee y otras ciudades bajo el lema “Contemos Cada Voto”. Pero el Tribunal Supremo, con su mayoría derechista, paró el escrutinio de los votos y escogieron a Bush como presidente.
Hill dijo que los movimientos laborales y de derechos civiles buscan igualar la participación electoral para derrotar a Bush en este estado el 2 de noviembre. El grupo ACORN (Asociación de Orgnizaciones Comunitarias para la Reforma Ahora) colectó 800.000 firmas en peticiones para poner una iniciativa en la papeleta electoral este noviembre para establecer un sueldo mínimo en Florida. Se espera que el Tribunal Supremo de Florida tome una decisión pronto sobre si la iniciativa puede aparecer en la papeleta. “Esta iniciativa será el ‘sabor del año’ en darle a la gente una razón para salir a votar”, dijo Hill. “Estamos tratando de sacar a la gente basados en sus necesidades. Estas elecciones no tienen que ver solo con el presidente. Tienen que ver con la Cámara y el Senado. Tienen que ver con la calidad de vida, derechos civiles, [y] libertades civiles”.
Beverly Neal, directora ejecutiva de la conferencia de Florida de las ramas del NAACP en Orlando dijo que acceso a la lista “nos daría una oportunidad de observar la lista teniendo en vista lo qué pasó en el 2000 cuando tanta gente fueron privadas del voto. Es nuestra responsabilidad luchar para que el derecho al voto esté protegido”, ella le dijo a Nuestro Mundo. “A través del estado, nuestras ramas han inscrito a casi 10.000 nuevos votantes”.
Ella criticó el récord de Bush en cuestiones vitales a la gente. “Seguro médico no está disponible, las recetas médicas no son asequibles”, ella dijo. La oficina nacional de la NAACP envió un cuestionario a los candidatos. La campaña Bush-Cheney “ni se molestó por contestar el cuestionario. Eso fue una bofetada en la cara de, no solo la NAACP, sino de todos los afectados por los temas en ese cuestionario”.
En las elecciones del 2000, la entonces secretaria de Estado, Katherine Harris, contrató a la compañía Database Technologies (DBT) para purgar las listas de votantes de Florida. Quitaron, por lo menos, a 57.700 votantes, desproporcionadamente afronorteamericanos, por ser “ex delincuentes”.
El Fondo de Defensa Legal y Educación del NAACP demandó con prueba de que 19 mil de esos fueron impropiamente eliminados cuando el margen de victoria entre Bush y el demócrata Al Gore era menos de mil votos. Florida prometió restaurar el derecho a estos votantes pero, hasta la fecha, solo han puesto 800 de ellos en la lista.
Ion Sancho, supervisor de Elecciones del Condado León, acusó a Harris de enviarle una lista supuestamente con 694 criminales, pero su oficina pudo verificar que solo 34 tenían un récord criminal. La nueva secretaria de Estado le envió una lista de 820 para chequear si tienen récords criminales.
Ralph Neas, presidente de People for the American Way, grupo que lucha por los derechos democráticos y que son parte de una coalición de “Protección Electoral” en Florida, le escribió a Hood, el 1 de junio, acusando que, “es simplemente escandaloso que usted le dé a los supervisores de condados solo siete días laborales para formular una agenda para una nueva purga de votantes cuando en más de ocho meses usted no ha tomado absolutamente ninguna acción para seguir con la restauración del derecho al voto de los votantes que impropiamente fueron eliminados de las listas en 1999 y 2000”.
Jeb Bush ordena purgar a 47 mil votantes