Los jóvenes siempre han desempeñando un papel prominente en los movimientos por la paz y la justicia. Por todas partes del mundo, la juventud y los estudiantes han estado a la vanguardia en lucha con otros movimientos progresistas por las demandas revolucionarias, justicia social y liberación nacional.
La gente joven de hoy sigue con esa tradición con energía, pasión, valor y compromiso en la lucha contra de la administración Bush, la ultra derecha y el Partido Republicano — todas influencias reaccionarias que continuamente intentan dividir la clase trabajadora y prevenir una amplia voz juvenil consolidada.
Los estudiantes y los trabajadores jóvenes son dos fuerzas mayores en la amplia alianza que se necesita para darle un garrotazo decisivo a las políticas retrogradas de nuestros líderes políticos actuales.
La idea de la unidad multirracial no es ajena o invisible para los jóvenes. Al contrario, el deseo de unidad explica porqué los jóvenes y los estudiantes se involucran en la lucha. Muchas veces la gente joven está motivada a luchar por cambios porque son las víctimas de algún tipo de injusticia social y se dan cuenta que pueden levantarse por lo que es el bien.
La opresión racial y nacional, la criminalización y la brutalidad policíaca, privatización y la falta de oportunidades de educación de calidad, pandillas y violencia comunitaria, abuso de drogas, y la pobreza institucional son los problemas verdaderos que no permiten a los jóvenes triunfar en la vida.
La violencia de las pandillas y peleas callejeras en los barrios pobres, sobre todo en las comunidades de color, y comunidades inmigrantes, se perpetúan por un sistema económico racista que se alimenta de la opresión la explotación y la miseria de la clase trabajadora.
La guerra al exterior, los recortes a la ayuda económica para la universidad, ningunos trabajos, ningunos sindicatos, y comunidades sin viviendas asequibles, escuelas con fondos adecuados, recreación, programas de arte y centros para jóvenes — estos son algunos de los problemas cotidianos que afectan el desarrollo social y político de la juventud.
Tales desafíos no son fáciles para resolver y la luchar es muchas veces agotadora que requiere sacrificio personal. Para muchos jóvenes, las soluciones parecen ser imposibles de realizar. Forjar la unidad juvenil es un proceso largo y lleno de retos.
La gente joven por todas partes se enfrentan a la presión de cada día de sobrevivir y mantenerse vivos en un mundo dominado por un sistema económico construido sobre la sangre y sudor de ellos.
Para responder a estos desafíos, la gente joven se une al movimiento obrero, a los movimientos de los oprimidos por razones raciales y nacionales, las mujeres y otros movimientos democráticos a la lucha por cambios verdaderos. Al forjar por la unidad de toda la gente joven — sin importar el origen nacional, identidad cultural, orientación sexual, afiliación religiosa o filosofía política — la juventud y los estudiantes pueden ayudar a crear una fuerza poderosa que ofrece una visión y una esperanza por el cambio revolucionario. La gente joven trae su propio espíritu y energía a esta lucha.
Forjar la unidad entre la juventud y los estudiantes requiere ofrecer esperanza y verdad. Alineado con todas las fuerzas progresistas, la gente joven puede ayudar a dirigirnos a todos por el camino a la victoria contra los enemigos de la paz y el progreso social. Los tiempos no exigen nada menos.
Pepe Lozano (plozano@pww.org), escritor para Nuestro Mundo, es un líder de la Liga Juvenil Comunista en Chicago.
La juventud, los estudiantes y la clase trabajadora