Lucha continúa por Vieques

A pesar de que la Marina de Guerra de Estados Unidos certificó antes el Congreso estadounidense que han encontrado otros sitios donde hacer sus prácticas bélicas, la gente de Vieques y Puerto Rico no van a dejar de luchar hasta que la Marina se vaya y las tierras viequenses sean retornadas al pueblo puertorriqueño.

El Comité Pro Rescate y Desarrollo de Vieques (CPRDV) llamó la certificación de que la Marina va a dejar a Vieques “un inmenso adelanto en la lucha por la paz”. A la misma vez señaló que “la paz es mucho más que el cese del bombardeo”. El CPRDV dijo en un comunicado de prensa que también necesitan que la Marina decontamine el suelo viequenses, devuelva las tierras al pueblo puertorriqueño, y “el desarrollo sostenible de un Vieques Libre”.

El CPRVD dijo que la victoria era “testimonio del poder de una comunididad organizada y comprometida con una lucha pacífica, pero militante”.

El presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Rubén Berríos, exhortó a la gobernadora de Puerto Rico, Sila María Calderón, que presione para que las tierras de Vieques se devuelvan al pueblo puertorriqueño. El líder independentista, que pasó un año como escudo humano en la zona restringida de Vieques, dijo que “no es momento de cruzarnos de brazo”, sino de seguir luchando.

Aunque hay entusiasmo por la “certificación” muchos activistas siguen siendo cautelosos, notando que la Marina ha hecho promesa en el pasado que no cumplieron.

El fin de semana antes del bombardeo tres mil personas de Vieques y el resto de Puerto Rico marcharon desde el pueblo de Fajardo hasta la capital, San Juan. El transbordador que lleva gente a Vieques sale desde Fajardo.

El 13 de enero, primer día del las prácticas bélicas, las autoridades arrestaron a cinco militantes del PIP que habían entrado en el área de fuego en un acto de desobediencia civil.

Al día siguiente arrestaron a tres más desobedientes civiles, militantes del Movimiento Socialista de los Trabajadores.

Ese mismo día el Campamento Luisa Guadalupe, situado al frente de la verja de la zona restringida fue atacada con gas lacrimógeno, gas pimienta y balas de goma por las fuerzas de la Marina. Los atacados llegaron al Campamento después de no poder ir a otro porque el camino fue bloqueado por la policía. Mientras los manifestantes estaban siendo entrevistado por la prensa, hubo otro ataque.