Niños marcharon a la Casa Blanca el 2 de octubre jalando vagones rojos llenos de peticiones demandando que el presidente George W. Bush no veta un proyecto de ley que pasó el Congreso para extender el Programa de Seguro de Salud Estatal para Niños (SCHIP por sus siglas en inglés). El proyecto aumentaría el SCHIP para que cuatro millones niños más tengan cobertura.
“Cuidado de salud, no guerra”, voceaban los niños mientras marchaban a la mansión ejecutiva en la protesta organizada por el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU).
El joven Graeme Frost de doce años que vino desde la ciudad de Baltimore sufrió una lesión severa al celebro hace tres años. Él dio la respuesta del Partido Demócrata al discurso del presidente Bush por las ondas radiales el 30 de septiembre. Frost dijo que él no estuviera vivo hoy si no fuera que el SCHIP del estado de Maryland lo cubría. “Tengo la esperanza de que el presidente escuche mi historia y ayude a otros niños para que sean tan dichosos como yo”, Frost dijo.
En su discurso radial, Bush se quejó de que el Congreso aprobó la expansión del programa a un costo de $35 mil millones por cinco años en vez de su plan que hubiese costado $5 mil millones. El plan de Bush fue criticado por ser un plan tan pobre que eliminará a un millón de los niños actualmente teniendo cubertura del SCHIP. El SCHIP, programado a vencerse el 30 de septiembre, actualmente protege a 6,6 millones de niños. No obstante, hoy en día hay nueve millones de muchachos y muchachas que no tienen cobertura médica.
Bush vetó la medida aprobada por el Congreso a pesar de que un sondeo de ABC-Washington Post muestra que 70 por ciento del público favorece la legislación expandida. Entre estos están 56 por ciento de los que se consideran del Partido Republicano de Bush. Esa misma encuesta encontró que 70 por ciento están en favor de reducir la petición de Bush de $190 mil millones para las guerras en Irak y Afganistán.
El Senado aprobó su versión del proyecto con un voto a prueba a veto de 67 a 29 la semana pasada. Harry Reid de Nevada, líder de la mayoría demócrata en el Senado, comentó que el costo de $35 mil millones para cubrir a 10 millones de niños con el SCHIP iguala al costo de “como un mes de la guerra en Irak. Claramente no tiene que ver con no tener el dinero”. Bush, agregó Reid, “ha insensiblemente calculado que mantener a los niños como rehenes es la única manera de revivir su muerta agenda partidista, no popular, [e] inefectiva de cuidado de salud”.
La Cámara aprobó la medida para el SCHIP el 26 de septiembre con un voto de 265 a 159. La mayoría necesitaría 25, eso es, 290 votos en total más para poder anular el veto del presidente. Una masiva campaña de corto plazo está movilizando gente para que visiten, llamen, envíen correos electrónicos, y peticiones al Congreso para exigir que los legisladores anulen el veto de Bush. La campaña está presionando a republicanos en distritos que pueden perder a demócratas para presionarlos a que voten en contra del veto.
“Los republicanos que están con el presidente en esta cuestión a pesar del apoyo público, bipartidista [que tiene este proyecto] están caminando por el tablón”, dijo Debbie Weinstein, directora ejecutiva de la Coalición para Necesidades Humanas. “Tenemos coaliciones en muchos frentes envueltos en esta pelea increíblemente crítica para anular el veto del SCHIP. Aunque preferimos tener 290 miembros de la Cámara votando en su favor, conseguimos que 45 republicanos votaran a favor. Esto comprueba que esta legislación goza de un fuerte respaldoz bipartidista”.
Luchan para anular veto de Bush contra los niños