DOVER, Delaware – Padres y madres de soldados muertos o heridos en Irak marcharon a la base de la Fuerza Aérea Dover el 14 de marzo para demandar que George W. Bush no esconda las pérdidas en Irak y regresen las tropas a sus casas.
“No vamos a permitir que esta administración esconda el costo de la guerra, ni las lagrimas más”, declaró Nancy Lessin, coordinadora de Hablan las Familias Militares, grupo que auspició la protesta con Compromiso de Resistencia Irak. Lessin cuyo hijastro volvió de Irak el mayo pasado habló ante 800 personas que estaban de luto afuera de la base.
La administración Bush no está permitiendo ni a los familiares ni los reporteros sean testigo a la llegada de los cadáveres de los soldados que mueren en la guerra.
Las madres y los padres leyeron los nombres de los 554 soldados norteamericanos muertos y de iraquíes que murieron en la guerra.
Jane Bright de Los Ángeles cargaba una foto de su hijo, el sargento Evan Ashcraft, que murió el 24 de julio 2003 en Irak. “Puede ser que Bush sea el ‘presidente de guerra’, pero yo no creo que el pueblo estadounidense quiere una guerra basada en mentiras y engaños”, ella dijo. “¡Nuestros hijos murieron por petróleo!”.
Lila Lipscomb de Flint, Michigan, también andaba con una foto de su hijo, el sargento Michael Pedersen, que murió cuando su helicóptero se estrelló en Irak el 2 de abril 2003. “Micahel tenía 27 años”, ella dijo mientras las lágrimas corrían por su cara. “Yo no quiero que ninguna otra madre tenga que darle a su hijo una lápida mortuoria para su cumpleaños”.
El congresista Charles Rangel, demócrata por Nueva York y un veterano de la guerra contra Corea, le dijo a la multitud, “Nuestros muertos en guerra no deben regresar a casa escondido a medianoche después de servir a su país. No son los ricos los que están sirviendo – son los que vienen de los arrabales”. Él dijo, “Nuestras voces deben convertirse en un clamor ensordecedor. Pongamos fin a esta guerra inmoral”.
Sue Neiderer de Pennington, Nueva Jersey, mostró las fotografías de boda de su hijo Seth Dvorin, vestido en su uniforme militar, besando a su novia. Ella le dijo a Nuestro Mundo que ellos se casaron días antes de salir para Irak. Él murió cuando una bomba que él estaba tratando de desarmar explotó.
“Él le salvó la vida a 18 otros soldados”, ella dijo. “Bush dice que el mundo es mejor sin Saddam Hussein. Mi respuesta: Usted es un mentiroso. ¿Porqué está poniendo a nuestras tropas en peligro en países que no los quieren?”
El Cortejo Fúnebre – Dover a D.C. Para Honrar y Guardar Luto por los Muertos en Irak empezó en la Casa de Reunión de los Amigos de Camden y fue a la base de la Fuerza Aérea a tres millas de distancia.
Caminando sola estaba Jean Prewitt de Birmingham, Alabama. Su hijo Kelly Prewitt, con la 3ra División de Infantería en el Fuerte Benning, murió en una emboscada. “Yo quiero que Bush, [secretario de Defensa Donald] Rumsfeld, y toda la gente que está tomando las decisiones se den cuenta que hay gente de luto por sus queridos. Bush tiene tiempo para telefonear a los ganadores de la Serie Mundial [de béisbol] o del Super Bowl [campeonato de fútbol norteamericano] pero no tiene tiempo para llamar a la madre de un soldado común. Y ahora encontramos que la guerra fue una decisión mala. No había una amenaza inminente. Yo no puedo votar por Bush el próximo noviembre”.
El próximo día, de esta jornada de dos días, ellos viajaron al Centro Médico del Ejército Walter Reed en Washington donde más de mil soldados heridos en Irak y Afganistán están recibiendo cuido médico.
Pat Gunn le dijo a la manifestación que su hijo Jason, un soldado en el Ejército de EEUU, estaba a punto de morir cuando una granada penetró su cadera saliendo por su ingle. Ella y su esposo Jerome volaron a Alemania para visitarlo en el Centro Médico del Ejército Landstuhl.
“Lo que nosotros vimos en ese hospital nos rompió el corazón, soldados jóvenes que le faltaban brazos, piernas, manos, o parte de su cara. El presidente Bush ha puesto a las vidas de nuestros soldados en peligro para su propio beneficio”.
“Hoy Jason está en camino de nuevo a Irak”, Gunn le dijo a Nuestro Mundo. “Él recibió un premio el pasado octubre cuando él corrió entrando a la embajada, minutos después de que fue bombardeada y sacó gente de ella. Ahora le están diciendo que él es un cobarde si no regresa a Irak”.
Se puede comunicar con el autor al greenerpastures21212@yahoo.com.
Madres y padres: Traigan las tropas a casa