Necesitamos proyectos masivos de obras públicas

WASHINGTON — Sindicalistas y legisladores progresistas abogaron en favor de tomar acción inmediata de emergencia para ayudar a trabajadores cesantes y un programa masivo de obras públicas de hasta $900 mil millones en una rueda de prensa antes el Congreso el 18 de noviembre.

Arlene Holt Baker, vicepresidenta ejecutiva de la AFL-CIO, dijo que 250 mil sindicalistas se habían unido a las movilizaciones de votantes para las elecciones del 4 de noviembre. “El voto sindical fue un bloque de votantes clave, 67 por ciento a 30 en favor del cambio”, dijo ella, subrayando que fue “bien increíble”.

“Ahora empieza el trabajo verdadero”, ella dijo. “El presidente Obama necesita lanzarse de inmediato a crear nuevo empleo y expandir la economía”, incluyendo extender los beneficios por desempleo y los cupones de alimento.

“Cada vez que abrimos un periódico, otra ciudad está en una crisis financiera”, dijo la dirigente de la AFL-CIO. “Todos sabemos que le dieron fondos de rescate a Wall Street. Ahora es tiempo – es más que tiempo – que hagan un plan de rescate para la gente trabajadora”.

Ella dijo que el movimiento sindical trabajará con el presidente Obama para asegurarse que promulguen la Ley de Libre Escoger para Empleados para que sea más fácil que los trabajadores puedan organizar un sindicato. “El presidente electo Obama entiende que los obreros necesitan sindicatos”, dijo ella. “Vamos a continuar las movilizaciones. Fallar no es una opción”.

La conferencia, titulada “Inversiones Reales en América” fue auspiciado por la Campaña por el Futuro de América. Tomó lugar, apropiadamente, en la Biblioteca del Congreso, que fue un proyecto de obras públicas construida por el Cuerpo de Ingenieros en 1897.

Robert Borosage, codirector de la Campaña por el Futuro de América, dijo que el país se estaba decayendo “... desde los puentes de Minneapolis hasta los diques de Nuevo Orleáns. Nuestras ciudades tienen un déficit total de $100 mil millones [y] un colapso de las entradas de los impuestos de bienes raíces” que está forzando a los municipios despedir a empleados y cerrar bibliotecas y escuelas”.

Esta crisis, él dijo, requiere acción del gobierno federal que no sea ni temporaria ni limitada, sino sostenida y plena. Borosage dijo que este auxilio costaría entre $450 mil millones a $500 mil millones.

Ron Bloom, un asistente al presidente Leo Gerard del sindicato Obreros Siderúrgicos Unidos, dijo que esa organización obrera “en el Punto Cero de la economía manufacturera”. La inversión pública en la infraestructura es fundamental, dijo.

“Nosotros no pedimos disculpas por argumentar que a los obreros se les debe pagar bien y trabajar en un ambiente seguro y saludable”, declaró Bloom. “La otra estrategia es una estrategia de vía baja, de bajo ingreso... una carrera hacia abajo. Tenemos que correr para arriba”.

La congresista Bárbara Lee, demócrata por California, criticó al enfoque del gobierno Bush, tildándolo de “Salvaje Oeste” que permitía el robo por Wall Street de $700 mil millones y no ha frenado el colapso económico. “Tenemos que hacer más para que la gente se puedan quedar cons sus casas”, dijo ella. “Tenemos que hacer más para crear empleo. Más de 2,8 millones de norteamericanos han perdido sus trabajos este año”.

Lee hizo un llamado al Congreso para que apruebe una moratoria sobre embargos de hogares y por $200 mil millones para ayudar a los dueños de casas con hipotecas que no pueden pagar.

El congresista demócrata por Minnesota, Keith Ellison, mostró una foto del puente de la ciudad de Minneapolis en la ruta I-35 que se derrumbó el 1 de agosto 2007. hubieron 13 muertes y más de cien heridos.

“Proyectos de infraestructura son parte integral de cualquier plan de estímulo económico” él dijo.

La Sociedad Norteamericana de Ingenieros Civiles estiman que se necesitan $1,6 billones para reparar los puentes, carreteras, sistemas de agua, y escuelas del país. Ellison pidió que se promulgue su proyecto de ley que fundaría un Banco Nacional de Infraestructura que alocaría decenas de miles de millones de dólares para estos proyectos, muchos de los cuales están “listo para empezar”.

La congresista Lynn Woolsey, demócrata por California, presidenta del Grupo Progresista de la Cámara que cuenta con 80 legisladores, dijo, “La hora ha llegado para crear un nuevo ‘Nuevo Trato’ para que Norteamérica pueda regresar a trabajar. No mejor manera de hacer esto que el crear una economía de trabajo verde. Crearía millones de empleo a buen pago que estabilizaría a nuestra economía”.

Woolsey notó que la Cámara de Representantes había añadido al proyecto del presupuesto federal una extensión de beneficios por desempleo, aumento de fondos para los cupones de alimentos, y $34 mil millones para reparaciones a la infraestructura. Pero estas enmiendas fueron derrotadas por las tácticas parlamentarias obstruccionistas de los legisladores republicanos en el Senado.

Proveer $300 mil millones en ayuda federal para la gente común “no es tanto cuando uno considera el costo de la guerra en Irak”, dijo. “Se puede financiar sin quebrar ningún banco, reformando nuestro código de impuestos para hacerlo más progresivo, a través de eliminar $63 mil millones en desperdicios” del presupuesto del Pentágono.

La congresista demócrata por Connecticut, Rosa DeLauro, dijo que el Congreso debe promulgar su proyecto de ley para crear la Corporación Nacional de Desarrollo de la Infraestructura, una agencia mixta federal-privada modelada en el Banco Europeo de Inversiones, para financiar proyectos como redes de energía electrica “inteligente”, trenes urbanos de alta velocidad, y energía eólica y solar. Ella dijo que Obama está apoyando ideas similares.

James Galbraith, economista de la Universidad de Tejas, declaró que el Congreso tiene que asegurarse ampliar el poder adquisitivo en la economía. Él propuso un aumento de 30 por ciento en beneficios de Seguro Social, bajar la edad para ser elegible para Medicaid a 55 años de edad, y gastar $900 mil millones o más para obras públicas.

Programas de obras públicas en los 1930s pusieron a 60 por ciento de los trabajadores cesantes a trabajar, él señaló. El nivel de desempleo bajó de 25 por ciento a mitad de los 1930s a tres por ciento para el 1939. Él hizo una lista de proyectos creados para esa época en existencia todavía. Él se contestó su propia pregunta, ¿será necesario hacer esto otra vez?, con la respuesta, “Sí. Lo que sea necesario”.