La semana pasada el Comité Especial sobre la Descolonización de la Organización de Naciones Unidas reiteró su apoyo al derecho del pueblo de Puerto Rico a la autodeterminación e independencia.
La acción del Comité está basado en la Resolución 1514 (XV) del 1960 que declara, “La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación, y explotación constituye una denegación de los derechos humanos elementales...”. Sigue la resolución, “Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural”. Para este fin la ONU votó en favor de que a los pueblos “que no han logrado aún su independencia deberán tomarse inmediatamente medidas para traspasar todos los poderes a los pueblos de esos territorios”.
El comité instó al presidente de EEUU, George W. Bush, a que libere a todos los presos políticos encarcelados por sus actividades en favor de la lucha por la independencia de Puerto Rico y también los fueron sentenciados por sus actividades para sacar a la Armada estadounidense de la isla municipio de Vieques.
La reunión del Comité escuchó testimonio de las diferentes tendencias políticas en Puerto Rico y puertorriqueños en Estados Unidos, además de otros países. La mayoría de los que hicieron uso de la palabra eran del punto de vista independentista.
Estados Unidos ha mantenido por décadas que Puerto Rico optó por su condición política actual y por ende ha ejercido su derecho a la autodeterminación.
Rubén Berríos, presidente del Partido Independentista Puertorriqueño, dijo, “El colonialismo es como la esclavitud o el apartheid, que no pueden ser justificados mediante la alegación de que tales condiciones han sido consentidas o aceptadas por sus víctimas. En otras palabras, el síndrome de Estocolmo, tan reconocido en el campo de la psicología, también se extiende al colonialismo. Por eso en el derecho internacional la prohibición al colonialismo se ha convertido en una norma perentoria, una norma que no admite derogación. El caso de Puerto Rico, una nación que ha estado bajo el control y la dependencia de la nación más poderosa del mundo por más de un siglo, confirma la necesidad y sabiduría de dicha norma absoluta”.
Berríos notó que hasta el gobierno de EEUU hoy en día admite “publica y oficialmente que Puerto Rico continúa siendo... una colonia de ese país”.
El Movimiento Independentista Nacional Hostosiano envió a Héctor Pesquera, copresidente de esa agrupación por la libertad de Puerto Rico, a dar testimonio. Pesquera dijo, “Puerto Rico ha sufrido una de las más brutales embestidas del gobierno de Estados Unidos con el fin de socavar el derecho a la autodeterminación e independencia ...Se ha incrementado el acoso y persecución del movimiento independentista, el saqueo de yacimientos arqueológicos y recursos naturales, la destrucción de nuestras posibilidades de autosuficiencia alimentaria en renglones avícolas y de la industria de la leche. Son evidentes los intentos de destruir lo poco que queda de nuestra agricultura, aumentando así la dependencia alimentaria del mercado cautivo estadounidense. Ha sido descarada la interferencia del gobierno federal en los procesos electorales nacionales, el desprecio y falta de respeto al sistema judicial puertorriqueño y a las leyes y ordenamientos nacionales. Esto último dramatizado por la negativa del gobierno de Estados Unidos a colaborar en el esclarecimiento del asesinato del dirigente independentista Filiberto Ojeda Ríos y en la investigación de las agresiones a periodistas puertorriqueños por parte de agentes del FBI”.
Pesquera notó que “no es solo el sector independentista quien acude a este foro, sino una amplia gama de sectores políticos, comunitarios, organizaciones profesionales, de derechos civiles y humanos, que incluyen hasta el propio Gobernador del llamado Estado Libre Asociado de Puerto Rico”.
Él señaló como “Unos y otros estamos expresando ante este Comité, de maneras diversas y distintas, como el gobierno de Estados Unidos ha violando constantemente el derecho a la autodeterminación e independencia de Puerto Rico”.
Manuel Rodríguez del Frente Socialista de Puerto Rico empezó su ponencia también reconociendo que “EEUU ha reconocido que nuestro país sigue siendo colonia”.
Rodríguez, cuya organización incluye a grupos socialistas y comunistas, hizo énfasis en los problemas que el colonialismo les traer a la clase trabajadora de su país caribeño. “Un ejemplo concreto es la ausencia de protección de los derechos de las clases trabajadoras reconocidos en por el ordenamiento jurídico internacional. Los sindicatos en Puerto Rico siguen sujetos a legislación federal de los EEUU y a la interpretación cada vez más restrictiva que de ésta hacen sus tribunales”. Él notó que bajo las leyes laborales del gobierno federal estadounidense, “La protección del derecho a organizarse sindicalmente no existe para los trabajadores agrícolas y de tareas domésticas en Puerto Rico. Además estas leyes permiten reemplazar permanentemente a los trabajadores que ejercen su derecho a la huelga, anulando en la práctica tan importante conquista”.
Las ponencias soberanistas hasta se sintieron del Partido Popular Democrático, cuya posición por más de 50 años ha sido que los puertorriqueños ya habían tomado la decisión de libre determinación con el Estado Libre Asociado. Anibal Acevedo, presidente de ese partido y gobernador de Puerto Rico, admitió que la “relación” entre Puerto Rico y EEUU “no es... plenamente democrática”. Él criticó como la política estadounidense alimenticia y de cabotaje, entre otras, son dañino al pueblo puertorriqueño. No obstante, él declaró que Puerto Rico tenía una soberanía propia y que el gobierno de Bush, al admitir el colonialismo bajo cual viven los puertorriqueños, “da un salto al pasado hasta el extremo de atribuir naturaleza colonial al Estado Libre Asociado y decir que puede hasta ceder o vender a Puerto Rico a otro país sin que los puertorriqueños tengamos nada que decir”. Acevedo anda en busca de una nueva versión del Estado Libre Asociado.
Excepto por los anexionistas, que quieren que Puerto Rico sea un estado de la Unión Norteamericana, los que hablaron pidieron al comité que la situación de esta nación latinoamericana se discuta en la Asamblea General de la ONU.
El senador Kenneth McClintock, hablando para el anexionista Partido Nuevo Progresista, dijo que la cuestión de Puerto Rico era no más que un asunto interno de Estados Unidos.
Crispín Gregoire habló de parte del Movimiento de Países No Alineados. Gregoire dijo que estos países apoyaban el derecho del pueblo puertorriqueño a la independencia y dijo que aumentarían su presión para que eso se convierta en realidad. Representantes de Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Panamá, Venezuela, Siria, Irán, y San Vicente y las Granadinas se solidarizaron con el pronunciamiento de los No Alineados.
Países del mundo apoyan independencia de Puerto Rico