Puertorriqueños en ambos Puerto Rico y Estados Unidos están protestando por el asesinato a sangre fría de un hombre no armado por un efectivo de la policía de Puerto Rico. El asesinato del sábado, 11 de agosto en el municipio oriental de Humacao fue captado en vídeo por un residente del vecindario.
Según entrevistas de testigos en la prensa Miguel Cáceres pertenecía a un club de escúter del área. El club es una organización cívica que ha participando en muchos actos en sus año y medio de existencia, inclusive recaudando fondos para curar el cáncer.
Las máquinas estaban alineadas en una fila en la calle afuera de una casa donde se iba celebrar una fiesta de quinceañera a la cual Cáceres y otros integrantes del club iban a asistir. Tres de estos, inclusive Cáceres, dirigían el tráfico para que pasen a los pequeños vehículos. Uno al frente de la fila, otro hacía lo mismo atrás y Cáceres en el medio.
Según el superintendente de la policía nacional de Puerto Rico, se reportó un tapón de tráfico y llegaron los agentes Javier Pagán, Zulma Díaz y Carlos Sustache para investigar.
Testigos dicen que el vehículo de la policía con Pagán guiando se paró al lado de las motoras y Cáceres le pide que pasen para que siga el tráfico. Pagán se molesta y le dice a Cáceres, “Tu no estás hablando con nadie de la calle. Están hablando con la Policía de Puerto Rico”. Cáceres le explica que esperan a la muchacha que cumple los quince años.
La policía ordena que muevan las motoras y así obedecen sus dueños.
Pagán vuelve a su patrulla y sale de nuevo. Va hacia Cáceres cerrando la cremallera de su chaleco antibala y lo llama un “charlatán”. Cáceres protesta que lo tilden tal diciendo que no ha hecho nada para ofender al agente y que no había razón por que el agente le faltara el respeto.
En el vídeo se ve al agente Pagán caminando hacia Cáceres mientras este camina para atrás. Cáceres pide que no lo toquen y que no había hecho nada, según testigos.
Se ve que Pagán empieza a golpear a Cáceres que cae a la tierra. Pagán sigue golpeando al ciudadano mientras parece ponerle las esposas. Luego suena un disparo, aparentemente del arma de Pagán, que hiere al oficial en el muslo.
Saca la pistola Pagán de la baqueta y dispara tres tiro contra Cáceres. Los últimos dos tiros fueron cuando el padre de tres estaba tirado de espalda. Pagán pauso antes de disparar el último.
Los que presenciaron los eventos dijeron que inmediatamente los agentes se subieron a su auto y se fueron. Policía del vecino municipio de Naguabo llegaron al escenario del crimen y se llevaron a Cáceres al hospital.
La viuda de Cáceres, Evelyn Ramírez, dijo en una rueda de prensa improvisada en el funeral de su “esposo estaba esposado, boca abajo, indefenso” y que sus derechos fueron violados. Ella contrastó la suerte de su esposo con la de Pagán, que está afuera con fianza en su casa.
En otra entrevista por televisión, Ramírez dijo que su hijo de 10 años le preguntaba como pudo ser que un policía mató a su padre. Otra hija, dando más información, dijo que su padre era una persona sin vicios que asistía a una iglesia pentecostal.
El caso de Pagán ha motivado manifestaciones ante el cuartel general de la policía y llamadas por vistas públicas en la legislatura colonial del país.
Desde Nueva York el asambleísta estatal Rubén Díaz envió una carta de la Organización de Ministros Hispanos de Nueva York, grupo de clero evangélicos que Díaz también dirige, exigiendo que se haga justicia en el caso. El ministro/político también envió una carta a la división de Derechos Civiles del departamento federal de Justicia exhortándoles a que investigue el caso.
Se reporta se han formulado siete querellas administrativas en contra de Pagán como policía, incluso una por violencia doméstica.
Mientras tanto, el caso de la muerte de Cáceres a manos de Pagán ha motivado al público cuestionar la muerte por un balazo en la espalda de un joven en una casa en la cual efectivos de la unidad de drogas de la policía estaban allanando en Cabo Rojo, al otro extremo de esta nación caribeña.
Se puede ver el vídeo en .
Puertorriqueños en armas por asesinato policial