WASHINGTON — Animados por la ira y el disgusto contra George W. Bush, la guerra en Irak, la avaricia de las corporaciones, la corrupción, y los recortes en programas para las necesidades humanas, los votantes acudieron a las urnas el 7 de noviembre y terminaron con el control republicano de la Cámara de Representantes. Los republicanos han controlado a la cámara baja del Congreso por 12 años.
A la hora de cierre todavía se estaba contando los votos de la contienda en Virginia, donde el demócrata Jim Webb le llevaba la ventaja al actual senador George Allen. Si la delantera de Webb se mantiene, los demócratas tendrán control del Senado también.
Esta ola contra la derecha republicana barrió con todas regiones del país. A la hora de cierre de este número los demócratas han ganado una mayoría de los 435 escaños. En varios estados todavía se están contando los votos.
En el Senado los demócratas pudieron defender senadores actuales y los escaños abiertos. Los demócratas les quitaron escaños adicionales a los republicanos en Rhode Island, Pennsylvania, Ohio, Missouri y Montana. Demócratas también han ganado la mayoría de las gobernaciones de los estados. Esto le da una ventaja importante a su partido para las elecciones presidenciales del 2008.
La representante demócrata Nancy Pelosi de California será la primera mujer en la historia que encabezará a la Cámara de Representantes. Ella le dijo partidarios demócratas en Washington que “el pueblo norteamericano votó por el cambio”. Ella agregó que este voto por “una nueva dirección” fue un voto a favor de que “necesitamos una nueva dirección que la guerra en Irak. Nosotros no podemos continuar en esa vía catastrófica”.
Pelosi subrayó el papel de las mujeres en estas elecciones. El movimiento por la igualdad femenina inundó a Dakota del Sur, por ejemplo, y por 10 puntos derrotaron una medida que hubiese impuesto una prohibición draconiana contra el aborto.
Las mujeres votaron más que los hombres en muchas de las contiendas a través del país. Estas se opusieron aun más al gobierno de Bush y la ultraderecha. Las mujeres también muestran oposición más fuerte contra la guerra.
El movimiento sindical lanzó una movilización poderosa con voluntarios yendo de puerta en puerta y haciendo llamadas en 32 estados. La AFL-CIO reportó que los voluntarios se comunicaron con 13,4 millones hogares de sindicalistas en todo el país. En los últimos cuatro días antes de las elecciones, la AFL-CIO puso 185 mil voluntarios tocando en 3,5 millones de puertas y comunicándose con dos millones de trabajadores en sus sitios de empleo. Los sindicatos se concentraron en sus miembros que votaban “infrecuentemente” para que voten.
El presidente de la AFL-CIO John Sweeney dijo, “Está claro que el pueblo trabajador fue el motor guiando a los cambios en el liderazgo de la Cámara. Ellos quieren que nuestros líderes en Washington se dirijan a los problemas como empleo, cuidado de salud, y seguridad para los jubilados”.
La movilización de los votantes fue 50 por ciento más alto para unas elecciones donde no hay contienda presidencial. El voto afronorteamericano fue importante a la victoria en muchas de las contiendas. En Memphis, votantes negros salieron en cantidades jamás visto anteriores para votar por Harold Ford para senador. En Massachussets, la movilización de votantes negros fue tan que en varios precintos se agotaron las papeletas y tuvieron que buscar más. Estos estaban ahí para votar por Deval Patrick, que ganó las elecciones para convertirse en el primer gobernador negro y solo el segundo electo en toda la historia del país. En San Louis, el voto negro fue el margen necesario para la victoria de Claire McCaskill para senadora. Y en Maryland, un récord de 200.000 personas votaron en Baltimore, ciudad de mayoría afronorteamericana, para elegir a Martin O’Malley como gobernador y a Ben Cardin al Senado.
Algunos de los peores derechistas fueron derrotados, incluyendo al actual senador Rick Santorum de Pennsylvania, el tercer en rango en el Senado. En Arizona, el senador J.D. Hayworth, que introdujo la mayoría de los peores proyectos antiinmigrantes, fue derrotado.
Robert McChesney, un experto sobre los medios de comunicaciones, comparó al senador electo Sherrod Brown de Ohio con el fallecido senador Paul Wellstone de Minnesota. “Sherrod ha trabajado calladamente y efectivamente para ganarse la confianza de la gente de Ohio, especialmente el de los pobres y de clase trabajadora”, escribió McChesney.
Encuestas en las urnas revelaron que los votantes se enfocaron no solo en la guerra en Irak con que condenar a Bush y los republicanos. Las preocupaciones por la corrupción y la economía fueron más allá de la campaña de Bush contra el “terrorismo”. Visto que existen millones que no tienen suficiente con que vivir, los votantes rechazaron las declaraciones de los republicanos que la economía estaba en buen estado.
Varios referéndums, incluyendo seis iniciativas para alzar el salario mínimo y uno a favor de hacer investigaciones sobre células madres jugaron un papel importante en animar a la gente a votar. También hubo iniciativas populares llamando por un fin inmediato a la guerra en Irak en 164 municipios. Casi todas fueron aprobadas.
No obstante, iniciativas reaccionarias también fueron aprobadas. Entre estas varias prohibiendo el matrimonio entre parejas homosexuales y, en Michigan, una contra la Acción Afirmativa.
Los republicanos usaron trucos sucios para tratar de mantener el control. En Tennessee, Harold Ford perdió por poco para ser el primer senador afronorteamericano desde el fin de la Guerra Civil. Un odioso anuncio racista auspiciado por el Comité Nacional Republicano jugó un papel clave en la derrota de Ford. En Virginia usaron encuestas falsas a favor del senador George Allen hicieron que votantes vayan a las urnas que no le tocaban.
A pesar de estos los votantes se dieron cuenta de los trucos y todavía les dieron una derrota a los republicanos.
Rebelión electoral contra política Bush