WASHINGTON, D.C. – Del punto de vista de la administración Bush, es mejor no hablar del atentado derrocamiento de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, del 12 de abril, una derrota extraordinaria para el único superpoder del mundo. No hay un golpe de estado que le haya ido tan mal a Estado Unidos desde que la CIA trató de derrocar la Revolución Cubana.
Aunque perdieron la primera vuelta, los enemigos de Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana no se dan por vencido. Todavía están conspirando para tumbar su revolución popular.
El Nacional, el diario más grande de Venezuela, jugó un papel en el atentado que fue similar a la de El Mercurio de Chile que escribió montones de mentiras para el golpe que derrocó a Salvador Allende en el 1973.
Recientemente, el Sindicato Nacional de Trabajadores de Prensa (SNTP) desenmascaró, en un comunicado, el papel de El Nacional de instigar huelgas y manifestaciones callejeras en contra de Chávez. El comunicado de la directiva sindical, traducido de una copia en inglés, dice, “Ya no nos dejaremos ser usado. Queremos estar claro, que no estamos de acuerdo, ni estaremos de acuerdo con las marchas políticas agresivas, los paros y las huelgas con propósitos políticos”.
Si los medios o otras corporaciones están buscando el “poder político en Venezuela, nosotros queremos que sean claro en que son los patronos y no los trabajadores que tienen ese punto de vista,” continuó la declaración. “La verdadera mayoría en el país quiere la paz, no paros, no guerra y no un golpe.”
Gregory Wilpert, un ex becario Fulbright haciendo investigaciones académicas independiente en Caracas, fue un testigo de la intentona. En un artículo en el número de mayo de la revista mensual Montelibre, argumenta que Pedro Carmona Estanga, líder del golpe, hizo una serie de errores y cálculos malos. Horas después de tomar al palacio Miraflores, Carmona, aparentemente con la bendición de sus amos en Washington, disolvió al parlamento y el Tribunal Supremo, y declaró nulo la constitución del 1999 que fue ratificada por el voto popular. Carmona después anunció que él tomaría poder por un año antes de hacer nuevas elecciones.
La Central de Trabajadores de Venezuela (CTV) y casi todos los partidos moderados de la oposición fueron excluidos de su gabinete de “unidad democrática,” escribió Wilpert. “El nuevo gabinete de transición terminó con solo los elementos más conservadores de la sociedad venezolana.”
El segundo error de Carmona fue en asumir que Chávez tenía tan poca popularidad que nadie se alzaría para defenderlo. En vez, después de la sorpresa de golpe, 100.000 protestaron al frente del palacio presidencial y miles en otras poblaciones y ciudades a través del país. Dentro de 48 horas, Chávez fue retornado al poder.
Wilpert continúa diciendo, “Una vez fue claro que el golpe fue secuestrado por la extrema derecha y que Chávez tenía aun más apoyo popular que lo que se imaginaban, una gran parte de los militares decidieron rechazar al golpe.”
El National Endowment for Democracy (NED), organizado en el 1983 bajo la presidencia de Reagan con el propósito de otorgar fondos y apoyo político a partidos políticos apoyados por Estados Unidos a través del mundo, está siendo investigado por su papel en el abortado golpe. Por lo menos $877.000 en contribuciones del NED fueron a las fuerzas antichavistas en Venezuela. El NED tiene cuatro grupos constituyentes: el Instituto Nacional Democrático, con lazos al Partido Demócrata, que contribuyó $210 mil; el Instituto Internacional Republicano, con lazos al Partido Republicano, que contribuyó $339.998; el Centro Americano para la Solidaridad Laboral Internacional, con lazos a la AFL-CIO, que contribuyó $154.377; y el Centro Internacional para Empresas Privadas, que aparentemente contribuyó $171.125 al proyecto venezolano.
Una declaración de la AFL-CIO defendió la decisión de enviar fondos a la CTV pero añadió que la AFL-CIO “condena a la intentona del 12 de abril para disolver las instituciones democráticas que parece haber sido maquinado por un pequeño grupo de oficiales militares con el apoyo de unos empresarios poderosos derechistas. No hay evidencia que la CTV o sus dirigentes fueron más allá de las expresiones democráticas de descontento. En verdad, la CTV, junto con la gran mayoría de los venezolanos, rechazaron reconocer al régimen de poca duración de Pedro Carmona y rechazó sus decretos disolviendo las estructuras democráticas del país.”
Sería bueno que la AFL-CIO estudiara la declaración del SNTP condenando las manifestaciones políticamente inspiradas. Estos trabajadores reconocen que hasta lo que pueda aparentar “expresiones democráticas de descontento” pueden ser manipuladas por la CIA y otros enemigos del movimiento sindical y el pueblo para desestabilizar y derrocar a gobiernos como el de Chile en 1973 o Venezuela en 2002.
La estructura del NED con representación de ambos partidos, los sindicatos y los empresarios es solo para esconder su papel como instrumento de las corporaciones estadounidense para la dominación global. El pasado febrero, el NED nombró a su junta de directores al notorio Frank Carlucci, un oficial de la CIA que ahora encabeza al Grupo Carlyle, uno de los contratistas de armas para el Pentágono más rico. Por más de medio siglo, Carlucci le sirvió a la CIA, derrocando revoluciones democráticas y ayudando instalar régimen de derecha “favorables a EEUU” en todos los continentes. También nombrados fueron el general retirado del ejército y ex Comandante Supremo de la OTAN, Wesley K. Clark, y a Richard C. Holbrooke. Clark fue comandante de la guerra de bombas en contra de Serbia; Holbrooke orquestó el desmantelamiento de Yugoslavia como un estado viable.
“Somos increíblemente afortunados que tal grupo de norteamericanos distinguidos estén apoyando y ayudando guiar al NED en la misión de promover la democracia,” dijo el director del NED, Carl Gershman, un alto dirigente de la derechista Socialdemócratas, EUA, y quién colaboró con el coronel Oliver North en la controversia Irán-Contra donde enviaban fondos y armas a los contrarrevolucionarios nicaragüenses para tumbar a los sandinistas.
Estos son los “veteranos” que realmente controlan las operaciones NED en Venezuela. Para ellos democracia se escribe “petróleo.” Venezuela provee 1,5 millones de barriles de este recurso a EEUU cada día.
Chávez se ha ganado el odio de la administración Bush y las compañías petroleras al trabajar junto con la OPEP para asegurar precios justos para las naciones productores de petróleo. Él también tiene una amistad con el presidente cubano Fidel Castro y ha suministrado petróleo a Cuba a precios justos en violación del bloqueo estadounidense.
Buques de guerra de la Marina estadounidense estaban a poca distancia de la costa durante el golpe, proveyendo apoyo en telecomunicaciones. De acuerdo al periódico The Guardian de Londres, el embajador estadounidense, Charles Shapiro, se reunió con Carmona el 12 de abril. Una de las primeras decisiones de Carmona fue de parar los suministros de petróleo a Cuba.
Roger Rondón, miembro de congreso venezolano, le dijo a The Guardian que dos agregados militares de la Embajada de Estados Unidos, James Rogers y Ronald MacCammon, estuvieron en el Fuerte Tiuna reuniendose con los líeres del golpe la noche de 11 al 12 de abril.
El pueblo venezolano salvó la democracia en abril a través de la restauración de su presidente. Es importante que toda persona de pensamiento democrática en EEUU desenmascare los intereses de la ultraderecha, las corporaciones y la administración Bush en los planes para desestabilizar a Venezuela.
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