Luis “Lucho” Eduardo Garzón ganó las elecciones para alcalde de Bogotá, capital de Colombia, el 25 de octubre. El ex dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores, anteriormente se había postulado para la presidencia de Colombia en el 2002 como candidato del Frente Social y Político y salió en tercer lugar. Esas elecciones fueron ganadas por el actual presidente derechista Álvaro Uribe. El candidato del Partido Liberal tomó el segundo lugar y el otro partido tradicional el Conservador no tuvo candidato.
El presidente Uribe hizo campaña con la promesa de bregar con la cuestión de la guerra civil y ha estado bajo crítica por querer aplastar a las guerrillas izquierdistas militarmente.
La elección de Garzón se considera una derrota política y económica para Uribe. Una, porque el candidato favorecido por Uribe perdió, y, segundo, porque en las mismas elecciones hubo un referéndum, propuesto por Uribe, sobre 15 propuestas económicas y políticas. No hubieron suficiente votos para las “reformas” que incluían una propuesta para congelar los salarios de los empleados del sector público y las pensiones de los jubilados.
El vicepresidente Francisco Santos trató de usar la victoria de Garzón para criticar a las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC) y las otras guerrillas de izquierda.
La ironía de esos comentarios es que las FARC habían formado la Unión Patriótica (UP), un partido político electoral juntos con otras fuerzas de izquierda, en el 1985 después de un cese de fuego. Pero en los primeros tres años de la UP, más de 550 candidatos, militantes y líderes de esa colectividad política fueron asesinados, incluyendo a cuatro legisladores y un candidato a la presidencia.
Sindicalista gana alcaldía Bogotá