Trabajadores del tomate logran victoria

Los trabajadores agríolas de Imokalee celebraron el mes pasado un acuerdo histórico, luego de que Burger King acordó pagarles un centavo más por cada libra de tomates que cosechan, a mejorar las condiciones de trabajo, y a establecer un nuevo código de conducta para los agricultores.

El acuerdo del 23 de mayo fue resultado de un año de creciente presión a Burger King por la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW, por sus siglas en inglés) con sus aliados, campaña caracterizada por un intenso boicot y una campaña de peticiones.

“Esta victoria es de gran importancia porque nos lleva un paso más adelante en esta lucha por los derechos de los trabajadores,” declaró Melody González, de 24 años de edad, copresidenta nacional de la Alianza Estudiantil/Campesina y dirigente de la CIW.

“La lucha aun no termina pero esto nos permite asegurar que se apliquen estos cambios a todo el sector para que estos logros puedan ser de beneficio a todos los trabajadores”, dijo ella a Nuestro Mundo. Burger King hasta había contratado a una agencia privada de investigaciones sin licencia, conocida por su infiltración clandestina a grupos laborales para espiar a las reuniones de la CIW.

Burger King sabía que se contrataba a investigadores privados, pero dice que ha rompido relaciones con la agencia. El presidente de la compañía, John W. Chidsey, pidió perdón por sus comentarios negativos anteriores contra la CIW. “Hoy abrimos una página nueva en nuestras relaciones y comenzamos un nuevo capítulo de progreso real para los trabajadores agrícolas de Florida”, dijo él en una declaración pública.

Burger King, cadena de comida rápida basada en Miami, dijo que iba pagar precios por los tomates que sean adecuados para darles a los trabajadores un aumento de salario de 1,5 centavos por libra. Del mismo un centavo va directamente al trabajador y la otra mitad de centavo va cubrir los impuestos adicionales de nómina de pago a los agricultores, más gastos administrativos. El aumento de pago del 71 por ciento es el primero en décadas.

Típicamente, los trabajadores agrícolas en la cosecha de tomates ganan entre $10.000 a $12.000 anual. Ahora tienen posibilidades de ganar de $16.000 a $17.000. Burger King espera que el acuerdo les va costar alrededor de $300.000 al año. Sus ganancias en 2007 llegaron a 2,2 mil millones de dólares.

Burger King también ha prometido llamar por una cuota extra de un centavo por libra en toda la industria para cubrir aumentos de pago a todos los que trabajan en la cosecha del tomate en Florida. Se han acordado la compañía y la coalición sobre un mejor código de conducta para vendedores que exige la terminación inmediata a cualquier agricultor de la cadena de abasto de Burger King en caso de ciertas actividades ilegales. Los trabajadores ayudarán a vigilar que se cumpla el acuerdo.

Además de Subway, Chipotle y Wal-Mart, “también pensamos aplicarle presión a Whole Foods, ya que proclaman su apego a la responsabilidad social con todo y su comida orgánica y comercio justo”, dice González “Tiene sentido no más que vengan ellos a la mesa también”.

“Como estudiantes tenemos un papel crítico porque estas compañías nos tratan de convencer a que comamos y compremos de ellos pero ya no podemos tolerar a estos abusos”, dijo ella. “Tenemos la responsabilidad de estar con los trabajadores”.

Florida produce casi la mitad de los tomates que se consumen en EEUU, e Immokalee es el centro. De octubre a mayo trabajan más de 30.000 personas en el campo.

La mayor parte de los trabajadores del tomate en Florida son centroamericanos sin documentos. Trabajan bajo el calor del sol desde amanecer hasta el anochecer, a veces hasta los siete días de la semana. En un día típico un trabajador cosecha, carga y descarga hasta dos toneladas de tomate. Muchos trabajadores se ven obligados a vivir uno encima del otro en viejas casas móviles deterioradas. Tienen pocos beneficios y no tienen derechos sindicales. Norberto Jiménez, trabajador del tomate en Immokalee y originario de México, dice que el acuerdo con Burger King ha llegado “en buena hora”.

“Estábamos desilusionados con todas las tácticas que Burger King estaba empleando, pero ya estamos felices de que prevalecerán nuestras reclamaciones”, dijo Jiménez. “Como trabajadores migrantes agrícolas con o sin papeles, trabajando en malas condiciones, es importante construir la unidad con la comunidad más allá en esta lucha por nuestros derechos”, le dijo a Nuestro Mundo.

“Lo más importante son los derechos humanos, la dignidad y el respeto”, dijo él.

El pacto presiona a la Central de Productores de Tomate de Florida (Florida Tomato Growers’ Exchange), basado en Maitland, que representa al 90 por ciento de los productores de tomate del estado. El grupo se niega a encargarse del centavo por libra acordado, alegando que provoca el plan cuestiones de monopolio y que es “antiamericana” la influencia de terceras partes sobre los salarios.

Mientras tanto, investigadores del Congreso están en camino hacia Florida para investigar el pago a los trabajadores y sus condiciones de trabajo. Los agricultores van a tener que explicar por qué están resistiendo un acuerdo sin costo que tanto los grandes compradores corporativos y los trabajadores que los abastan están dispuestos a hacer efectivo.

La CIW, grupo compuesto de trabajadores emigrantes, estudiantes, sindicalistas, activistas comunitarias y religiosas, y legisladores, ha organizado marchas por toda el país, manifestaciones y campañas de peticiones, y ha argumentado el caso de los trabajadores ante las comisiones legislativas.

La CIW tuvo su primera victoria en 2005 luego de un boicot de cuatro años contra Taco Bell, propiedad de Yum! Brands. Desde entonces, KFC, A&W, Long John Silver’s and Pizza Hut se han unido al programa del centavo por libra. El año pasado la CIW logró un acuerdo similar con McDonald’s.