Trabajadores lavandería organizan unión laboral

BRANFORD, Connecticut – Cuando los trabajadores de la planta de uniformes Cintas aquí empezaron a organizarse en una unión laboral, la compañía respondió con vigilarlos ilegalmente y despedir a los trabajadores que respaldan a la unión. Estos trabajadores, muchos nuevo inmigrantes, están entre los 17 mil que se están organizando en 300 plantas a través de Estados Unidos y Canadá.

María Colón, que trabaja en el departamento de “ticketing” de la compañía, le dijo a Nuestro Mundo que ella se siente “avergonzada” de la manera de como Cintas está respondiendo a la situación. “Cintas tiene reglas y regulaciones que los trabajadores tienen que seguir, pero Cintas se cree que puede dictar sus propias leyes.”

La campaña “Justicia Uniforme” que lanzó este mes el sindicato UNITE (siglas en inglés de la Unión de Empleados de la Aguja, Textiles e Industriales) es una de las campañas organizadoras más grande en la reciente historia laboral. Cintas, infame por ser anti sindical, es la proveedora más grande de renta de uniformes y lavandería industrial en Norteamérica. Está compañía, que está en la lista de la revista Fortune de las 500 compañías más ricas, reportó $234 millones en ganancias el año pasado.

Una manifestación muy animada que tomó lugar afueras de la planta el 5 de febrero envió un fuerte mensaje de solidaridad de parte del Consejo Central del Trabajo del área de New Haven. “Estamos en una gran lucha por los derechos de los trabajadores de la Universidad Yale”, dijo Andrea Cole, vicepresidenta del consejo laboral. “Y estamos tratando de traer esa lucha aquí a Cintas. Ya no es aceptable negarle el derecho de organizar a los trabajadores.”

Pam Curtis, directora de organización de UNITE, dijo que la unión ha formulado cargos contra Cintas por violaciones de ley laboral en Branford y en 15 otras ciudades. “Cintas intimida, acosa y despide a trabajadores que quieren unirse a las uniones y nosotros no vamos a parar hasta traerle a estos trabajadores las mejoras y la protección que solo viene a través de un acuerdo laboral”, dijo Curtis.

En la manifestación la unión laboral hizo público un informe nacional, “La Verdad Sucia Detrás de los Uniformes” que reveló las condiciones de trabajo “deplorable” en las plantas de Cintas. El reporte dice que recientemente la compañía se puso de acuerdo pagar $10 millones por una demanda hecha por trabajadores que fueron negado pago de tiempo y medio por horas extras.

Más de 40 otras demandas están pendiente contra la compañía por discriminación racial, sexual, por edad e incapacidad. La mujeres componen la mayoría de quienes trabajan en producción. En su mayoría los empleados son latinos, afronorteamericanos, indonesios, hindú, vietnamita y coreanos.

Mientras el jefe de la compañía Robert Kohlhepp recibe $490 mil al año, los trabajadores de producción ganan un salario tan bajo como $6,50 la hora. El reporte acusa a la compañía de trabajar a los choferes de camiones más de la cuenta y muchas veces se le niega el pago por las horas extras.

Cuestiones de salud y seguridad en el trabajo y seguro médico son problemas principales. A pesar de un aumento de 22 por ciento en los ingresos de la compañía, Cintas aumentó el costo del seguro para los trabajadores de bajo ingreso, dijo Curtis.

De acuerdo al informe, la Junta Nacional de Relaciones Laborales citó a Cintas 25 veces por violaciones de las leyes laborales federal. El fundador y presidente de Cintas, Richard T. Farmer, es un gran contribuyente al Partido Republicano.

Se puede comunicar con la autora al joelle.fishman@pobox.com