NEW HAVEN – Bajo la excusa de combatir al terrorismo han lanzado unos amplios ataques contra los inmigrantes. Encabezando estos ataques se encuentra la legislación estatal pare negarle a los inmigrantes licencia de conducir. Este temo muy emocionante se ha convertido en una batalla grande en la legislatura de Connecticut.
Cientos de gente salieron el año pasado para protestar cuando el Departamento de Vehículos de Motor (DVM) propuso usar la condición de inmigrantes como un requisito para tener una licencia. En vistas públicas celebradas en la ciudad de Waterbury, a trabajadores inmigrantes que llegaron en dos autobuses, muchos afiliados al Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU por sus siglas en inglés), se le negó la entrada al edificio y fueron atacados con gas lacrimógeno. Esto fue captado por cámaras de televisión.
El escándalo que resultó hizo que los legisladores hicieran otra vista pública poco después en Hartford, la capital del estado. Una amplia gama de gente dieron testimonio, incluyendo, trabajadores inmigrantes, dirigentes sindicales y oficiales electos. Todos exigieron que los legisladores no permitan al DVM a otorgar licencias basado en otras cosas que no sea el examen de manejar, diciendo que el DVM no está al tanto de las leyes complicadas de inmigración.
Sin embargo, en febrero, bajo cubierto de una batalla intensiva sobre el presupuesto estatal y la guerra contra Irak, la Comisión para Transportación de la legislatura votó enviar al Senado el proyecto 926, permitiendo al DVM revocar a las licencias de manejar de inmigrantes cuyas visa el día en el cual se venciera sus visas. Abogados de inmigración han testificado que toma muchos meses de papeleo para completar las extensiones de visas.
En respuesta, la Unión de Libertades Civiles de Connecticut, la Iglesia Unida de Cristo, la Coalición de Inmigración y Refugiados, DemocracyWorks, y la Comisión de Asuntos Latinos y Puertorriqueños del estado, SEIU, ACORN (Asociación de Organizaciones Comunitarias para la Reforma Ahora), Unidad Latina en Acción, y el NAACP se unieron para oponerse al proyecto de ley SB 926 y a cualquier enmienda que le hagan basado en que “la condición de inmigrante no tiene ninguna relacián racional sobre si uno está cualificado para manejar”.
En una declaración a la legislatura ellos enfatizaron, “En vez de bregar con el terrorismo, las medidas restrictivas previenen a las familias guiar al trabajo, escuela, o al médico. Esta regulación discrimina contra los que no son ciudadanos, y parece igualar a los inmigrantes con los terroristas. Esto es irracional, inexacto, y moralmente mal.
Como resultado del trabajo de la coalición a través del correo electrónico y el teléfono, además de la campaña “Inmigrantes no son Terroristas” de Unidad Latina en Acción, el proyecto de ley SB 926 fue derrotado en la comisión de finanzas de la legislatura. Pero los mismo proponentes del proyecto, inmediatamente enmendaron a cuatro otros proyectos de ley diferentes, con la misma propuesta. Estos proyectos ya están programados para ir a la legislatura entera para voto.
La derrota de estos intentos es de gran importancia. Peter Gadiel, un hombre de Kent, Connecticut, que perdió su hijo en el atentado terrorista del 11 de septiembre, ha estado viajando de estado a estado, exigiendo que promulguen leyes para limitar el derecho de manejar a los inmigrantes habla de parte de las Familias del 9/11 para una Norteamérica Segura (FSA por sus siglas en inglés), dice que es “una coalición multiétnica de norteamericanos, ambos nativos y naturalizados”, pero está conectada a la Coalición para Licencias de Conducir Seguras, un grupo con base en las corporaciones, y recibe sus fondos de la multimillonaria organización antiinmigrante, Federación Norteamericana para la Reforma Inmigratoria (FAIR – siglas en inglés). FSA está movilizando gente en el área metropolitana de Nueva York para ponerle presión a la legislatura de Connecticut.
La cuestión de limitar el permiso de conducir a los inmigrantes es parte de la agenda legislativa atrasada de FAIR para el Congreso en el 2003. Entre otras cosas ésta agenda de 12 páginas incluye cosas como oposición a cualquier programa de amnistía para inmigrantes, aumento de la Patrulla Fronteriza, y permitir el uso de fuerzas militares en la frontera, “eliminación de extranjeros ilegales”, y “retener el reembolso federal a gobiernos estatales y locales que no impidan el acceso a programas y servicios, que no sean de emergencia, a los extranjeros ilegales”.
Dirigiéndose a una conferencia sobre la Carta de Derechos y el Acta Patria organizado por la Unión de Libertades Civiles de Connecticut, el grupo Promoviendo una Paz Duradera, y el Consejo de Paz de New Haven, John Wilhelm, presidente internacional del sindicato Empleados de Hoteles y Restaurantes, dijo que están “confundiendo cuestiones de inmigración con cuestiones de seguridad nacional”. Él subrayó la importancia de que la lucha por los derechos de los inmigrantes no se pueden separar de la lucha general por los derechos civiles.
Wilhelm ha estado al frente del apoyo del movimiento laboral a los derechos de los trabajadores inmigrantes, que constituyen uno de los sectores de más crecimiento rápido entre los afiliados a sindicatos. Su sindicato perdió docenas de afiliados en el ataque del 11 de septiembre, la mayoría inmigrantes nuevos que estaban trabajando temprano por la mañana, cocinando y limpiando a sueldos bajos.
El discurso de Wilhelm era una respuesta efectiva a los argumentos principales de la FSA, que los secuestradores usaron licencias de conducir para comprar los pasajes aéreos. “El ataque del 11 de septiembre no fue cometido por inmigrantes”, dijo Wilhelm, “fueron cometidos por criminales”.
Él apuntó que cuando se cometió el atentado terrorista con bomba contra el edificio federal en Ciudad Oklahoma por dos hombres blancos, natural de Estados Unidos, no hubo ninguna discriminación contra ese grupo como clase de gente.
Restringir el derecho a una licencia a los inmigrantes, él dijo, no detendrá al terrorismo, sino, discriminará contra miles de inmigrantes que son una parte importante de la economía y el bienestar de nuestro país, y hará que nuestras carreteras y comunidades sean más peligrosas.
“Las técnicas represivas contra los inmigrantes hoy en día, serán usadas contra todo el mundo mañana”. Él concluyó pidiendo que todos participen en una manifestación pro inmigrantes el sábado, 4 de octubre en Nueva York.
Tratan inmigrantes como terroristas