RIO DE JANEIRO – Hace un año desde que Luiz Inacio Lula da Silva, el ex obrero metalúrgico y dirigente del izquierdista Partido de los Trabajadores de Brasil, fue electo presidente del país. Traté de aprender que está pensando la gente sobre el país hoy y del presidente después de su primer año en el puesto.
Entrevisté a 30 personas de una variedad de diferente procedencia. Todos dijeron que votarían por Lula hoy, incluyendo los (como un tercio) que no votaron por él la primera vez.
Yo pregunté, ¿Qué es la cosa más importante que Lula ha hecho en su primer año?
La mayoría dijo que la reforma de sistema de jubilación era la cosa de más importancia que él hizo. Este proyecto fue muy polémico porque reduce algunos de los beneficios de jubilación de los nuevo empleados del sector público. El gobierno fue básicamente forzado a tomar la medida por el Fondo Monetario Internacional y la carga de la deuda de $240 mil millones.
Dona Mimi, una profesora jubilada, dijo, “Asegurar nuestro retiro y nuestro seguro de salud no permite gozar de nuestras vidas, igual que ayudar a nuestros niños”.
Todos dijeron que la campaña de darle de comer a Brasil era el fallo más grande del gobierno, pero la mayoría apoyan a la campaña contra el hambre. La parte norte de Brasil, especialmente, tiene un gran problema de desempleo igual de hambre.
Un taxista llamado Carlos dijo, “La campaña para poner fin al hambre es una buena idea pero trabajo es la cosa de más importancia hoy”. Isis, afiliado al sindicato de obreros siderúrgicos, dijo que “el poder en las manos de los trabajadores llevará a Brasil al Siglo 21”, pero si el poder se mantiene en las manos del capital de inversiones internacional, “Brasil se quedará en el pasado y el pueblo no tendrá nada”.
Todos estaban orgullosos de la política extranjera del país, una política caracterizada por el rechazo de unirse a la guerra estadounidense contra Irak y la abogacía de un bloque independiente regional de Estados suramericanos.
Todos preguntaron si al volver a Estados Unidos, yo trabajaría para derrocar a George W. Bush. Ellos piensan que si EEUU no estuviera envuelto en el Medio Oriente, la administración Bush estaría trabajando más duro para derrocar a los esfuerzos de Lula para construir un Brasil mejor e independiente.
Joao, un limpiador de botas en la playa Copacabana, dijo, “Brasil es un mejor sitio hoy después de que Lula se hizo presidente y mi negocio está mejor, pero yo no voto. Yo simplemente trabajo para darle de comer a mis hijos. Yo cojo una hora y media para ir a trabajar aquí todos los días. No tengo tiempo para votar”. Pero Lula ha ayudado a Brasil, él dijo, y “si EEUU solo nos deja vivir, viviremos mejor”.
La mayoría está de acuerdo con que el gobierno de Lula ha estabilizado al gobierno y a la economía. Él ha hecho al país gobernable. Él le ha dado a la gente común un orgullo en el país, igual que en el gobierno.
Todo el año habrán celebraciones a través del país conmemorando la abolición de la esclavitud 150 años atrás. El gobierno de Lula está haciendo una campaña contra el racismo con una serie de anuncios y programas de televisión.
El Partido Comunista de Brasil (PC de B) es una parte importante del gobierno coalicionista de Lula, y sus militantes están luchando para proveer liderazgo ambos en la política doméstica y extranjera.
El poder político del poder del Partido se puede ver en su crecimiento. Marco Costa, secretario de finanzas del PC de B, nos dijo que el Partido creció con unos 35.000 militantes consolidados en los últimos cuatro meses. Puede ser que el Partido quizás pueda elegir un nuevo alcalde en Rio de Janeiro en 2004.
Temor de la administración Bush está en la mente de la clase trabajadora de Brasil. Pero a la misma vez, la esperanza por el futuro es grande y la confianza en Lula es sólida.
Un año después de Lula