Por la décima octava vez, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas votó el miércoles a favor de una resolución para condenar al bloqueo que el gobierno de los Estados Unidos ha mantenido en contra de Cuba socialista, desde un poco después de la revolución cubana de 1959.

El gobierno estadounidense usa la palabra "embargo" pero los cubanos lo llaman "el bloqueo, pues no se confina a prohibir el comercio norteamericano con Cuba, sino también pretende bloquear el comercio de otros países con la isla.

Este año se registró el mayor voto a favor de la resolución que condenó el bloqueo, con 187 votos a favor, 3 en contra (Estados Unidos, Israel y la pequeña nación de Palau en el Océano Pacifico), más dos abstenciones (Islas Marshall y Micronesia, también en el Pacífico, que al igual que Palau dependen mucho de la ayuda económica estadounidense).

Esto significa que absolutamente todos los países que tienen representación en la ONU, que suman 192, menos los cinco ya mencionados, se han expresado en contra de la política de los Estados Unidos hacia Cuba. El voto afirmativo incluyó a dos países que no han votado así en años pasados: El Salvador, que este año eligió un gobierno centroizquierda tras muchos años de haber servido como una base para la subversión de la CIA en contra de Cuba, y el gobierno pro-estadounidense de Irak. Además, sin excepción, los aliados de los Estados Unidos en la OTAN votaron para condenar al bloqueo.

En el periodo antes del voto, la delegación cubana proporcionó a la Asamblea General información detallada sobre la manera en que el bloqueo perjudica al pueblo cubano obligándolo a pagar más para mercancías importadas y negándole acceso a medicamentos y aparatos médicos. Delegados de varias naciones hicieron uso de la palabra para denunciar al bloqueo.

Durante la debate, la embajadora de los Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, mencionó unas acciones de parte de la administración de Obama que tienen el fin de lograr una distensión entre los Estados Unidos y Cuba. Pero Rice defendió al bloqueo como un mecanismo de presionar a Cuba para hacer cambios internos. En cuanto al voto, Rice comentó que, "es difícil dejar las viejas costumbres". Respondiendo al comentario del canciller cubano Bruno Rodríguez en el sentido de que el bloqueo es un "acto inculto de arrogancia", Rice acusó a Rodríguez de expresar una actitud de la guerra fría. Pero por sus votos, es obvio que los integrantes de la Asamblea General perciban al bloqueo como una política caduca.

Rodríguez señaló, también, como ha hecho el gobierno cubano en diversas ocasiones, que la administración de Obama tiene una oportunidad excepcional para cambiar esta política.

Por la razón de que el verdadero poder en la ONU lo controla el Consejo de Seguridad, en cuyas decisiones los Estados Unidos y los otros miembros permanentes tienen veto, y no en la Asamblea General, el voto es básicamente simbólico. Pero demuestra claramente que en el asunto de Cuba es el gobierno norteamericano, y no el cubano, que se encuentra aislado.

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