Unidad negra y Latina

OPINIÓN



Los afronorteamericanos y los mexicoamericanos – y en realidad todos los latinos – tienen mucho que ganar en las elecciones del 2008. Existen oportunidades para que las dos comunidades trabajen juntos y encabecen un creciente movimiento por el cambio político en Washington.

La alianza de negros y latinos es una fuerza principal que une a nuestras comunidades en un mundo donde el racismo, la injusticia económica y las desigualdad se encuentran en todos los aspectos de nuestro pasado y presente.

Un ejemplo de como tal unidad nos trajo progreso para todos fue la campaña para elegir a Harold Washington alcalde de Chicago. Washington fue el primer alcalde afronorteamericano de Chicago, elegido hace 25 años, y sus palabras en la noche de su histórica victoria tiene un significado similar hoy.

Él dijo, “La gente de Chicago quieren que la alcaldía se limpie de toda apariencia de influencia criminal, tratos entre compinches y corrupción. En Chicago la gente quieren un gobierno transparente y justo, donde toda la gente, sin importar la raza, credo o color, pueden ser tratada justamente, igualmente, con equidad. El voto de hoy devolvió el Partido Demócrata al pueblo”.

Washington hizo historia ese año y puso a Chicago en el mapa debido a la coalición de negros, latinos y fuerzas progresistas blancas que culminó en un récord que votaron – 88 por ciento y más de 1,4 millones de votos, el más alto en Chicago desde el 1944.

La coalición multirracial por la unidad política que puso a Washington en el poder fue debido, en parte, al voto latino, que por si solo tuvo un 62 por ciento de participantes, rompiendo récord. De estos 82 por ciento votaron por Washington.

Esa fue una época de activismo con esperanza. El tiempo de Washington como alcalde fue uno de transparencia, cambios políticos, justicia, progreso hacia la igualdad racial y el fin del racismo abierto. Con la victoria de Washington las fuerza progresistas y toda la gente de Chicago de todas las etnias celebraron su éxito y se prepararon para ganar más victorias en contra del gobierno ultraderechista del presidente republicano Ronald Reagan.

Como Harold Washington, el senador Barack Obama, aunque en una escala mayor, puede hacer historia llegando a ser el primer presidente afronorteamericano. Y si no fuera por el ejemplo de Washington y la coalición de su época en Chicago, Obama quizás no esté en la posición en la cual está hoy.

Se ha dicho que los mexicanoamericanos y otros latinos no van a votar por Obama, que no “estamos listos” para votar por un hombre negro o que no tenemos nada en común.

Pero la pobreza, el desempleo, la explotación de trabajadores, carencia de servicios médico, escuelas públicas fracasadas y violencia en los barrios son las condiciones verdadera y desafortunadas con las cuales ambas comunidades – la negra y la latina – vivimos.

Y mientras los miles de millones de dólares son gastados en las Fuerzas Armadas y la guerra en Irak en vez de las necesidades del pueblo, y mientras la economía estadounidense continúa empeorando, son las comunidades pobre sin poder y especialmente las de gente de color que sufren más.

Los mexicanoamericanos y los afronorteamericanos comparten valores similares tal como entender la importancia de una buena educación, trabajar fuerte y querer a nuestras familias.

Es una falsedad presumir que los latinos no están preparados a votar por Obama. O similarmente que ni los latinos ni los negros tienen nada en común. Nosotros los latinos también tenemos la responsabilidad de presentar nuestros problemas a los cuales todos los precandidatos tienen que dirigirse.

Latinos de todas las nacionalidades, nacidos en EEUU o inmigrante, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, tienen que ser agentes del cambio también y conectar con otros. Esto fue lo que pasó en la histórica elección de Washington – y toda una ciudad ganó con esa victoria.

Al fin, las elecciones del 2008 pueden cambiar el curso de la historia. Tenemos una sola meta – derrotar a la ultraderecha republicana que ha estado en el poder por los últimos siete años.

Para hacer eso tenemos que continuar luchar por la unidad multirracial, y las comunidades afronorteamericanas y latinas tienen que estar en la vanguardia con una agenda pro pueblo.

Dejad que los reaccionarios tiemblen por nuestra unidad en la acción. Juntos no tenemos nada que perder excepto nuestra opresión común. Y tenemos unas elecciones que ganar.