Usan ataques contra inmigrantes en elecciones locales

BOSTON — El año pasado, debido a la mala publicidad y opinión pública que el presidente Bush tenía y sigue teniendo por la guerra en Irak y el mal manejo de la destrucción causada por el huracán Katrina, Karl Rove, director político del presidente, decidió que la manera de ganar las elecciones de este año sería atacando a los indocumentados.

A pesar del fallo del Congreso dirigido por una mayoría republicana pasar una ley represiva antiinmigrantes, resultado de las manifestaciones de inmigrantes y sus aliados en contra de tales leyes, la inmigración es cuestión no de debate, sino de ataque por la ultraderecha contra los demócratas en las contiendas por escaños en ambos el Senado y la Cámara de Representantes.

Sin embargo la cuestión migratoria también se ha convertido en cuestión local con la implementación de leyes municipales antiinmigrante (y para los que digan que es solo contras los indocumentados solo falta mirar a que estas leyes incluyen una prohibición del uso de otra idioma que no sea el inglés por los empleados de los municipios) en varias lugares a través del país —principalmente donde la población latinoamericana ha crecido y amenaza con ser mayoría.

Uno de los sitios donde los republicanos están usando la táctica de atacar a su contrincante por querer hacer justicia frente a los inmigrantes indocumentados es Massachusetts. En ese estado la vicegobernadora republicana Kerry Healy se está postulando para gobernadora contra Deval Patrick, ex asistente secretario de Justicia para derechos civiles.

Patrick apoya licencias de conducir para los indocumentados. Él dice que de esa manera por lo menos sabemos quienes están aquí. La verdad es que no es un impedimento para los indocumentados manejar. Siempre lo pueden hacer sin licencia, después de que no violen las leyes automovilísticas. También pueden conseguir una licencia con documentos falsos o de un conocido.

En sus anuncios negativos Healy dice que las licencias abren “un portal a beneficios gubernamentales como la asistencia pública”. Otro anuncio ataca a su contrincante afronorteamericano por apoyar que los estudiantes indocumentados puedan asistir a la universidades estatales pagando la misma matrícula como los residentes, ciudadanos o no ciudadanos, teniendo alguien que dice, “Yo no quiero tener que pagar con mis contribuciones”.

De esta manera ella alimenta la imagen falsa de los inmigrantes, especialmente los latinoamericanos, de que viene a este país para tener beneficios sin trabajar. La realidad que todos, sean liberales o conservadores, los que lo han estudiado saben que los indocumentados vienen a buscar una vida mejor y trabajan. Estos pagan impuestos y hasta sobrepagan sin buscar un reembolso por no llamar la atención. Igualmente, en general, no buscan beneficios como desempleo, asistencia pública, cupones de alimentos, ni subsidios de vivienda o energética por no llamar la atención a ellos mismos.

Muchas veces la política contra los indocumentados solo tiene una razón eleccionaria. Como ejemplo está Sean Healy, esposo de la vicegobernadora y candidata a la gobernación. Él, junto con otros miembros del Concilio de Exportación del Presidente, le exigió en una carta a George W. Bush que no ilegalice contratar a los indocumentados, según el diario The Boston Globe. La carta dice que sin los indocumentados en la economía sería “devastador y contraproducente” visto que estos son una “parte especial e importante de nuestro crecimiento económico”.