WASHINGTON — Estamos en pleno tiempo de fiestas. Sin embargo, el presidente Bush hace el papel de Ebenezer Scrooge, figura tacaña en la novela navideña del escritor inglés Charles Dickens. Bush ha lanzado una cruzada desalmada para sacar a más de medio millón de mujeres, infantes y niños necesitados del programa de alimentación WIC.
Alegó la Coalición de Prioridades Presupuestales y Políticas en un reporte divulgado el 27 de noviembre que el veto de Bush a una medida del presupuesto doméstico aprobado por el Congreso el 14 de noviembre “puede tener como consecuencia negarles beneficios nutricionales a medio millón de mujeres embarazadas, infantes y niños de bajos recursos en uno de los programas nacionales que más efectividad tiene”.
Zoe Neuberger, coautora del reporte, lamentó al veto de Bush como “ahorrar centavos para malgastar dólares”. El programa WIC “tiene un record bastante sólido” de proporcionar alimentos básica a mujeres embarazadas y lactantes, y a los niños”, dijo ella a Nuestro Mundo. “Hay gran cantidad de documentación de investigaciones que verifica los beneficios a la salud, a la reducción de la tasa de mortalidad infantil y de anemia entre los niños, además de mejores dietas a los niños y a las mujeres inscritos para WIC”.
Alega el reporte que WIC ha caído víctima a las prioridades presupuestales “fusiles antes de mantequilla” de Bush. “Dada la cantidad de fondos que se dedican a la defensa, a la seguridad interna y a los asuntos externos, resulta la cantidad de fondos restantes dentro del límite declarado del presidente de 933 miles de millones de dólares para las ocho categorías de gastos domésticos unos 16,4 miles de millones de dólares debajo de la nivel de 2007, con ajustes inflacionarias”, dijo el reporte.
Bush propone apenas 5,387 miles de millones de dólares para los 8,28 millones de personas que participan en el programa de WIC, mucho menos que lo que se necesita para cubrir los bruscos alzos recientes en los precios de alimentos. Tampoco se toma en cuenta en la propuesta de Bush a una creciente demanda por los beneficios de WIC debida a un empeoramiento de la economía y una creciente taza de desempleo.
En contraste, la Cámara de Representantes aprobó 5,6 miles de millones de dólares para WIC y en el Senado fueron aprobados 5,7 miles de millones. Aunque les servirían ambas propuestas a cuarto de millón de beneficiarios más que la propuesta de Bush, todavía exigirían estas medidas la baja de algunos 235.000 beneficiarios.
El 15 de noviembre la Cámara cayó corta por dos votos a la mayoría de dos tercios que se requiere para anular el veto de Bush. El líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, dijo que el Congreso compondrá a un paquete legislativo que incluirá a todas las medidas de gastos domésticos que Bush ha vetado, pero reduciendo a la mitad los 22 miles de millones en gastos que el Congreso había aprobado anteriormente más allá del presupuesto de Bush.
Deborah Weinstein, directora ejecutiva de la Coalición por las Necesidades Humanas, argumentó fuertemente en contra de este compromiso. “Nos importa menos de qué manera se presenta,” dijo a Nuestro Mundo. “Lo esencial es el nivel de apoyo que se presta a estos programas vitales. Hemos sufrido siete años de recortes. Tenemos que reconstruir a estos programas e invertir en ellos, no recortarlos”.
Ella exhortó a los votantes a juntarse con sus representantes a exigir que presionen estos por un pleno apoyo financiero a estos programas. Citó como ejemplo al Programa de Asistencia Energética para Hogares de Escasos Recursos (LIHEAP por sus siglas en inglés). Aun cuando el costo de la calefacción doméstica se está subiendo por el cielo y mientras siga la erosión a los ingresos de las familias de bajos recursos, el veto de Bush les privaría de beneficios LIHEAP a 1,4 millones de hogares. Perderán otros 1,2 millones acceso a centros comunitarios de salud mental, mientras 173.000 personas perderán entrenamiento para trabajo y a 34.000 niños se les negará la entrada a los programas preescolares Head Start.
Con los vetos anteriores de Bush al programa de salud infantil SCHIP le negó cuidado médico a 4 millones de niños actualmente sin cobertura del programa y pusieron en peligro a los 6,6 millones de menores ya inscritos. El futuro de ese programa todavía está en duda.
Gerald McEntee, presidente de la Federación Norteamericana de Empleados Estatales, de Condado y Municipios, dijo que la propuesta “ómnibus” de presupuesto “fue un esfuerzo bipartidista cuidadosamente preparado con fines de proporcionar fondos a los servicios esenciales que promueven a la educación, al desarrollo económico, al entrenamiento para el trabajo y al la investigación científica”.
Aunque esté dispuesto el presidente a gastar “miles de millones en Irak”, añadió McEntee, “le da la espalda a los servicios vitales que fortalecen a la clase media norteamericana. Hace falta que el Congreso diga ¡No! a las prioridades equivocadas del presidente”.
Mientras tanto, la cámara baja rechazó la petición de Bush por 196 miles de millones de dólares para la guerra en Irak, aprobando en su lugar 50 miles de millones como “suplemento de emergencia” por voto de 218 a 203.
Sue Udry, coordinadora legislativa de Unidos por la Paz y la Justicia, dijo que la propuesta que fue aprobaba contiene muchas condiciones que provocarán el veto de Bush. Bloquearon los republicanos del Senado consideración de la medida cuando los demócratas cayeron cortos por siete votos a la mayoría de dos tercios que se requiere para poner fin al debate.
Titulado la “Ley de Despliegue Ordenada y Responsable de Fuerzas en Irak”, propone la medida que el propósito principal de los fondos es la de “la retirada y no la extensión ni la prolongación de la guerra”. Exigiría a Bush comenzar la retirada de las fuerzas norteamericanas de Irak dentro de un plazo de 30 días y la implementación de una retirada de todos salvo una “presencia limitada” para el 15 de diciembre de 2008 a más tardar.
Las representantes Barbara Lee, Lynn Woolsley y Maxine Waters, todas demócratas de California y líderes del comité de congresistas “Fuera de Irak”, dijeron que apoyan a la legislación como “pasos concretos hacia la dirección correcta”.
Dijo Udry que el gran número de votos a favor de la medida refleja a “los esfuerzos extraordinarios de los grupos por la paz por toda la nación que han movido al Congreso hasta el punto de confrontación”.
Ella llamó al movimiento contra la guerra a “forjar nuevas coaliciones con grupos de intereses domésticos, alrededor de una agenda compartida por la paz y la justicia”.
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