CHICAGO — La miseria humana, más que los indicadores económicos de Wall Street, nos dice que el país más rico del mundo está cayendo en la peor crisis económica desde la Gran Depresión de los 1930s.
Mientras tanto la guerra en Irak continúa tragarse los fondos del Tesoro del país y el comandante de las fuerzas militares allá y el embajador estadounidense a Irak le dicen al Congreso que sigan gastando miles de millones de dólares para una ocupación sin fin. Y salen reportes que dicen que el número de gente que necesitan cupones de alimentos para vivir – 28 millones – está rompiendo el récord.
La Oficina del Congreso sobre el Presupuesto predice que para octubre 30 millones estarán usando cupones de alimentos para comprar los esencial. Ese será el número más alto en la historia de lo que se considera tradicionalmente como el símbolo de la pobreza.
“Cuando gente tiene problemas para poner comida en la mesa, tu sabe que hay un problema”, dijo Carol Waters, trabajadora social de Chicago en un asilo para los desamparados. “La gente en el asilo aquí han necesitado cupones de alimentos por mucho tiempo”, dijo ella. “Pero ahora más gente por todo el país están necesitando esos mismos cupones de alimentos. Sin esa ayuda no habría nada que comer en esas mesas. Los niños estuvieran hambrientos”.
El aumento en dependencia de los cupones de alimentos, que ha rompiendo el récord anterior de 26,5 millones el año pasado, es resultado de una economía que no trabaja para la gente. Casi 200.000 perdieron sus trabajos solo en el primer trimestre del año.
Se proyecta que, mientras el desamparo sube, dueños de casas están perdiendo $70.000 cada año en el valor de sus hogares. La incapacidad de pagar al alquiler o la hipoteca, encima de la pérdida de empleo, se está convirtiendo en dificultad de proveer alimento para sus familias.
La crisis alimenticia es una de amplitud nacional, pero afecta aun más la sección del Medio Oeste – el llamado Cinturón del Óxido – área industrializado del país donde han estado cerrando fábricas de manufactura. Los despidos reciente en la industria automotriz en Michigan, por ejemplo, ha causado la alza en el porcentaje de gente de ese estado que reciben cupones de alimentos. Antes de los despidos, uno de cada nueve residente de Michigan usaban cupones de alimentos. Ahora es uno de cada ocho. El año pasado, Maureen Sorbert, vocera del programa de cupones de alimentos del estado, le dijo a la prensa que ella esperaba que el número de recipientes iba a estabilizarse pronto, pero este mes ella dijo que el aumento fue brusco en los últimos meses.
El número de gente dependiendo de los cupones de alimentos creció por 10 por ciento o más en por lo menos 40 estados. En algunos, como Rhode Island, el aumento ha sido de casi 20 por ciento.
Charles White, de 66 años, estuviera muerto si no fuera por los cupones de alimentos. Él dice que para pagar por sus cuenta de electricidad en el apartamento que comparte con sus esposa, él tuvo que encontrar otra persona que cambió sus cupones de alimento por dinero en efectivo. White después va y paga su cuenta de electricidad. Después de la última transacción de este índole, a él solo le quedaba $2,25 que tenía que durar la semana completa. “Compartimos una naranja, una lata de sopas, cuatro rebanadas de pan hasta que el gobierno rellenó la tarjeta”, él dijo.
Rick Lilley, gerente de Halsted Foods en la sección Bridgeport de Chicago, dijo que el número de sus clientes que usan cupones de alimentos ha estado creciendo sin cesar, pero notó que el nivel de aumento se redujo debido a la crisis de vivienda. “Ancianos, gente jubilada, gente pobre y hasta gente con trabajo están siendo expulsados de este barrio”, él dijo, “mientras los agentes inmobiliarios traen gente más rica al vecindario”.
Lilley dijo que con los cupones de alimentos la gente pueden comprar “menos y menos cada día” debido al alza en el precio de la comida. “Los aumentos más grande vienen en el costo de las cosas que más necesitan la gente”, él dijo. “Fideos, arroz, y la harina han subido 100 por ciento desde el año pasado. Los huevos subieron 40 por ciento. Un galón de leche subió ocho veces en los últimos seis meses para un total de 20 centavos, y el pollo será el próximo”. Él culpó a los aumentos en el combustible que hace más caro el transporte de mercancía por camión, el desvió de maíz y otros granos para la producción de biocombustile y la guerra en Irak.
El departamento de Agricultura estadounidense, quienes administran el programa de cupones de alimentos, admite que el costo de dar de comer a una familia de cuatro personas con bajo ingreso subió seis por ciento en el último año. A la misma vez no ha habido un aumento en lo que dan en cupones de alimentos.
Durante el mismo tiempo, el gobierno federal gastó más de 40 por ciento de cada dólar de los contribuyentes para los gastos militares, pero menos de nuevo por ciento para los programas contra la pobreza, según un reporte la semana pasada del Proyecto de Prioridades Nacionales.
30 millones usarán cupones para poder comer