Año de lucha y Victoria

Editorial

El pasado año fue uno de lucha y victoria. Los derechistas republicanos, en su afán por ganar las elecciones y mantener control del Congreso, decidieron usar la cuestión de inmigración para ganarse el voto de los conservadores.

Con el proyecto Sensenbrenner, que hacía criminales de los indocumentados, fue derrotado después de que los inmigrantes — documentados, indocumentados y ciudadanos — juntos con aliados de la clase trabajadora, sus organizaciones, y los movimientos sociales, salieron a las calles varias veces en contra de un racista proyecto de ley antiinmigrante.

Los republicanos pensaron que al usar la inmigración indocumentada como el cuco, el pueblo estadounidense se olvidaría de los muertos y costo de la guerra y ocupación de Irak. Esto incluye las mentiras que fueron ofrecida como razón por el mismo presidente Bush y otros de su gobierno, además del fiasco que fue la respuesta a la tragedia del huracán Katrina donde se demoró enviar auxilio a los miles, en su mayoría afronorteamericanos, que estaban desamparados por la catástrofe.

Al contrario el pueblo no respondió como pensaba Bush y sus compinches. Sino que en las elecciones para el Congreso, los votantes sacaron a la mayoría republicana de ambas cámaras y eligieron a los demócratas.

No es exageración decir que ese voto fue un voto contra la guerra y ocupación de Irak.

Pero esa no fue la única noticia de índole electoral en la que hubo progreso social y político. En Brasil el pueblo le dio su apoyo a Lula con la esperanza de que avance hacia un Brasil mejor que no sea víctima del neoliberalismo y control por las corporaciones transnacionales. En Venezuela por una abrumadora mayoría el pueblo votó por Chávez y ese país hermano está en camino a ese mundo mejor, el mundo socialista. También la clase trabajadora y el pueblo en general obtuvo una gran victoria en Ecuador con la elección de Rafael Correa. Y en Nicaragua, el candidato de la izquierda, el sandinista Daniel Ortega, ganó la presidencia.

Desafortunadamente, no todo fue victoria. En México, aunque las encuestas decían diferente, Andrés López Obrador no salió vencedor. Pero aun así, el pueblo se mantiene en lucha.

Entramos ahora al 2007 con nuevas victorias, pero también nuevos retos. En EEUU el nuevo liderazgo demócrata del Congreso está moviéndose con proyectos de leyes para alzar el salario mínimo, restaurar el derecho en práctica de organizar y afiliarse con un sindicato, impulsar investigaciones sobre células madres, yecortar intereses de préstamos universitarios.

Pero el pueblo tiene que mantenerse vigilante porque las presiones para que se vayan a la derecha serán enormes. Como ejemplo, el líder del Senado Harry Reid empezó a aceptar la propuesta de Bush de enviar más tropas a Irak. Pero con presión popular, Reid se vio obligado a retroceder.

Adelante al 2008 para poder cambiar el balance de fuerzas a unas más favorables a las victorias de las luchas populares.