EDITORIAL: Independencia para Puerto Rico

El Movimiento de Países No Alineados otra vez, en su documento final, apoyó el derecho de la nación puertorriqueña a la independencia y autodeterminación en su XIV Cumbre acabada de celebrarse en La Habana.

Esta afirmación, de la mayoría de los países del mundo, en favor del derecho de un Puerto Rico libre y soberano vino a pocos días antes del 138 aniversario de el Grito de Lares, gesta revolucionaria contra el colonialismo español el 23 de septiembre 1868.

Este 23 de septiembre es también el primer aniversario de la muerte del dirigente independentista Feliberto Ojeda Ríos por el FBI, que lo dejó sangrar hasta la muerte a pesar de que pidió a un periodista para a quien entregarse. El asesinato de Ojeda Ríos lo siguieron con un tal informe del departamento federal de Justicia en el cual absolvieron a los agentes federales — en otras palabras se investigaron ellos mismos y se declararon inocente.

Ese informe fue no más que el último de una serie de ataques contra un pueblo que no deja de ser una nación latinoamericana, que no deja su idioma ni sus costumbres, y que se hace sentir como nación a través del mundo.

Otros ataques contra los derechos de los puertorriqueños sucedieron con la detención no solo del grupo de solidaridad que viajó a Cuba — cosa impuesta a los puertorriqueños por las leyes de EEUU que prohibe a los puertorriqueños viajar a la hermana nación caribeña — sino que también detuvieron a los que viajaron a Venezuela, donde no hay bloqueo ni prohibiciones legales impuestas por el imperio. Igual que la redadas a los hogares y sitio de trabajo de activistas independentistas, supuestamente por razones antiterroristas, y los ataques contra los periodistas puertorriqueños cubriendo las redadas.

Estos son simplemente los ataques contra la integridad, honor y derechos de un pueblo este año. En realidad estos ataques empezaron con la invasión a Puerto Rico en el 1898 — una invasión que muchos apoyaron por pensar que Puerto Rico sería liberado del colonialismo español o fuera aceptado con igualdad por la “democracia” del norte y el desarrollo económico. Al contrario, lo que encontraron fue la dominación colonial y la superexplotación por las corporaciones estadounidenses.

Todos de pensamiento democrático se debe unir a las expresiones de la mayoría de los países representados en el movimiento no alineado y decir con una voz clara que queremos la independencia para Puerto Rico.