Avancemos los derechos femeninos en América Latina

Editorial

El derecho de la mujer ha avanzado por todo el mundo incluso en nuestra América Latina. Los latinoamericanos viviendo en Estados Unidos y otros países del mundo miramos con gran interés a los avances de las fuerzas populares en Brasil, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y otros países. La conquista del poder por las fuerzas progresistas debe contribuir al avance de todos los sectores del pueblo y esto incluye los derechos de las mujeres.

Por eso vimos con alegría que los legisladores uruguayos aprobaron la despenalización del aborto. Esto fue posible con la elección de los candidatos del Frente Amplio, que tienen mayoría en ambas cámaras legislativas. El pueblo uruguayo también eligió a Tabaré Vázquez, un médico y dirigente del Partido Socialista, organización integrante del Frente Amplio con los partidos Comunista, Demócrata Cristiano, y otros.

No obstante, ese proyecto de ley fue vetado por el presidente Vázquez que dijo que prefería proveer más fondo a programas para mujeres encinta. Vázquez también dejo su afiliación con el Partido Socialista por este favorecer el proyecto.

En el 2004, cuando el Senado uruguayo bloqueó un proyecto de ley similar, una organización de médicos de ese país sudamericano dijo que entre 30 mil a 50 mil abortos se hacen en el país. Como se ha comprobado en tantos países, las mujeres se hacen los abortos que piensan necesario no importa la ley. Lo que entonces pasa es que muchas mujeres mueren por abortos mal hecho.

Esta es una cuestión que tiene el apoyo del pueblo uruguayo. Un sondeo entre 900 adultos en este país de 3,5 millones mostró que 56 por ciento favorecen la ley, mientras que 35 por ciento se oponen.

Cuba y Puerto Rico son los únicos países de América Latina donde el aborto no es ilegal. Es tiempo que el resto de nuestros países legalicen el derecho de la mujer escoger tener o no a un bebé.

Nosotros pensamos que no debe de haber ninguna excusa para los países que han entrado en una vía diferente de gobierno, una vía hacia un mundo mejor sin dominación por los países imperialistas, ni la oligarquía ni la iglesia.

No puede haber una Revolución Bolivariana sin la mujer tener todos los derechos, incluso el derecho reproductivo.