Bush busca: $700.000.000.000 para los ricos de Wall Street

3035.jpg

CHICAGO — Primero estuvimos en un estado de chock. Finalmente nos dimos de cuenta. Después llegó la ira. En poco más de una semana, el pueblo estadounidense oyó y ahora están bregando con la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de los 1930s, mientras Bush y su gobierno buscan entregarles $700 mil millones a Wall Street para saldar sus deudas con fondos públicos.

Si los comentarios callejeros son alguna indicación del sentir público, hay un resentimiento entre el pueblo norteamericano.

Carolyn Priess, madre soltera de dos hijos, trabaja como cajera en un Citibank en Chicago; eso es, hasta el 15 de octubre cuando será despedida. Ella preguntó, ¿como me ayuda esto a darle de comer a mis niños? Preiss, que gana $12 la hora, dijo que hace un año desde que recibió un aumento. “Me van a cobrar impuestos por mi [beneficio de] desempleo cuando esté en la calle, hasta cesante voy a estar pagando dinero a un bastardo codicioso de Wall Street”, se quejaba.

Michael George y su hermano Pete, ambos choferes autobús ya jubilados, compraron una casa juntos para ellos y sus esposas hace dos años. “La hipoteca subió a doble este año a $2.400 mensual y ahora vamos a perderla”, dijo George mientras barría la acera al frente de lo que todavía es su casa. “Todavía no sé qué vamos hacer. Yo pago contribuciones por mi pensión y van a tomar ese dinero y dárselo a los idiotas que crearon este problema. Si yo estoy rescatándolos a ellos ¿por qué no me pueden ayudar con mi hipoteca?”

Carol Mueller, camarera en el restaurante Potbelly Stove en centro de la ciudad, estaba esperando en el Centro Médico Knapp en la calle Halsted. Ella tenía una úlcera sangrando en su estómago y puede ser que necesite cirugía pronto. “No sé que voy a hacer porque no tengo seguro médico”, dijo ella. “Como están las cosas yo tengo que pedirle al doctor que me receta el medicamento genérico más barato. Hay una medicina que trabaja mejor pero no puedo comprarla”. Mueller dice que tiene la esperanza de que gane Barack Obama porque “entonces quizás tengamos cuidado de salud, pero ahora con todo esto probablemente nos dirán que no queda dinero para el cuidado de salud; todo va para Wall Street”.

“El pueblo norteamericano se enfrenta con la alternativa de comprometer más de un billón de dólares del dinero público para rescatar al sistema financiero o enfrentar un colapso completo del mercado de crédito y toda la actividad económica que vive del crédito”, declaró John Sweeney, presidente de la AFL-CIO, la federación sindical más grande del país. El dirigente obrero preguntó, ¿Como se implementará esto? Si se van a ayudar a “los millones que pierden su trabajo, sus hogares, su seguro médico, y sus pensiones.” O se este simplemente va ser un “rescate sin condiciones” de Wall Street, dejando al pueblo indefenso y “garantizando que la crisis de Wall Street continúe de otra forma”.

Dijo Sweeney que las soluciones permanentes se encuentran “en el programa económico de Barack Obama – regresar a la regulación de los mercados financieros, un gobierno enfocado en crear buenos trabajos a través de inversiones en la infraestructura y soluciones a la crisis energética, cuidado de salud para todos los norteamericanos, un gobierno que proteja y mejore la seguridad del sistema de jubilación de los norteamericanos y una garantía de que los trabajadores norteamericanos puedan negociar para compartir justamente de la riqueza que crean”.

Hablando ante una multitud de 20 mil en Charlotte, Carolina del Norte, el 21 de septiembre, Barack Obama dijo que John McCain y su Partido Republicano, les dijeron al pueblo estadounidense que dejen que el mercado haga lo que tiene que hacer libremente “Y ahora enfrentamos una crisis financiera tan profunda como ninguna que hemos enfrentado desde la Gran Depresión”. Obama y muchos en el Congreso están reclamando un proyecto de $50 mil millones para un programa de “estímulo económico” para los contribuyentes y para reformar completamente el sistema regulador del país. Él llamó por un fin a las ventajas en impuestos para las compañías que envían trabajo al extranjero, un fin a la guerra en Irak y por la creación de millones de empleos “verdes” con inversiones masivas de fondos para ese propósito.

En Green Bay, Wisconsin, Obama dijo, “No podemos darle un cheque en blanco a Washington sin supervisión ni responsabilidad que es lo que nos puso en este dilema en primer lugar. Este plan no puede solo ser un plan para Wall Street. Tenemos que promulgar un plan de estímulo económico que pondrá dinero en los bolsillos de las familias trabajadoras, salvar empleo, y prevenir los dolorosos recortes de presupuestos y aumentos de impuestos en nuestros estados”.