Caso del gobierno contra grupo musulmán fracasa

DALLAS — El muy esperado veredicto en uno de los casos más críticos para los derechos civiles fue revelado el 22 de octubre en el tribunal federal en Dallas. El Fondo Tierra Santa (Holy Land Fund), la organización bajo ataque del gobierno, que provee ayuda caritativa a los asediados palestinos, fue prácticamente exonerado de los cargos de “terrorismo”.

El juez declaró el juicio nulo, una maniobra que, aunque permite la posibilidad de otro juicio en el futuro y la continuación a corto plazo de la represión contra el Fondo, sin embargo representa un revés serio para el gobierno de George Bush y su esfuerzo por seis años de manchar la imagen de los esfuerzos caritativos muselmanes.

Uno de los cinco acusados más importantes fue declarado no culpable de 31 de los 32 cargos en su contra, y dos más exculpados de la mayoría de los cargos. Pero comentarios de desacuerdo por 3 de los 12 integrantes del jurado produjeron un fin confuso a las decisiones del día. La fiscalía inmediatamente anunció que el fallo fue “indecisión de parte del jurado” y dijeron que iban a someter los acusados a juicio otra vez.

Los activistas de derechos civiles in Dallas estaban muy contentos. La Coalición Hambre por la Justicia declaró que “los cargos en contra de estos individuos fueron vistos por muchas personas en este país y el mundo como un intento de bloquear la ayuda humanitaria a los palestinos que padecen la ocupación israelí”.

A continuación, “También fueron vistos como una medida de enfriar al ejercicio los derechos bajo la Primera Enmienda además de las donaciones caritativas de los musulmanes norteamericanos y otras personas de consciencia quienes se oponen a la política desbalanceada de nuestra nación en el Medio Oriente”.

La coalición calificó al proceso como “esencialmente un juicio israelí en suelo norteamericano en el cual se utilizaba el concepto de ‘culpable por asociación’ en lugar de evidencia verdadera”.

Los esfuerzos del gobierno de Bush empezaron en 2001 cuando cerró la institución caritativa y congeló sus fondos. Un enfriamiento general sobre todos esfuerzos de parte de organizaciones musulmanas de recaudar fondos fue claramente la meta, aunque el gobierno dijo que estaba combatiendo al “terrorismo” negando contribuciones que pudieron haber sido dirigidas a Hamás, que el gobierno recientemente había calificado como “organismo terrorista”.

El gobierno jamás se atrevió decir que la organización Holy Land estaba directamente asociada con actos de violencia, sino que basaba su caso en información secreta que en parte venia de agentes de inteligencia de Israel, cuyos nombres se mantenían en secreto.

Maniobras legales continuaron por años. Hasta en las últimas semanas el juicio estaba en las noticias porque, por razones misteriosas, se tuvo que sustituir uno de los integrantes del jurado. Eventualmente se llegó a un veredicto, pero tuvo que quedar sellado por tres días hasta el regreso del juez. Al fin cuando el veredicto fue hecho público, algunos de los integrantes del jurado, también por razones que no se saben, lo cuestionaron.

Jamás ha habido en Tejas un juicio tan largo con tantas actividades cuestionables sobre de la entrega de veredictos del jurado que, apenas unos días antes, han de haber sido unánimes. Ninguna de las historias publicadas en los medios nacionales mencionaron estas contradicciones, en lugar repitieron la versión de “juicio nulo”.

Empezando el agosto pasado, activistas pro libertades civiles en el norte de Tejas establecieron vigilias al mediodía al cruzar la calle del edificio federal. Distintas organizaciones, incluyendo el Centro por la Paz de Dallas, se declararon en solidaridad con los esfuerzos de la defensa.

El activista John Wolf presenció el juicio todos los días. “Estas personas tienen buenos corazones”, dijo. “Se trata de la islamofobia. Se trata de cargos extranjeros sometidos a juicio en una corte norteamericana”. Wolf señaló que todas las organizaciones en los territorios ocupados de palestina a las cuales el Fondo había enviado dinero siguen abiertas para recibir donaciones, y por lo tanto los acusados no habían enviado fondos a ningún organismo terrorista.

“Creo que [los acontecimientos de hoy] significan que todavía existe el régimen de leyes en este país, y que al fin y al cabo los jurados pueden determinar la culpabilidad de uno y no el gobierno federal, no la política del gobierno, no el FBI que busca imponer su política en lugar de la ley”, dijo Wolf.

Cuando se le preguntó si iba a celebrar, respondió “creo que con lágrimas no más. Estas personas son realmente queridas por la comunidad. Cuando se declaró el fallo de ‘no culpable’ para Holy Land, no hubo ni un ojo seco entre la mucha gente”.

La activista Beth Freed, que había trabajado con Hambre por la Justicia desde el comienzo del proceso, dijo “Ahora estoy muy feliz. Por supuesto durante todo el tiempo nos sentíamos cautelosamente optimistas. Yo tenía muchas esperanzas, específicamente como seguían las deliberaciones. El jurado pudo penetrar más allá de los argumentos intrincados del gobierno”.

Agregó, “Vi tantas cosas en este caso que me hizo sentir triste como norteamericana. Sentí que el gobierno se pasó de sus límites en lo que considera legítimo en nuestro sistema judicial. Pero el resultado me ha restaurado la fe en el proceso judicial”.