Declaración de la directiva del Partido Comunista de EEUU del 23 de mayo 2004.
La tortura de detenidos iraquíes por la inteligencia militar estadounidense en la infame cárcel Abu Ghraib en Irak es motivo de indignación aquí y en el extrajero. Fotos de la tortura y la humillación de detenidos siguen saliendo a la luz pública.
El escándalo ha crecido para incluir otras instalaciones estadounidenses de detención militar. El Pentágono clasificó como “homicidios” las muertes de ocho prisioneros en custodia estadounidense. Este escándalo ha desenmascarado el engaño cruel de Bush quien ordenó la invasión para “liberar” al pueblo iraquí.
La administración Bush trató desesperadamente de esconder los crímenes que fueron reportados por primera vez por la Cruz Roja Internacional el pasado febrero. Oficiales de inteligencia militar estadounidense le dijeron a la Cruz Roja que entre 70 por ciento y 90 por ciento de los detenidos iraquíes fueron arrestados “equivocadamente”.
Ahora quieren echarle la culpa a un puñal de policías militares de las reservas. Mientras que el juicio de un mecánico del Ejército de bajo rango empezó, aviones de guerra estadounidense dispararon contra una boda, matando a 41 iraquíes. Esto comprueba que el baño de sangre de Bush continúa dentro y afuera de Abu Ghraib. Esta salvajada proviene de la misma ocupación y es el resultado inevitable de la “guerra contra el terror” de Bush, que esconde los planes Bush-Cheney de dominación mundial. Esa política ha hecho al mundo un sitio más peligroso, un sitio menos seguro.
El número de muertos solo seguirá subiendo si las tropas estadounidense siguen en Irak. Estas deben ser regresadas a casa ahora. Fuerzas de paz de la ONU deben tomar su lugar y la independencia genuina iraquí debe ser restaurada.
George W. Bush tiene que ser considerado responsable, junto con Donald Rumsfeld por estas violaciones flagrantes de las Convenciones de Ginebra. Nosotros nos unimos a la creciente demanda que despidan inmediatamente a Rumsfeld. Nosotros instamos inundar al Congreso con exigencias de bloquear la petición Bush-Cheney por $25 mil millones más, sin tener que darle cuentas a nadie, para pagar por la ocupación.
No será fácil para Bush y Rumsfeld alejarse de su culpabilidad. No se puede permitir que el Pentágono “se investigue a si mismo”. El Congreso debe escoger un comité especial al estilo Watergate para investigar estos crímenes de guerra. Rumsfeld ordenó el uso de la tortura para “ablandar”a los detenidos para sacar “inteligencia cuestionable”. Él ordenó a los comandantes del centro de detención en Guántanamo que fueran a Irak y les enseñaran los métodos de tortura que él usó contra 600 “combatientes enemigos” en la instalación estadounidense en Cuba.
La administración está tratando de “cambiar el tema”, regresar a sus planes malvados de establecer un régimen títere en Irak y apretar su control del petróleo iraquí y del Medio Oriente entero. Pero el mismo Rumsfeld admitió en testimonio ante la Comisión del Senado sobre los Servicios Armados que él era responsable. Él admitió que él sabía de los crímenes hace meses y no hizo nada para pararlos. Él ni le informó a los líderes del Congreso. La justicia reclama por su despido.
La administración tomó pasos, poco después de 11 de septiembre, para inmunizarse contra acusaciones por crímenes de guerras mientras seguían su “guerra contra el terror” unilateral y preventiva. Ellos escribieron memorandos legales concluyendo que “ni las Convenciones de Ginebra, ni ninguna ley de guerra aplican al conflicto en Afganistán” y otros conflictos similares.
Bush entonces firmó una orden secreta dándole nuevos poderes a la CIA para establecer centros secretos de detención, algunos administrados por contratistas privados, afuera de EEUU, para interrogar a los detenidos con métodos severos sin precedencia. Acciones subsecuentes de tortura y matanzas evadieron cualquier revisión judicial sea doméstica o extranjera.
Este fue el marco legal para las detenciones y torturas masivas, una ofensiva llena de racismo e intolerancia antimusulmana.
El pueblo norteamericano no aprobó la política de Bush de eximirse y sus agentes de las reglas bajo las leyes estadounidense o internacionales. Una mayoría clara del pueblo ahora piensa que la guerra preventiva de Bush contra una nación que no nos atacó era un error. Las encuestas muestran que el apoyo para Bush están más bajo que nunca. Se han abierto profundas divisiones dentro de las filas republicanas. Las razones dadas por Bush sobre las inexistentes armas de destruccion masiva iraquies y de los inexistentes lazos iraquies con Al Qaeda, estan desenmascaradas como mentiras.
¡Ahora vienen estos crímenes de guerra atroz! Esta es una administración criminal, un peligro profundo a la paz mundial y a los derechos humanos. Tenemos que sacarlos del poder el próximo 2 de noviembre.
Comunistas exigen renuncia de Rumsfeld