Cuestionan pérdida transbordador espacial

DALLAS, Tejas – Aunque el país y el mundo está de luto por los astronautas Rick Husband, Laurel Clark, Kalpana Chawla, David Brown, Michael Anderson, William McCool, e Ilan Ramon, gente aquí y alrededor del mundo buscan que le contesten las preguntas que tienen sobre la pérdida del transbordador espacial Columbia, el 1 de febrero.

Tenían diferente antecedentes, diferente religiosos, diferente razas y diferente nacionalidades. Nuestro corresponsal en India escribe que las actividades en memoria de la primera mujer hindú están tomando lugar en “cada nicho y esquina” del subcontinente. Él reportó que en el estado de Haryana, de donde proviene Kalpana Chawla en India, se está observando dos días de luto oficial en homenaje a ella.

El corresponsal de Nuestro Mundo en Israel escribió un informe similar sobre la reacción de la muerte del coronel Ilan Roman, primer israelita en el espacio.

En Richardson, Tejas, un evento ecuménico a luz de velas fue organizado por los musulmanes de Tejas el 4 de enero. Los científicos reportan que aislantes que cubrían al transbordador para protegerlo del calor durante la entrada a la atmósfera podrían haberse caído durante el despegue el pasado 16 de enero. Sus explicaciones no sirve de consolación igual que las explicaciones que dieron de los errores que causaron la destrucción del transbordador espacial Challenger el 28 de enero del 1986. Hay mucha especulaciones de que la Oficina Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés) quizás no tuvo suficiente dinero.

Todos los programas gubernamentales, excepto esos para armas para el Pentágono, han tenido que apretarse el cinturón desde que George W. Bush regaló el superávit en contribuciones y en eso se incluyen los recortes en el presupuesto de NASA. En el cuartel de NASA en Houston, le han dado de baja a empleados y han privatizado posiciones. El transbordador Columbia fue construido en el 1979 y ha volado 28 misiones pasado por enorme estrés en cada despegue y vuelta en más de 24 años de servicio.

El doctor Lloyd Jeff Dumas, autor de varios libros sobre el armamento norteamericano y sus efectos económicos, dice que se estaba planeando cargar casi 47 libras de plutonio en el próximo vuelo del Challenger antes de que explotara en el 1986. Él le dijo a este periodista, “Una dosis mortal de plutonio es como 0,007 de una onza”. Algunos aquí están preocupado que el Columbia podría tener plutonio o otros venenos mortales como carga o que pueda tenerlo en una futura misión.

No es difícil para los tejanos pensar que su gobierno pondría material peligroso en el cielo sobre ellos. En la década de los 1950s, un avión bombardero que usaba energía nuclear fue creado en la ciudad de Fort Worth. Con un reactor nuclear, el “Convair Crusader” hizo 47 vuelos experimentales a Nuevo Méjico, de acuerdo a un artículo en un diario el 18 de abril del 2002.

El doctor Dumas dijo, “La lección principal del desastre del transbordador espacial, es que hasta cuando tenemos miles de personas altamente entranada, enfocados en asegurarse que todo vaya bien, todavía tenemos desastres”.

Esto exige mucha cautela en como bregar con la tecnologías, él dijo, incluyendo armas de destrucción rmasiva. “Tenemos que aprender ser menos arrogante sobre nuestra capacidad de controlar la tecnología. Es algo enteramente diferente si miles mueren, como pasó en Bhopal, India, en el 1984, o como después de Chernobyl”. Él señaló que han habido, por lo menos, 89 grandes accidentes reportados de armas nucleares entre el 1950 y el 1994.

“Eso es un promedio de uno cada seis meses por 45 años”, dijo él. Estos accidentes Dumas los tiene documentados en el apéndice del Capítulo 4 de su libro, ‘Arrogancia Mortal’.

Dumas explicó, “Tenemos que librarnos de estas armas. No es solo estar preocupados de Corea o Irak, la verdad es que son nuestras propias armas las que nos amenazan. Debemos trabajar lo más fuerte que podamos para libarnos de todas las armas de destrucción masiva, incluyendo las nuestras”.

Él añadió, “Estamos jugando un juego de gallina contra la naturaleza humana que estamos destinados a perder si no nos libramos de estas muy peligrosas armas tecnológicas”.

Los obreros de la industria aeroespacial se recuerdan que hubieron despidos masivos después del desastre del Challenger en el 1986. Aunque se aumentó el trabajo militar, los manufacturores de la industria aeroespacial todavía dependen de trabajo para aviones comerciales, sector donde le han estado dando de baja a los trabajadores desde los principios de los 1980s.

El congresista demócrata por Florida, Bill Nelson, que era un astronauta del Challenger, escribió que el programa espacial había generado más de 1.300 avances tecnológicos - incluyendo exploraciones de tomografía computerizada, dialazadores y el corazón artificial. Artículos noticiosos enfatizaron los experimentos que hacían los astronautas martirizados que puedan ayudar a curar el cáncer, desminuir el calentamiento global y traernos más conocimiento sobre el origen de la vida.

Lon Burnam, un reresentante estatal de de Fort Worth y director ejecutivo del Centro de Paz de Dallas, dijo en una declaración, “Los tejanos se unen al mundo en duelo por estos talentosos, valientes y dedicados astronautas. Nosotros apreciamos mucho el sacrificio que ellos y sus familias han hecho, especialmente por los usos pacíficos por la cual usaron su programa”.

La declaración continúo, “Al mismo tiempo, estamos preocupados que la administración Bush pueda usar esta ocasión, como lo han hecho en otras ocasiones, para tratar de convencer al pueblo norteamericano a aceptar la agresión injusta contra Irak. En los actuales esfuerzos para armar al espacio, han habido experimentos envolviendo el plutonio. Tenemos la esperanza que ningún material como este estaba a bordo del Columbia”.